GRANADA/ALMERÍA.- Una investigación de la Universidad de Granada ha demostrado que la primera ciudad de la Península Ibérica se estableció hace 5.000 años junto a los monumentos funerarios de Los Millares (Almería), una necrópolis que estuvo en uso durante casi un milenio con muchos vecinos y monumentos desconocidos.
Según ha informado en un comunicado la institución académica, se trata de uno de los sitios arqueológicos más importantes de Europa Occidental y está ubicado en Santa Fe de Mondújar (Almería), a escasos kilómetros de la costa mediterránea.
El trabajo de los investigadores, que publica la revista Archaeological and Anthropological Sciences, ha revelado que esta necrópolis estuvo en funcionamiento durante casi un milenio y que en torno a ella se estableció un poblado que alcanzó unas dimensiones, concentración poblacional y monumentalidad desconocidas hasta el momento que la convirtieron en la primera ciudad.
El investigador del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad y autor principal del estudio, Gonzalo Aranda Jiménez,
ha recalcado que la cronología es un aspecto clave en el estudio de las
sociedades del pasado porque de cómo se ordenen temporalmente los
eventos depende la capacidad de análisis y compresión de las dinámicas
sociales y culturales.
En 2012, el equipo de trabajo inició un programa de dataciones con el objetivo de estudiar la cronología de las construcciones megalíticas de sur peninsular en el que analizaron Los Millares, referente arqueológico de Europa Occidental.
Estructura compleja
Se considera un yacimiento único por su gran tamaño, con casi 19 hectáreas de extensión, por la riqueza de los ajuares funerarios,
que incluyen objetos realizados en materias primas exóticas como el
ámbar y el marfil, por la complejidad estructural del asentamiento, delimitado por murallas y fortificaciones y por la presencia en el entorno del poblado de hasta trece pequeños asentamientos.
A partir de la fecha de muerte de los individuos
depositados en el interior de las sepulturas, este estudio ha logrado
por primera vez dataciones absolutas que fechan los primeros enterramientos entre el 3220 y el 3125 a.C., aproximadamente hace unos 5.200 años.
Los Millares fue inicialmente un lugar sagrado
formado por una necrópolis de sepulturas megalíticas y las primeras
evidencias de asentamiento se produjeron con dos siglos de diferencia
respecto a la construcción de las primeras sepulturas.
Se compone de un poblado con cuatro líneas de murallas concéntricas,
una necrópolis de tumbas colectivas, de unas 13 hectáreas, y un
conjunto de 13 fortines, situados a ambos lados de la rambla de Huéchar,
que completan el potente sistema defensivo que controló el asentamiento
y su territorio más próximo.
La fundación del poblado de Los Millares junto a la
necrópolis se realizó en un corto intervalo temporal, de forma que hace
unos 5.000 años alcanzó unas dimensiones y concentración poblacional
desconocidas hasta ese momento y, cinco siglos después, nuevos cambios
lo transformaron y fue abandonado.
La necrópolis de Los Millares estuvo en uso durante casi un milenio, y que en torno a ella se estableció un poblado que alcanzó unas dimensiones, concentración poblacional y monumentalidad desconocidas hasta el momento en la Península Ibérica, por lo que se considera la primera ciudad de la misma.
Los Millares es uno de los sitios arqueológicos más importantes de Europa Occidental y que puede considerarse como un yacimiento arqueológico único debido a cuatro características principales que pasan por su gran tamaño con aproximadamente 19 hectáreas de extensión, de las cuales seis pertenecen al asentamiento y 13 a la necrópolis o la riqueza de los ajuares funerarios que incluyen objetos realizados en materias primas exóticas como el ámbar, la cáscara de huevo de avestruz y el marfil.
A esto se suma la complejidad estructural del asentamiento, delimitado por cuatro recintos concéntricos interpretados como murallas y fortificaciones; y la presencia en el entorno del poblado de hasta 13 pequeños asentamientos, también denominados "fortines".
A partir de la fecha de muerte de los individuos depositados en el interior de las sepulturas, los científicos de la UGR han conseguido por primera vez una serie de dataciones absolutas que permiten situar cronológicamente la construcción, uso, reutilización y abandono de la necrópolis de Los Millares.
Así, los primeros enterramientos se realizaron entre el 3220-3125 aC,
aproximadamente hace unos 5.200 años, y los últimos entre el 2390-2295
aC, hace unos 4.300 años. "Por tanto, podemos afirmar que la necrópolis
de Los Millares estuvo en uso durante casi un milenio", ha indicado otra
de las autoras del trabajo, Margarita Sánchez Romero, quien ha
remarcado que las diferentes tumbas datadas" muestra que no todas fueron
construidas a la vez y que, además, fueron utilizadas con diferentes
intensidades".
Este aspecto, según ha añadido, es de "enorme relevancia, dado que permite separar cronológicamente eventos rituales y funerarios que hasta este momento eran considerados como contemporáneos".
Los Millares fue en inicialmente un lugar sagrado formado por una necrópolis de sepulturas megalíticas. Las primeras evidencias de asentamiento se produjeron con dos siglos de diferencia respecto a la construcción de las primeras sepulturas. La anterioridad en el uso ritual y funerario de Los Millares sugiere que la localización del asentamiento podría haber estado determinada por el significado simbólico y sagrado del sitio.
El poblado de Los Millares, su extensión y complejidad constructiva
podrían explicarse como resultado de un proceso de concentración de
diferentes grupos sociales atraídos por el carácter sagrado y por la
especial significación del sitio.
La fundación del poblado de los Millares junto a la necrópolis se realizó en un corto intervalo temporal, de forma que hace unos 5.000 años, el poblado alcanzó unas dimensiones, concentración poblacional y monumentalidad desconocidas hasta el momento en la Península Ibérica.
Además, se desarrollaron innovaciones de enorme transcendencia cultural como la aparición los primeros objetos realizados en metal como punzones, puñales, escoplos, sierras o puntas de flecha en metal. Será a mediados del tercer milenio aC, hace unos 4.500 años, cuando nuevos cambios transformaron el sitio de Los Millares.
Según las dataciones radiocarbónicas, la mayor parte de poblado fue
abandonado en estos momentos, y solo el recinto interior también
denominado como ciudadela permaneció ocupado. Es en estos momentos
cuando los pequeños asentamientos o "fortines" fueron construidos y
habitados.
El abandono tanto de la necrópolis, de la ciudadela como de los "fortines" se produciría hace unos 4100 años, coincidiendo con los cambios culturales que dieron origen al desarrollo de la Cultura de El Argar, según han señalado los autores.
La necrópolis de Los Millares estuvo en uso durante casi un milenio, y que en torno a ella se estableció un poblado que alcanzó unas dimensiones, concentración poblacional y monumentalidad desconocidas hasta el momento en la Península Ibérica, por lo que se considera la primera ciudad de la misma.
Los Millares es uno de los sitios arqueológicos más importantes de Europa Occidental y que puede considerarse como un yacimiento arqueológico único debido a cuatro características principales que pasan por su gran tamaño con aproximadamente 19 hectáreas de extensión, de las cuales seis pertenecen al asentamiento y 13 a la necrópolis o la riqueza de los ajuares funerarios que incluyen objetos realizados en materias primas exóticas como el ámbar, la cáscara de huevo de avestruz y el marfil.
A esto se suma la complejidad estructural del asentamiento, delimitado por cuatro recintos concéntricos interpretados como murallas y fortificaciones; y la presencia en el entorno del poblado de hasta 13 pequeños asentamientos, también denominados "fortines".
A partir de la fecha de muerte de los individuos depositados en el interior de las sepulturas, los científicos de la UGR han conseguido por primera vez una serie de dataciones absolutas que permiten situar cronológicamente la construcción, uso, reutilización y abandono de la necrópolis de Los Millares.
Este aspecto, según ha añadido, es de "enorme relevancia, dado que permite separar cronológicamente eventos rituales y funerarios que hasta este momento eran considerados como contemporáneos".
Los Millares fue en inicialmente un lugar sagrado formado por una necrópolis de sepulturas megalíticas. Las primeras evidencias de asentamiento se produjeron con dos siglos de diferencia respecto a la construcción de las primeras sepulturas. La anterioridad en el uso ritual y funerario de Los Millares sugiere que la localización del asentamiento podría haber estado determinada por el significado simbólico y sagrado del sitio.
La fundación del poblado de los Millares junto a la necrópolis se realizó en un corto intervalo temporal, de forma que hace unos 5.000 años, el poblado alcanzó unas dimensiones, concentración poblacional y monumentalidad desconocidas hasta el momento en la Península Ibérica.
Además, se desarrollaron innovaciones de enorme transcendencia cultural como la aparición los primeros objetos realizados en metal como punzones, puñales, escoplos, sierras o puntas de flecha en metal. Será a mediados del tercer milenio aC, hace unos 4.500 años, cuando nuevos cambios transformaron el sitio de Los Millares.
El abandono tanto de la necrópolis, de la ciudadela como de los "fortines" se produciría hace unos 4100 años, coincidiendo con los cambios culturales que dieron origen al desarrollo de la Cultura de El Argar, según han señalado los autores.
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