Con un lleno y mucha preocupación se siguió, en el salón del
Instituto Galileo, la reunión informativa sobre el grave problema del
agua contaminada por radioactividad, con la intervención del Dr. José
María Calaforra, profesor de la Universidad de Almería e hidrogeólogo.
En la mesa José García Rueda, presidente de la Asociación La Traíña, de
La Chanca/Pescadería, barrio afectado de manera alarmante, quien hace
varias semanas dirigió una serie de preguntas que inquietan a las
familias, sobre el agua, a la alcaldesa, que no han sido contestadas,
mientras que la notificación recibida de la Delegación de Salud y
Consumo, en las últimas horas, la mayoría de las preguntas siguen sin
responder.
En la charla informativa del profesor, quedó claro que el agua que
llega a Castell del Rey, La Hoya, Pescadería/La Chanca y otros lugares
de Almería, que procede de los pozos de Bernal, no es potable, pues
presenta altos niveles de contaminación por radioactividad; por lo que
no se puede beber ni cocinar con ella; y hay que evitar el contacto del
agua con heridas.
El grave problema afecta a una población de unas dos
mil personas. “Estamos ingiriendo productos radioactivos por vía
digestiva. La radioactividad está relacionada siempre con el cáncer”.
“El agua que ha estado consumiendo el 70% de la población de Almería
capital es radioactiva”.
La sequía nada tiene que ver con la contaminación. Explicó el
profesor que estas son aguas fósiles, profundas, procedentes de los
acuíferos de Dalías; que están en contacto con unas rocas desde hace
miles de años, y han ido incorporando elementos radioactivos al agua.
No
se sabe desde cuando nos están llegando contaminadas por
radioactividad. Se han superado los niveles de contaminación, llegando a
0,15 mSv en la muestra.
Tienen uranio, que es muy peligroso. El agua
radioactiva se está mezclando con el agua de la desaladora. Seguramente
ha estado presente durante bastante tiempo y llegando a la ciudadanía
que ha estado consumiendo agua.
En Pescadería/La Chanca no hay tubos de la desaladora. Las familias
están pagando por agua desalada y les suministran agua contaminada por
radioactividad de los pozos de Bernal. En Almería han quedado barrios
sin agua desalada.
“No están los análisis del agua de los últimos diez años. Sospecho
que esa analítica no se ha hecho. O se ha realizado y ocultado. No lo
conocemos, no tenemos esos resultados y es obligatorio hacer una
analítica”.
Se habla que estas aguas están contaminadas por metales
pesados. Pero no es cierto. La radioactividad es otra cosa muy distinta.
No se elimina así como así. Esto va mucho más allá. Ha subido la
radioactividad. Hay unos protocolos establecidos que no se están
cumpliendo. Hay que hacer un seguimiento de esa analítica; el Ministerio
no lo ha recibido.
Expresó el profesor José María Calaforra la extrañeza que le produjo “
la rapidez con que se han realizado las obras de conducción hasta el
depósito de La Pipa y algunos más” de la desaladora. Informó de la
solución transitoria que Aqualia va a abordar en Castell del Rey, con un
depósito de diez mil metros cúbicos; que será llenado por medio de
cubas.
Los vecinos y vecinas de La Chanca/Pescadería y La Hoya tienen una
enorme indignación: “No hemos sido avisados de forma directa, cuando la
situación es grave”.
“¿Cómo el Ayuntamiento, Delegación de Salud y
Delegación de Educación no nos han comunicado, por escrito a nuestras
casas, que están llegando a nuestros grifos aguas contaminadas por
radioactividad? La comunicación, el envío de una carta a las personas
usuarias, es obligatoria por ley; y hay que denunciar los
incumplimientos.
Vecinos y vecinas exigen conocer los datos. Tenemos la certeza
–dijeron otros- que nos están ocultando información que es vital para
la población. Ante la situación de falta de comunicación se suceden
preguntas inquietantes: ¿Cuánto tiempo hace que venimos consumiendo agua
contaminada? ¿Qué tiempo puede pasar para que se genere una enfermedad?
Según el hidrogeólogo la clave está en la sobreexplotación. Ante la
extensión de los cultivos es cada vez más preocupante la
sobreexplotación a que están siendo sometidas las tierras del Poniente
almeriense o las del Bajo Andarax.
Y el uso de los acuíferos profundos,
las aguas “milenarias” que tienen relación con la contaminación por
radioactividad, como ocurre en los pozos de Bernal, y pueden tener
efectos perniciosos, directos, en la población, con enfermedades
cancerígenas.
El presidente de la Asociación La Traíña, José García Rueda, propuso
continuar con distintas acciones en beneficio del bienestar de la
ciudadanía; la petición de un depósito en condiciones para la zona, la
exigencia del agua potable y la denuncia ante la Fiscalía Provincial de
Medio Ambiente, según recoge un comunicado de La Traiña.