
En el acto, el artista leyó un discurso en el que agradeció la imposición del galardón en el que confesó que disfruta del "privilegio" de tener una profesión que le hace "feliz".
"Hago lo que me gusta hacer y constantemente percibo que la gente me quiere, lo cual es una bendición. Me siento como un niño al que le dan un premio por haberse comido bien un helado. Es muy agradable pero uno no entiende muy bien por qué suceden estas cosas", narró.
De esta forma, Serrat se describió como una persona que, por encima de cualquier cosa, reivindica la vida y la humanidad y que se muestra en contra de la preponderancia de la economía por encima de otros valores, así como de que el dinero sea el "valor supremo, en contra de la manipulación del pensamiento, en contra de la maldad y la estupidez".
Durante su intervención, el cantante reivindicó el conocimiento, la cultura, la ciencia, la sabiduría y la universidad como generadora de conocimiento. "Porque sólo con el conocimiento se puede progresar intelectual y personalmente. A todos aquellos que lo miden todo por la vara del éxito y del negocio, les diré que el conocimiento es un buen negocio", destacó el catalán.
Por su parte, Molina destacó la capacidad de Serrat para haber sabido "compaginar con acierto" la defensa del castellano con la del catalán, ya que, según consideró, "ha procurado a lo largo de su vida y en su obra aunar culturas, sabidurías y sensibilidades muy diversas en lugar de enfrentarlas o restringirlas".
Durante el acto, los alumnos de Magisterio Musical de la UAL tocaron, guiados por el director de la banda de música de la Universidad, Juan Rafael Muñoz, las canciones 'Mediterráneo' y luego 'Cantares', que Serrat interpretó frente al auditorio.
La concesión de la decimotercera Medalla de Oro de la UAL, esta vez a Joan Manuel Serrat se aprobó por unanimidad, el pasado 19 de octubre, en una reunión extraordinaria del Consejo de Gobierno de la UAL.
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