Este fin de semana los españoles hemos asistido, tal vez demasiado
pasivamente, al triste espectáculo de un Presidente de gobierno sin
dignidad ni vergüenza.
Todo por la Patria
El viernes 9 de febrero dos guardias civiles (David Pérez Carracedo,
de 43 años y Miguel Ángel González Gómez, de 39) eran asesinados
mientras participaban en una desigual operación de lucha contra el
narcotráfico, que asola las costas de Barbate, Cádiz. Ambos fallecieron
al ser embestidos de forma totalmente premeditada por una embarcación de
alta velocidad.
En ese mismo suceso otros dos agentes resultaron heridos y todos
hemos sido testigos en las redes y en los medios que los
narcotraficantes sin escrúpulos que cometieron estos delitos eran
jaleados por gentuza, que no merece otro calificativo, en un espectáculo
más propio de un circo romano que de un país civilizado en pleno siglo
XXI.
Los guardias civiles asesinados, como el resto de guardias civiles y
militares, al atravesar diariamente el umbral del cuartel pasan debajo
de una leyenda que dice «Todo por la Patria«, que ese
día alcanzó su máximo sentido , con la entrega de la misma vida en
defensa de los intereses legítimos de los españoles.
Todo por la pasta
Al día siguiente, el sábado 10 de febrero, como si el día anterior no
hubiera pasado nada, Pedro Sánchez, presidente de un gobierno indigno,
eligió no asistir a ningún funeral de los guardias asesinados, cuando
era un duelo vivido y sentido a nivel nacional, pero sí a hacer un
“paseíllo” por la alfombra de unos premios Goya que, dicho sea de paso,
están muy politizados.
Además, lo hizo empleando para llegar a Valladolid, dónde se
celebraba la gala, unos medios públicos excesivamente costosos para la
ocasión: un Super Puma y un Falcon 900 del Ejército del Aire, con gran
escándalo de la ciudadanía, aunque eso a él le da igual, ya que los
medios de comunicación, clientelares y gomiosos, han guardado silencio
en este aspecto, pero no en ensalzar a su “jefe”.
Esta afirmación la hago apoyándome en dos artículos que a continuación se recogen.
El primero de ellos es un magnífico artículo de la publicación
Ok diario del periodista Roberto Pérez titulado
Cientos de agricultores esperan a Sánchez al grito de «¡Hijo de p…!» horas antes de que empiecen los Goya (
+INFO).
En él, se afirma que “a las 17.00 horas ya había cientos de
agricultores congregados a las puertas de la sede donde va a tener lugar
este evento” dispuestos a abuchear al presidente de este “desgobierno”
y, que “ante el panorama, Moncloa intenta que el presidente no se tenga
que ver con los manifestantes, entrando por un acceso alternativo y en
coche, en vez de a pie.
Es decir, introducirlo en coche oficial y escoltado hasta dentro del
recinto en el que va a tener lugar el evento, blindándolo de las
protestas y aislándolo por completo de quienes le exigen explicaciones y
soluciones”, de forma que el “paseíllo” que se ha publicado en las
redes no tuvo lugar en un espacio abierto, a la entrada del recinto,
sino que la organización lo montó “en el interior, bajo cubierto y, por
tanto, con entrada restringida”.
En el colmo de una adulación obscena, la periodista que lo suscribe
llega a afirmar que “el presidente del Gobierno ha sido recibido a
vítores de «Pedro, Pedro» a su llegada a la alfombra roja (este año
fucsia) de la Feria de Valladolid, como si se tratara de una estrella
más del panorama cinematográfico. La llegada de Pedro Sánchez ha corrido
como la pólvora en X, el antiguo Twitter, siendo uno de los momentos
más virales de esta edición número 38 de los Premios Goya”.
¿Qué se puede deducir de todo esto? Sencillamente que Pedro Sánchez,
en un día de duelo y consternación nacional, eligió programar una
“llegada triunfal” a un certamen aprovechado históricamente por la
izquierda para lanzar proclamas, con todo un montaje de unos supuestos
ciudadanos que se habían concentrado allí libremente y que le aclamaban
fervientemente.
Sin embargo, la realidad es otra, puesto qué si comparamos ambos
artículos, rápidamente nos daremos cuenta de que ese baño fue
programado, controlado y preparado por el mismo Pedro Sánchez, puesto
que si tuvo que entrar, casi como aquel que dice, por la puerta de atrás
según nos cuenta Roberto Pérez, las escasas 50 personas que puede verse
que le aclamaron a los gritos de ¡Pedro, Pedro! estaban en el interior
del recinto, con entrada controlada y ya podemos imaginarnos quiénes
eran.
(*) Licenciado en Derecho y coronel de Aviación (r)