jueves, 15 de marzo de 2018

Un comandante guardia civil al borde de las lágrimas al contar cómo se investigó el ‘caso Gabriel’


ALMERÍA.- Juan Jesús Reina, comandante de la UCO de la Guardia Civil, no ha podido evitar emocionarse hoy en la rueda de prensa en la que ha relatado cómo se desarrolló la investigación del crimen. Reina ha participado en otros casos como el de Diana Quer.

El teniente coronel de la Comandancia de la Guardia Civil de Almería, José Hernández Mosquera, y el comandante de la UCO Juan Jesús Reina, han dado una rueda de prensa este jueves para aportar más detalles sobre la desaparición, investigación y hallazgo del cadáver del niño Gabriel Cruz, de 8 años, desaparecido el 27 de febrero en Las Hortichuelas y cuyo cadáver fue hallado el pasado día 4, cuando se detuvo a la compañera sentimental de su padre, Ana Julia Quezada.
Los investigadores de la denominada ‘operación Nemo’ han confirmado, entre otras cosas, que no hay terceras personas implicadas en la muerte de Gabriel y que desde el primer momento sospecharon de Ana Julia, la autora confesa del crimen. También que pensaron y barajaron como hipótesis hasta el último momento que el niño estaba vivo, incluso hasta los instantes previos a la detención de la asesina confesa.
“Para los investigadores, desde el principio estuvo la hipótesis de que estuviese vivo. Eso ha condicionado mucho el manejar los tiempos y las acciones, es difícil actuar cuando vas buscando la seguridad de una persona, entraña muchas dificultades. El final no es el que esperábamos, todos esperábamos haber encontrado a Gabriel con vida”, ha dicho Hernández Mosquera.
Reina ha explicado que “más allá de la esperanza, hubo una serie de indicios” y ha afirmado que mientras hubiese una posibilidad, “por pequeña que fuese, había que pelear por ella”. “Nuestra obsesión era encontrar a Gabriel con vida”, ha incidido.
Por ello, la búsqueda de Gabriel se centró en habitáculos en los que pudiese encontrarse y evitar una “mala actuación que pudiese tener una consecuencia fatídica” ante la que se había convertido en la principal sospechosa.
En este sentido, han apuntado que entre dichos indicios se encontraba la “actitud extraña” de la mujer cuando la familia se planteó elevar la recompensa que ofrecían por Gabriel, lo que les hizo pensar en un posible móvil económico. 
Y han señalado que durante la investigación se percibieron ciertas “actitudes” sospechosas y un “cúmulo de incongruencias, de movimientos extraños”, entre ellos la aparición de la camiseta del niño junto a una depuradora, punto determinante para centrar definitivamente el foco sobre ella.
“Aparece en una zona buscada, la camiseta estaba seca, es ella la que propone buscarla”, ha incidido refiriéndose a su vez a las continuas “mentiras” como las supuestas pérdidas de teléfonos móviles en un “espacio de tiempo muy pequeño”.
Reina ha añadido que a esto se sumaron las comentarios “casi públicos” que realizaba la detenida sobre su convencimiento de que el niño iba a aparecer. “Incluso el día de la concentración dijo que no lo haría porque había mucha presión, que lo haría mañana. Eso nos animaba a decir, vamos, que está con vida”, ha dicho.
De esta forma, nada hizo pensar a los agentes que ya se encontraba fallecido mientras recababan otra serie de informaciones que permitieron llegar a una “conclusión clara” desde el punto de vista policial, que tenía “cierta ambición económica”.
Por esto mismo no se trabajó sobre la finca de Rodalquilar en la que se encontraba enterrado Gabriel con equipos dispuestos a la búsqueda de restos mortales; se descartó porque no lo habían encontrado vivo allí.
“La mañana del domingo, tenemos la primera constatación de que pudiera ser que no estuviera con vida y ahí se desarrolla todo el dispositivo y se ordena la detención, que se tuvo que hacer con mucho cuidado para no poner en peligro la vida de una tercera persona y si había un hilo de esperanza de que Gabriel estaba vivo para no hacerlo peligrar”, ha dicho.

“El momento más duro de nuestra carrera”

Fue al abrir el maletero del coche de Ana Julia que se comprobó finalmente que el niño estaba muerto. “Lo puedo definir como el momento más duro de nuestra carrera profesional. Lloramos, claro que sí, y el que no lo hizo allí, lo hizo luego”, ha dicho Reina, muy emocionado.
Asimismo, han desmentido a la detenida y han aseverado que en ningún momento hubo provocación del niño a la mujer.  “Los padres educaron en todo momento al niño en el amor y el respeto, en ningún momento Gabriel pudo hacer esos insultos”, han defendido los agentes, que descartan insultos del niño a la mujer previos a la muerte.
Los mandos de la Guardia Civil han explicado que el cuerpo permaneció en todo momento escondido en un “agujero” junto a la vivienda de la finca familiar en Rodalquilar, a unos cinco kilómetros de Hortichuelas de Níjar. Ana Julia ocultó el cadáver semidesnudo tras asfixiarlo, sin poder dar los investigadores más detalles al estar aún declarado el secreto de sumario.
Los investigadores aseguran que tienen acreditado que Ana Julia actuó sola, sin la participación de terceras personas, y que actuó de acuerdo a un “patrón ilógico”. 
“Estamos convencidos de que tenemos la carga de prueba para demostrar los hechos”, han dicho sobre la autoría de la detenida, la pareja del padre del menor.
En cuanto al móvil del crimen, los mandos de la Guardia Civil han indicado que está en la cabeza de quien lo comete, pero en cualquier caso, Gabriel era lo más importante para su padre Ángel, ya que pasaba con él todo el tiempo libre que tenía.
En esa misma línea, han considerado que Ana Julia es desde el “punto de vista policial” una persona de una “frialdad máxima” que mantiene una “falta de empatía hacia otras personas” y “egocéntrica”. 
También que es una persona a la que “ciertas circunstancias negativas” le pueden provocar una inestabilidad “muy grande” además de ser “muy manipuladora”.

Un químico y una «heroína griega»: Así es la familia de Gabriel Cruz

ALMERÍA.- Puebla de Vícar es un pueblo pequeño, rodeado de ese mar de plástico que caracteriza Almería. Los vecinos coinciden en la tranquilidad del lugar. «Nunca pasa nada. De tranquilo, es aburrido», dicen. Y así, tranquila, era como se sentía Ana Julia, la asesina confesa de Gabriel, según cuentan quienes la frecuentaban. «Llevaba unos meses en paro y deseaba encontrar trabajo», relata una de las dependientas del Mercado de Vícar, en el que ella solía comprar pavo para el pequeño Gabriel, según relata Abc

La definen como una persona cariñosa y amigable: «Venía siempre y pedía lo mismo que Ángel, pavo para el niño», repiten. Desde que el niño desapareció ninguno ha vuelto a acudir a esas tiendas.
La pareja vivía cerca del mercado, de la Comisaría, del teatro... En el centro del pueblo. Hoy la puerta de cristal de su portal tiene pegado un dibujo de un pez que recuerda a Gabriel. Tenían una vida normal. Ángel Cruz es químico y trabajó durante más de 10 años en Hormigones Domingo Giménez, a diez minutos de su casa. Los trabajadores de la empresa le definen como un excelente compañero, un buen padre y, sobre todo, una maravillosa persona. Recuerdan cómo muchas veces le acompañaba Gabriel a la oficina y mientras él trabajaba, el pequeño se quedaba pintando.
«Un niño adorable, que nunca dio ningún problema», recuerda Diego Plaza, el director del colegio al que asistía, Virgen de Loreto, en Almería. El docente solo tiene halagos para Patricia Ramírez, la madre del pequeño Gabriel; una «heroína griega», como dicen algunos, una madre coraje como creen muchos.
Durante todo el trágico suceso, ella ha dado una lección de humanidad, pero compañeras de la Diputación de Almería, donde ella trabajaba, dicen que no ha sido una excepción en su forma de ser. Patricia es Técnico de Actividades deportivas en la Diputación, lo que le llevó a ejercer de «speaker» en el circuito provincial de carreras populares donde conoció al hombre que la acosaba y del que en un primer momento se sospechó como autor de la desaparición de Gabriel.
Ángel y Patricia están separados desde hace años, poco después de que el pequeño naciera. Gabriel vivía con ella, pero ambos mantenían una relación muy positiva y estaban de acuerdo en la educación del niño. Hoy todo su entorno se vuelca para arroparles en estos duros momentos.

El padre de Gabriel, sobre la muerte de su hijo: «Quién sabe si me ha salvado la vida a mí»

MADRID.- Ángel Cruz, el padre del niño de ocho años Gabriel, ha afirmado que la muerte de su hijo quizás le haya salvado la vida, al haber supuesto la detención de su pareja, Ana Julia Quezada, y autora confesa del crimen del menor almeriense.

En una entrevista junto a la madre de Gabriel, Patricia Ramírez, al programa 'Desaparecidos' de TVE, los progenitores del niño han admitido que, tres días después del hallazgo de su cadáver, siguen sin asumir la pérdida de su hijo: «No hay consuelo ahora mismo, pero si esa mujer no le va a poder hacer daño a nadie más, Gabriel la ha ganado, aunque haya pagado con un coste tan alto como su vida, y nos haya destrozado las nuestras».
A pesar del visible dolor, Patricia Ramírez ha vuelto a destacar que la muerte de su hijo «ha logrado sacar de la gente muchas cosas bonitas». «Para mí se ha ido como un rey, y si ha servido para parar a la bruja, nos sirve de consuelo», ha dicho la madre, que ha agradecido de nuevo las muestras de cariño recibidas desde diferentes lugares de todo el mundo.
Sin embargo, los padres de Gabriel han criticado el tratamiento informativo de algunos medios cuando «han interferido en la investigación» antes del hallazgo del cuerpo del niño y la detención de su asesina. 
«Eso no debe ocurrir nunca, que por dar una noticia se pueda perjudicar una investigación», ha afirmado el padre, con aparente serenidad, alertando de las consecuencias que podría haber tenido en el desenlace de la búsqueda de Gabriel si el niño hubiera permanecido vivo tras su desaparición.
En ese sentido, Patricia y Gabriel se han remitido a la rueda de prensa que los investigadores de la Guardia Civil que se han encargado del caso han ofrecido este jueves en Almería en la que se ha explicado qué le sucedió realmente a su hijo.

La Guardia Civil explica cómo mató Ana Julia a Gabriel y desmonta su versión

ALMERÍA.- «No tenemos indicios para pensar que haya terceras personas implicadas. Para nosotros la autoría es de Ana y lo hace siempre sola», ha apuntado en rueda de prensa el teniente coronel jefe accidental de la Comandancia de la Guardia Civil de Almería, José Hernández Mosquera.

El otro dato relevante, por el momento, apuntado por Hernández es que «el cuerpo ha permanecido todo el tiempo en el mismo sitio», es decir, enterrado en la finca familiar de Rodalquilar, en el mismo lugar donde Ana Julia Quezada mató al niño el pasado 27 de febrero el día de su desaparición.
Juan Jesús Reina, comandante jefe de la UCO, por su parte ha dejado claro que la Guardia Civil no se cree en absoluto la versión de Ana Julia de que fue el niño el que la insultó y la intentó atacar con un hacha en la finca y que ella actuó casi en defensa propia. «Gabriel en ningún momento pudo hacer esos comentarios. Le educaron en el amor y en el respeto a los demás», ha apuntado Reina, que ha afirmado que los investigadores están «convencidos» de que tienen la «carga de prueba» suficiente para desmontar la versión de la asesina.
«Nuestra obsesión era encontrar a Gabriel con vida», ha apuntado Reina, dejando claro que esta obsesión de los investigadores ralentizó las pesquisas sobre Ana Julia, hasta el punto de que pensaron que podía haber un móvil económico, ya que la asesina tenía una «actitud extraña» cada vez que se hablaba de la posibilidad de una recompensa. «Para nosotros desde un punto de vista policial era una persona con cierta ambición económica», ha señalado el responsable de la UCO, que ha insistido que esa tesis del secuestro por motivos económicos ha estado viva hasta el final. «Hasta el último momento», ha recalcado Juan Jesús Reina.
Reina ha revelado que las acusaciones contra Quezada son las más graves y que apuntan a la premeditación y alevosía, puesto que las imputaciones formales que han hecho contra la detenida son «detención ilegal» (secuestro) y «asesinato» (no homicidio). «Ana Julia es una persona con una frialdad máxima, posesiva, egocéntrica y bastante manipuladora», ha explicado el responsable de la UCO.
«Desde un principio, las líneas de investigación se enfocan a la familia. La figura de Ana ya la teníamos estudiada. Sabíamos de su pasado en Burgos. La aparición de la camiseta es un punto fundamental. Ana es sometida durante varios días a un seguimiento y vemos que con frecuencia, pero siempre acompañada se desplaza a la finca de Rodalquilar. Esa vivienda había sido inspeccionada por la familia», ha abundado el jefe de la comandancia de Almería sobre la detenida.
Los responsables de la operación, además, han confirmado que Ana Julia probablemente tiró la camiseta del niño en las cercanías de la depuradora de Las Negras, muy lejos de la finca de Rodalquilar, no solo para despistar, sino para intentar implicar a su exnovio, y con el que había acabado discutiendo hace meses y que vive a solo 300 metros de ese lugar.
«Hemos demostrado que Ana Julia ha actuado siempre dentro de una farsa, ante la familia y los medios. Era su forma de intentar desviar la atención hacia ella», ha apuntado Reina.
El comandante jefe de la UCO ha insistido en que desde el principio pusieron su foco en la ciudadana dominicana por el «cúmulo de incongruencias y movimientos extraños, particularmente la aparición de la camiseta. Mantiene continuas mentiras que le son detectadas, perdió los móviles, contradicciones continuas…»
«Sabemos que tuvo la posibilidad física y temporal - para matar al niño y volver a Las Hortichuelas - porque estuvo dos horas fuera de la casa de la abuela», ha apostillado Juan José Reina.
Los responsables del operativo, preguntados por el móvil del crimen, han dejado entender, sin llegar a decirlo, que podrían ser los celos. «Solo podemos decir que para Ángel, Gabriel era lo primero. Era lo más importante. Cualquier hora, cualquier fin de semana libre se lo dedicaba a él», ha apuntado el responsable de la UCO.

El juez ve una "malvada voluntad en el plan criminal" de Ana Julia Quezada

ALMERÍA.- El juez instructor considera que Ana Julia Quezada, la mujer de 43 años en prisión provisional desde este jueves como presunta autora material de la muerte del niño de ocho años Gabriel Cruz, actuó guiada por "una malvada voluntad dirigida especialmente a asegurar" la comisión de su "macabro plan criminal".

El magistrado Rafael Soriano destaca, asimismo, la existencia de "abrumadoras pruebas contra ella" y se refiere no solo "a que ella misma ha reconocido el luctuoso suceso" sino también a las intervenciones acordadas judicialmente y a las pruebas recopiladas por los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, según han informado a Europa Press fuentes del caso.
"Resulta presuntamente incuestionable la participación de la detenida Ana Julia Quezada en la muerte del menor y se infiere una malvada voluntad dirigida especialmente a asegurar la comisión del crimen", recoge la motivación del auto de ingreso en prisión que señala que este extremo es lo que ha motivado que el Ministerio Público califique los hechos como asesinato con alevosía.
El juez indica que, como parte de ese "macabro plan criminal", se intentó dotar de una coartada haciendo labores de pintura en la finca de Rodalquilar, en Níjar, y resalta cómo "dio una falsa apariencia de preocupación por la desaparición y suerte del niño", al que se llevó "mediante engaño o promesa de devolverlo prontamente a jugar".
"Mantuvo el engaño a lo largo de los días, aumentándolo hasta el punto de colocar ella misma una camiseta del menor en el monte", subraya, lo que achaca a su deseo de "despistar a los agentes de la autoridad que practicaban la búsqueda" hasta encontrar el "momento" de poder "hacer desaparecer el cuerpo".
El titular del Juzgado de Instrucción nº 5 de Almería ha decretado este jueves el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para Ana Julia Quezada en el marco de unas diligencias previas que se siguen por los delitos de asesinato, detención ilegal y contra la integridad moral.
En la comparecencia de medidas cautelares, el Ministerio Fiscal solicitó la prisión para la detenida por los delitos de asesinato con alevosía y detención ilegal. Quezada volvió a declarar este jueves ante el juez después de que se acordase la prórroga de la detención durante 24 horas.
El magistrado, que mantiene las actuaciones bajo secreto, considera necesaria la medida de prisión por la gravedad del delito, la posibilidad de eliminación de pruebas y el riesgo de fuga.