martes, 5 de noviembre de 2019

La banca comienza a expulsar al cliente menos rentable

MADRID.- Los números salen, pero con dificultad, y no para todos. Hace dos semanas apuntaba que algunos bancos españoles analizaban cobrar los depósitos no solo a empresas y grandes instituciones, sino también a clientes particulares con cuentas a partir de los 100.000 euros, según Cinco Días. 

Esta cifra no está tomada al azar, corresponde a la que ha fijado el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) para cubrir los depósitos de los clientes minoristas en caso de quiebra de una entidad financiera que tuviese que entrar en concurso de acreedores.
Pues varios bancos ya han mostrado sus cartas. Sabadell fue el primero en admitir que podría darse esta circunstancia si los tipos de interés seguían bajos o negativos durante mucho tiempo. 
De hecho, su consejero delegado, Jaime Guardiola, calificó de “inevitable” que se cobre a los clientes por sus depósitos, aunque en el caso de los particulares explicó en la presentación de resultados de la entidad que todavía no había ninguna decisión tomada.
Su homólogo de Banco Santander, José Antonio Álvarez, también dejo la puerta abierta a cobrar por los depósitos de los particulares si el Banco Central Europeo (BCE) rebaja más los tipos de interés. Si los mantiene al 0%, con el tipo al -0,5% para los depósitos que la banca coloca en el BCE, el número dos de Santander cree que no será necesario cobrar a los clientes de retail para compensar esta penalización.
Eso sí, Álvarez explicó que el banco no iba a aplicar nuevas comisiones, pero sí comentó que la entidad había comenzado a dar un giro a su negocio para compensar los bajos e incluso negativos tipos de interés. 
Y dicho y hecho. Un día después de estas declaraciones Santander decidió, y por sorpresa, modificar por completo y a la baja las ya menguantes condiciones de la que fue su producto estrella durante unos años, la Cuenta 1,2,3. Se acabó cualquier tipo, por pequeño que sea, de remuneración a los depósitos. Cero patatero, y gracias.
El consejero delegado de BBVA, Onur Genç, también amenazó con el cobro de los depósitos a los clientes particulares si bajaban más los tipos de interés o la competencia en España comenzaba a hacerlo, y recordó que algunas entidades europeas ya lo hacen.
Los tres bancos, además, reconocieron que podían reducir más sus redes de oficinas. Sabadell cerrará en 2020 unas 200 oficinas, BBVA unas 195, mientras que Santander explicó que aún están en proceso de cierre de 1.200 oficinas (el plan planteado en junio era cerrar 1.150 este año). Pero, en ningún momento Álvarez negó la posibilidad de emprender nuevos ajustes futuros.
Estas tres entidades, como el resto del sector, también han comenzado a expulsar sibilinamente a los clientes menos vinculados, “y más si tienen cuentas inactivas superiores a los 100.000 euros”, reconoce el director territorial de un gran banco.
“La banca se está planteando qué hacer con los clientes menos rentables”, explica Sergio Redruello, managing director de la consultora Alvarez & Marsal.
Solo el 30% de los clientes tiene un crédito, y esos son los verdaderamente rentables, explica el director de un destacado banco. Ahora que las entidades intentan experimentar cualquier posibilidad de lograr ingresos extra, pretenden que los clientes que tienen su nómina en otro banco trabajen solo con su institución principal, ya no quieren usuarios compartidos. “Nos empiezan a costar dinero”, asegura otro ejecutivo de un banco.
Todas las entidades financieras reconocen que van a ir a por todas en la venta de hipotecas, el producto que más vincula a un cliente con un banco. Y pese al tirón de orejas del BCE a algunas firmas por presentar ofertas demasiado agresivas, que pueden no cubrir el coste de capital, todos los responsables del sector responden lo mismo: “no vamos a subir los precios, la competencia es muy grande, y nadie quiere ser el primero en encarecer el crédito para la compra de una casa”.
Eso sí, al final, el cambio de la ley hipotecaria ha provocado un parón en la firma de estos créditos entre julio y sobre todo agosto, aunque ya ha comenzado a normalizarse la situación para la banca. Pero la aplicación de esta normativa, que entró en vigor en junio, supondrá para el conjunto del sector hacer frente cada año a cerca de 1.200 millones de euros de coste de formalización de la garantía real que anteriormente pagaba el cliente, según un estudio de Alvarez & Marsal.
En España el crédito hipotecario sumaba al cierre del pasado año más de 527.000 millones de euros, de los que 43.057 millones se concedieron el pasado año, y la previsión para cierre del presente ejercicio es que lleguen a los 41.700 millones de euros en nuevas hipotecas, según datos que maneja Alvarez & Marsal. En la precrisis la cifra de hipotecas concedidas anualmente se elevaba a una media de 120.000 millones de euros.
El capital que consume de las entidades suma 116.000 millones de euros. El precio medio de las hipotecas a tipo fijo de nueva producción es de 2,35%, frente al 1,67% de las variables. En los últimos años la banca había propiciado la venta de hipotecas a tipo fijo, pero ahora la tendencia se ha vuelto a invertir, ya que el cliente sabe que los tipos bajos están para quedarse durante una larga temporada.
Conclusión, si en la actualidad las hipotecas concedidas antes de la crisis financiera y hasta 2012 no son rentables, para pasar a ser muy rentables entre 2012 a 2014 en precio, ya desde ese año hasta ahora estos créditos han vuelto a descender en rentabilidad para la banca. Y, a partir de ahora parece, si no lo remedian, que sus ganancias irán a menos. Otra mala noticia para la rentabilidad del sector.

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