VALENCIA.- Investigadores del Instituto de Matemática Interdisciplinar de la
Universitat Politècnica de Valencia (UPV) han creado una web que publica
diariamente una estimación de la predicción de la evolución del COVID-19 en España. De acuerdo a su trabajo, basado en los datos que proporcionan las autoridades sanitarias, a día de hoy, el pico de la enfermedad en nuestro país se produciría entre el 10 y el 25 de abril.
Asimismo, los números abren una puerta a la esperanza, ya que se aprecia una leve mejoría correspondiente a la mayor concienciación de la población
en los días previos a la declaración del estado de alarma, por lo que
esperan que, una vez que el modelo empiece a asumir los efectos del
confinamiento de la población, la evolución sea aún más favorable.
Así lo la explicado el investigador
del Instituto de Matemática Interdisciplinar Rafael Villanueva, quien
ha comentado que el proyecto se está llevando a cabo gracias a la
iniciativa y entusiasmo de sus jóvenes colaboradores.
El sitio web que han habilitado se ha realizado con ánimo académico. La información publicada corresponde a los resultados obtenidos de un modelo SIR (susceptible, infectado, recuperado).
La calibración del modelo se actualiza diariamente con los datos
ofrecidos por el Ministerio de Sanidad publicados el día previo a la
fecha del informe.
El modelo ofrece una predicción a tres días vista y los científicos
remarcan que los resultados son una predicción y pueden variar con
respecto a la realidad. De hecho, el dinamismo y la rapidez con la que se transmite el COVID-19 hace que los datos sean muy cambiantes.
De hecho, al principio del trabajo se manejaban “cifras brutales”
máximas de contagiados, que ahora mismo se han reducido ampliamente,
asevera el experto.
Uno de los objetivos de este modelo matemático es anticipar el
crecimiento y la llegada del pico de la afección, que en estos momentos,
de acuerdo a los últimos datos actualizados, se situaría a mediados del próximo mes de abril.
Villanueva comenta que el mayor nivel de concienciación ciudadana que
se logró en los días previos al estado de alarma se ha notado levemente
y es de esperar que los efectos de las medidas más drásticas tomadas
por las autoridades tengan una incidencia significativa cuando el modelo
matemático empiece a registrarlos (hay que tener en cuenta que existe
un retardo, debido, entre otras cosas, a que las personas infectadas
tardan días en diagnosticarse).
Esta situación de ‘cuarentena’ puede hacer que el pico del COVID-19
no sea tan alto –lo que sería deseable para no colapsar el sistema
sanitario– y algo más sostenido en el tiempo. Después de alcanzar ese
tope máximo, los casos irían descendiendo progresivamente.
Este grupo de investigación de la UPV ya ha trabajado anteriormente
con epidemiólogos y especialistas en vacunas.
Rafael Villanueva comenta
que el COVID-19 se comporta a rasgos generales como otros virus, pero su
novedad y la rapidez de contagio ha hecho que la situación sea “más
seria”.
Aun así, recuerda la crisis de la gripe A. “También la superamos con
medidas de concienciación. No llegamos al confinamiento pero aplicamos
el lavado de manos y la desinfección”, apunta.
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