sábado, 27 de febrero de 2010

Martín Soler y el yogur caducado / Pepe Fernández*

Si se hace caso a la rumorología, más o menos creíble en base a aciertos y evidencias anteriores, la Operación Poniente puede convertirse en breve en una autentica pesadilla para la clase política andaluza en general y, de forma especial, para el PSOE-A.

Uno de sus más notables dirigentes, el consejero de Innovación, Ciencia y Empresa, Martín Soler Márquez, aparece en todas las quinielas como uno de los políticos almerienses “políticamente contaminado” por el jefe de filas del PAL Juan Enciso y el interventor municipal José Alemán, ambos en prisión preventiva desde hace cuatro meses, siendo su ultimo destino carcelario la prisión de Albolote en Granada.

El inminente y “sorprendente avance” en la instrucción del sumario que, según diversas fuentes, se prevé culmine en unos días, con su levantamiento parcial incluido, vaticina que la Operación Poniente volverá con fuerza a las portadas informativas de la actualidad.

El estallido de la operación generó una gran ansiedad, interés y preocupación en el ánimo de la clase política almeriense y también del entonces flamante consejero de Innovación, quien meses antes, tras la ida de Chaves, ocupaba la Consejería de Agricultura. Su llegada, continuidad y ascenso en el gobierno de la Junta se lo debía a su amigo Luis Pizarro quien, al parecer, se impuso a Griñán cuando pensó en nombrar consejero de Innovación al entonces delegado de la Junta en Almería, Manuel Recio, de igual modo que a la delegada de Justicia en Granada, Begoña Álvarez, la nombró titular de la consejería.

-”Si hay un consejero por Almería, ese debería ser Martín”. Dicen que le dijo Pizarro a Griñán, quien acabó nombrándolo en sustitución de Vallejo, aunque mantendría a todo su equipo, jefe de prensa incluido. Unos meses después, Manuel Recio Menéndez acabaría en Sevilla como Secretario General de Economía, junto a Carmen Martínez Aguayo, integrante del “núcleo duro” del “griñanismo”.

Tenía lógica la ansiedad que le generaba al consejero de Innovación aquel asunto “de El Ejido”, entre otras cosas porque le retrotraía al pasado, a su década como secretario general del partido e impulsor de una política de pactos (nada o poco transparentes, por cierto) con quienes acababan de ingresar en la cárcel por orden de una juez y tras una investigación de dos años por la Fiscalía Anticorrupción.

La misma Fiscalía a la que Martín Soler acudió en 2005 para denunciar a los populares por el Caso Telvent (Abengoa) y que, quizás por el “efecto mariposa”, acabó provocando el estallido del caso de los hermanos Chaves, siendo una piscina municipal de Pulpí, en Almería, la primera adjudicación en ser denunciada por el diario El Mundo de Andalucía. (Uno de los editores locales del periódico, Luis Montoya, fue acusado previamente por Martín de ser “el hombre del alcalde” como comisionista en el caso Telvent. Montoya devolvió el golpe investigando a la familia del presidente y a Climo Cubiertas, con el resultado de todos conocido.)

Para Martín Soler, a esas alturas del 20 de octubre de 2009, todo aquello de Enciso, Alemán, el PAL y El Ejido le quedaba lejos, tan lejos como cuando estando aún Enciso en el PP le definió como un “yogur caducado” y el alcalde le respondió aquello de “Martinico y tú eres el niño del pito”. Como se ve artillería con blandi blue del parvulario.

Desde luego era su prehistoria política la que volvía como un fantasma del pasado y que, pese a los reiterados reveses electorales sufridos por su partido frente a la derecha en Almería, le habían colocado en algo más que una Consejería en Sevilla. Estaba situado en una rampa de salida que podría conducirle a ser el candidato del aparato para sustituir a Manuel Chaves en 2013 – según los planes de Pizarro- o suceder al Griñán que creían de transición, hasta que éste último decidió ser el líder que llega para quedarse mientras el cuerpo aguante.

La convocatoria de un congreso, la retirada de Luis Pizarro de primera linea y la posterior remodelación del gobierno, parece que pueden dejar aparcada ´sine die´ la carrera presidencial de Martín Soler a la Junta. Y algo más: queda convertido en el débil eslabón perdido de una mayoría reciclada y asumida por Griñán, a pesar de sus últimos y reiterados intentos por sensibilizar a muchos, algún senador que otro entre ellos, sobre el desastre que supondrá la política suicida a la que se conduce actualmente al partido.

Aparentemente alejado de la dirección política del PSOE en Almería, pero investido con los ropajes de consejero, Martín Soler ejerce gran influencia en su sustituto Diego Asensio, no tanta en Juan Antonio Segura Vizcaíno, el número dos en Organización, que dicen que tiene criterio propio y piensa más en los intereses generales del partido y “muy preocupado por la situación actual”. Quien conoce a Soler sabe que ningún movimiento o nombramiento que se produzca en el ámbito socialista institucional almeriense, escapa al control del actual titular de Innovación.

Durante estos meses de vino y rosas, convertido en el tercer hombre del ejecutivo, aquellas viejas amistades de El Ejido celebraron en su día que “Martinico” mandase tanto en la Junta. Enciso, Alemán y su amigo común el empresario Ambrosio Cuevas, imputado y socio del ex ministro del Interior Pepe Barrionuevo, conocían a Martín y sabían de su poder en el PSOE-A a través de su amigo de veraneos en Aguamarga, el Vicesecretario General, Luis Pizarro.

-”Y ahora, en la Junta, donde hay tanto inútil... Verás Martinico como los pone firmes muy pronto”, comentaban, medio en serio medio en broma, en algunas sobremesas del afamado restaurante La Costa los miembros del clan.

La política de pactos impulsada por Martín Soler en el ultimo lustro almeriense se ha revelado catastrófica y también diabólica por sus resultados finales. Les volvió a humillar el PP, siendo Almería la única provincia andaluza donde no gana el PSOE ni paseando por las ferias a “Tomate Man”. Los pactos con Enciso, primero en la sombra en 2005 y después a la luz del día, han ayudado por otro lado a mantener políticamente el nido del huevo de la serpiente, cuyo cascarón está a punto de romper la Justicia.

Martín Soler, que pasa por ser uno de los almerienses mejor informados, fue de los que siempre mostró dudas respecto de la veracidad de las informaciones que hablaban de una investigación de la Fiscalía en El Ejido. (En esas dudas ha coincidido con los del PP) Parece, ya veremos, que ni siquiera prestó demasiada atención a cuando hace un año lo confirmaba públicamente en Almería el Fiscal General del Estado, Cándido Conde Pumpido. (Por cierto, confirmación que parece que coincide en el tiempo con el inicio de los seguimientos telefónicos a los principales imputados de la Operación Poniente.)

Martín Soler, a finales de septiembre pasado, recibía la misma información oficiosa que le habian hecho llegar a Enciso y Alemán desde la Fiscalía de Almería: “que se había archivado la investigación”. Sí, una investigación archivada con la complicidad de los denunciantes, -CCOO- , pero en realidad era “una trampa” de los fiscales para que los vigilados se confiasen nuevamente y volviesen a los negocios más diversos, políticos y económicos, desde sus respectivos teléfonos fijos y celulares.

Hay testigos de conversaciones del alcalde en 2006 con un supuesto “Martín Soler” al otro lado del teléfono cuando la Junta ponía reparos al PGOU de El Ejido, cuentan que conversaciones en tono alto e intimidatorio hacia el PSOE que no cumplía, según reprochaba Enciso con voz tronante, “su parte del trato” en materia urbanística.

La llegada de Martín a la Junta levantó un especial interés en Pepe Alemán, sobre todo cuando llegó a Innovación, aprovechándose de un amigo de ambos, un ex parlamentario del PP y ex amigo de Arenas, para estrechar lazos y contactos. No es descartable, por tanto, que en las grabaciones al teléfono de Alemán se conozcan confidencias del amigo del amigo de Martín.

Ver al consejero en las ferias de Sevilla, Málaga o Almería coincidiendo de copas con Pepe Alemán o Juan Enciso, nunca sorprendió a nadie, porque se sabía de la buena relación que los socios políticos venían manteniendo desde que Enciso abandonó el PP, tres minutos antes de que lo echaran.

Una de las victimas políticas de Martín Soler en el PSOE de Almería, que pasados los años confía en que pueda rehabilitarse a cuenta de la Operación Poniente, mostraba no hace mucho su convencimiento de que el escándalo de El Ejido acabará salpicando a gente del partido, “al partido como tal no”, aunque de hecho “ya está salpicado. Martín y Diego Asensio saben muy bien el alcance de los acuerdos y compromisos contraídos con Enciso, Alemán y Añez y si en esos acuerdos ha estado el mirar para otro lado en determinados asuntos como las subcontratas”.

Cuatro meses después del estallido de la operación, el consejero de Innovación se ha colocado, sin quererlo, bajo los focos que conducen a la pasarela de la segunda y “sorprendente” fase de la Operación Poniente. Todo el mundo coincide ya en apuntar a la Operación Poniente como uno de los factores que marcarán el escenario político andaluz en los próximos meses. Directivos de una empresa que han estado hace poco con Martín Soler salían algo sorprendidos de la reunión.

“El consejero parecía en otro mundo, parecía más preocupado de lo que salga de un sumario, creo que habló de Almería, que de los temas que llevábamos entre manos.”

(*) Periodista y director de Onda Cero en Andalucía