viernes, 31 de mayo de 2019

El ibuprofeno y el paracetamol no se podrán comprar sin receta a partir de ahora

MADRID.- El ibuprofeno de 600 mg y paracetamol de 1 gr, la solución para muchos a todas sus dolencias diarias, se complica un poco a partir de ahora. Y es que el Gobierno quiere frenar la venta sin control de este tipo de medicamentos, donde también entran otros tan cotidianos como el omeprazol y algunos jarabes antihistamínicos.

La Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos de 2015 “obligaba” a los farmacéuticos a vender esos medicamentos con receta, algo que hasta ahora no se ha cumplido en prácticamente ninguna farmacia española y una costumbre con la que el Gobierno quiere terminar.
Esta normativa especificaba que los profesionales podrían dispensar “con receta” estos medicamentos a todo aquel paciente que lo necesite. Ahora, y con la entrada en vigor el pasado febrero del Sistema Español de Verificación del Medicamento (Sevem), el Ejecutivo pone fin a esta práctica, según informa El Confidencial
La nueva regulación establece que los envases deberán incluir una pegatina para evitar cualquier tipo de manipulación así como un código QR que facilite su registro y control, algo que hará más fácil detectar si una farmacia vende medicamentos de esta dosis sin receta. La nueva regulación no contempla dosis más bajas de estos medicamentos (400 mg y 500/650 mg), que quedan exentas.
Los titulares de farmacias que se ‘salten’ el nuevo procedimiento pueden enfrentarse a multas de entre 3.000 y 6.000 euros si reciben la visita de un inspector de Sanidad, algo que ha suscitado las quejas de la mayoría de farmacéuticos españoles. Algunos han querido aclarar que aunque hasta ahora había más “soltura” a la hora de dispensar estas medicinas, “siempre se hace bajo el criterio del profesional sanitario”. 
Aunque también reconocen que el consumos es muy habitual y que la población ha llegado a minimizar los efectos adversos de este tipo de medicamentos, por lo que el colectivo aboga por “concienciar a la gente de que hay alternativas que se venden sin receta, son suficientemente eficaces para dolores leves y minimizan los efectos adversos”.
En resumen, a partir de ahora los españoles tendrán que conformarse con dosis más bajas o acudir al centro médico para obtener una dosis más alta con la que tratar la dolencia. Una medida cuya efectividad ponen en duda tanto farmacéuticos como pacientes.

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