ALMERÍA.- La reducción de la factura energética con una rebaja del
5% del IVA o el descuento de cinco céntimos por litro de combustible
para los transportistas profesionales y los agricultores son algunas de
las medidas en vigor, incluidas en los paquetes de ayudas para compensar
a los sectores productivos y a las familias ante la inflación y las
consecuencias económicas de la guerra de Ucrania, que se quedan en el
aire a partir del próximo 31 de diciembre, cuando finaliza la última
prórroga, según recuerda Ideal.
Aunque las última noticias que llegan de Bruselas abren
una puerta a que el gasto público pueda crecer en los presupuestos para
2024, el Gobierno central aún no ha despejado la incógnita de si
mantendrá las ayudas.
Por el momento, están confirmadas la prórroga
hasta junio de la rebaja del IVA de los alimentos básicos y la
bonificación del transporte público para jóvenes y parados. El Gobierno
está analizando el comportamiento de los precios de la energía para
valorar si revisa, mantiene o da por finalizadas las medidas apoyo en
este campo.
Y pendientes de la decisión, en la provincia de Almería,
están unos de 20.400 agricultores y ganaderos, el centenar de armadores
de las cofradías de pescadores de Adra, Roquetas, Almería, Carboneras y
Garrucha, y las aproximadamente 2.900 empresas y emprendedores del
sector del transporte, que son los autónomos que recoge la Asociación de
Trabajadores Autónomos -ATA-, según datos del pasado mes de octubre.
Unos profesionales que se han beneficiado de estas bonificaciones y que
se quedarían sin red para afrontar un nuevo ejercicio en un escenario
muy complicado por la subida de costes.
Además, tal y como apuntó en su día el subdelegado del
Gobierno en Almería, a tenor del reparto de las ayudas, en el sector del
transporte de la provincia de Almería se benefician un total de 56.797
camiones de mercancías, 42.641 furgonetas, 861 autobuses y 575 taxis.
Los cálculos de la patronal Cepyme apuntan que el coste
laboral de las pequeñas empresas, que son las que componen el tejido
productivo de la provincia almeriense, acumula en los dos últimos años
una subida del 12,6% que presiona los márgenes de rentabilidad.
Un
problema general que, añadido a los específicos de los distintos
sectores, como la sequía del campo o la asfixia que arrastran los
transportistas, agrava la preocupación e incertidumbre ante el fin de
las ayudas.
La sensación general de las organizaciones empresariales
es que estas subvenciones no han sido la panacea ni han resuelto los
problemas de fondo de los sectores, pero en un contexto tan complicado,
«cualquier ayuda es buena».
Así lo aseguran desde la Asociación de
Trabajadores Autónomos, que apuesta por que, en lugar de dar ayudas
directas, se rebaje la presión fiscal, mientras que el campo pide que se
prolonguen las ayudas mientras persista la sequía, y el transporte
reclama soluciones a sus problemas de fondo que las rebajas del gasóleo
no han logrado enmascarar.
«No tenemos cifras del ahorro que han supuesto estas
ayudas, pero es evidente. Todo lo que sea bajar impuestos es ayudar a
que sea el autónomo el que gestiona el dinero y pueda invertir y
reinvertir en su negocio, en contratar», esgrime la vicepresidenta de
ATA Andalucía, Celia Ferrero.
Asume, no obstante, que las ayudas prorrogadas hasta
final de año desaparecerán «como va a pasar con la recientemente
confirmada reducción de los estímulos extraordinarios para autónomos por
la subida de la inflación y del incremento de los costes».
«Era una
medida aprobada por la crisis que tenía fecha de caducidad y que
verdaderamente no va a suponer ni 60 euros por autónomo», apunta
Ferrero.
Para la organización que representa a los autónomos, no
se trata de conceder ayudas a costa de recuperar ingresos «con un
espectacular incremento de impuestos y en cotizaciones sociales a los
autónomos que se viene produciendo y que todo apunta a que se va a
agravar».
«Lo que pedimos es que no se asfixie a los autónomos y que se
eliminen trabas administrativas y requisitos de difícil cumplimiento»,
sentencia.
La luz de las empresas
En materia de energía, el paquete de medidas tiene en
vigor, desde enero de 2022, una exención sobre el 80% del importe de los
peajes eléctricos para las industrias electro intensivas que finaliza el
31 de diciembre. La resolución de beneficiarios publicada por el
Gobierno incluye a más de 500 empresas de todo el país.
Más democrática ha sido la rebaja del 5% del IVA para
electricidad, gas y biomasa que ha repercutido en la factura de los
hogares en la provincia. La gran mayoría de los autónomos y pymes, sin
embargo, no se ha visto beneficiada de esta rebaja del IVA eléctrico, ya
que solo se aplica a los contratos con una potencia máxima de 10 kw y
siempre que el precio mensual del mercado mayorista esté por encima de
los 45 euros por kwh.
«Cualquier peluquería, comercio o cocina de bar
supera esta potencia contratada, así que esta rebaja ayudaba, pero no
tanto», apunta la vicepresidenta de ATA.
La valoración general de las asociaciones empresariales
es que, en materia energética, autónomos y pequeñas empresas se han
visto desamparados. En la misma línea, las empresas tienen gran
expectación por que se resuelvan las ayudas para compensar el sobrecoste
de energía que sacó la Junta de Andalucía y que se ingresarán este año.
El campo y la pesca
Los sectores agrario y pesquero han tenido cuatro
paquetes de ayudas para compensar la subida de costes de producción por
la Guerra de Ucrania, entre ellas, las específicas para los sectores,
cárnico, las de a sequía, las del sector lácteo y las de los
fertilizantes, que han inyectado 232 millones de euros en Andalucía,
según el Ministerio de Agricultura, que no cuenta con los datos
provincializados.
El pasado mes de junio, se prorrogaron las ayudas
extraordinarias para la compra de gasóleo agrario y pesquero, con una
bonificación de 10 céntimos por litro en los tres primeros meses y de
cinco céntimos en este último trimestre, hasta diciembre.
Para la organización Asaja, las perspectivas de 2024 en
el sector son las mismas o peores que las del actual ejercicio, por lo
que deberían prorrogarse todas las ayudas, a los sectores, por la sequía
y el gasoil. «Ni siquiera pedimos que se revisen al alza, pero sí que
se mantengan, porque estamos en la misma situación y en una situación
tan mala como esta cualquier ingreso es bueno», esgrimen desde la
Asociación de Jóvenes Agricultores.
Desde Coag, advierten de que los principales beneficiarios han sido los agricultores que cuentan con ayudas de la PAC.
Para las embarcaciones pesqueras, las ayudas sí han sido
un balón de oxígeno fundamental y su pérdida provoca una sensación de
vértigo.
«Se han recibido entre 1.000 y 35.000 euros los barcos más
grandes, de pago directo, y han sido fundamentales. Es que es lo único
que tenemos para enfrentar un 2024 que será muy difícil, cada vez con
más reducciones de días de pesca y más gastos. Un barco necesita 600
litros de gas-oil para faenar», recuerdan los profesionales del mar
consultados por Ideal.