WASHINGTON.- Un equipo de científicos chinos ha
probado que el dióxido de carbono podría ser un fluido más eficaz y
mejor para el ambiente que el agua en la fracturación hidráulica para la
extracción de petróleo y gas, según un artículo que publica
la revista Joule.
La fracturación hidráulica, un
proceso que se usó por primera vez en 1860 pero que en su versión
moderna se ha expandido desde 1998, consiste en la perforación de pozos
de hasta más de 2.500 metros de profundidad, con un entubado de hormigón
y la inyección de agua con mezclas químicas a alta presión.
El conocido como "fracking" en inglés es una técnica que
se emplea para extraer crudo o gas a través de un fluido, normalmente
agua mezclada con arena, agentes que causan espuma, biocidas
(desinfectantes y antisépticos) y otros compuestos químicos como ácidos,
etilenos y sales, que se inyectan en la roca para fracturarla y sacar
los recursos de su interior.
De los entre 7 y 15
millones de litros de fluido inyectado, entre el 30 y el 50 % se queda
en la roca tras la extracción de los hidrocarburos.
Su alto consumo de agua y el riesgo medioambiental han suscitado
preocupación sobre esta técnica entre los expertos de la industria y los
ecologistas.
"Una fracturación no acuosa podría ser
una solución potencial para evitar estos problemas", dijo Nannan Sun,
científico del Instituto de Shanghái de Investigación Avanzada, que es
parte de la Academia China de Ciencias.
"Entre varias
opciones elegimos la fracturación con dióxido de carbono (CO2) porque
el proceso incluye beneficios múltiples. Sin embargo, todavía no tenemos
una comprensión fundamental de la tecnología, que es enormemente
importante para su posterior desarrollo y aplicación", apuntó el
experto.
Los beneficios del uso del CO2 engloban la
eliminación de grandes suministros de agua, lo que permitiría el empleo
de la técnica en regiones áridas; un menor riesgo de daños en las
reservas, lo que ocurre a menudo cuando las soluciones acuosas obstruyen
las formaciones rocosas; y la creación de depósitos subterráneos para
el dióxido de carbono capturado de la atmósfera.
"Hemos demostrado que el CO2 tiene más movilidad que el agua y, en
consecuencia, la presión con la cual se inyecta el fluido puede
adecuarse mejor a la porosidad de la formación rocosa", explicó Sun.
Un problema para la expansión a gran escala del uso de dióxido de
carbono es que, por ahora, el costo de captura del CO2 de las fuentes
emisoras es extremadamente costoso como para que sea un reemplazo viable
del agua.
En el curso de la última década, el uso de
"fracking" ha convertido a EE.UU. en el mayor extractor mundial de
petróleo crudo, y el Consejo Nacional del Petróleo calcula que la
fracturación hidráulica rendirá casi el 70 % del gas natural en América
del Norte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario