El
doctor Antoni Trilla, responsable de Epidemiología del Hospital Clínic,
uno de los sabios que Pedro Sánchez incorporó al Comité Científico de
la Covid-19,
ha puesto el dedo en la llaga, con la prudencia que suele
caracterizarle: "los efectos de la vuelta parcial al trabajo de este
martes se verán dentro de siete o diez días".
Como es más que sabido,
Sánchez puso punto y final al confinamiento total prescindiendo de las
opiniones de este comité científico y, en consecuencia, la decisión de
los dos partidos que componen el gobierno español, el PSOE y Podemos ha
sido prioritariamente política.
Las
cartas ya están tiradas y en un
plazo de dos semanas sabremos si la decisión tomada ha sido o no una
temeridad. Los últimos en pronunciarse han sido Metges de Catalunya, que
también han alertado de un posible rebrote "inasumible" del coronavirus
para el sistema sanitario.
Junto al final del desconfinamiento total se producirá el primer reparto de mascarillas
que la Creu Roja y Protecció Civil distribuirán en más de cien puntos
de los accesos al transporte público de las ciudades catalanas de más de
30.000 habitantes a las personas que tengan que ir a trabajar.
Para
tratarse de una emergencia sanitaria y de la propagación de un virus tan
virulento como el de la pandemia es obvio que son pocos puntos de
reparto y un número insuficiente de mascarillas.
El mando único impuesto
por Pedro Sánchez no debería ser permanentemente un castigo para la
ciudadanía ni tampoco actuar como una centrifugadora de problemas,
muchos de ellos como consecuencia de la incompetencia.
Hemos
de confiar, por tanto, en la responsabilidad de la ciudadanía y en su
madurez tras las numerosas apelaciones del Govern catalán a una
revocación de la decisión del gobierno español
que no se ha producido. Está visto que el ejecutivo de Pedro Sánchez
atiende poco a las llamadas que se le formulan y que en esta crisis
ambos ejecutivos han caminado en direcciones opuestas.
El primero,
además, con el apoyo de la patronal y de los sindicatos mayoritarios,
UGT y CC.OO., y el segundo enarbolando sus posiciones solo con el apoyo
de médicos y científicos.
Van a ser dos semanas claves para evaluar a España e Italia,
dos de los países que han reportado más víctimas en esta crisis y que
empiezan a relajar las medidas adoptadas con el confinamiento absoluto.
Italia aún tiene 566 muertos diarios y ha vivido esta última jornada un
repunte respecto a los 436 del domingo.
España ha situado los muertos de
este domingo en 517. Mientras, Francia, con 574
muertos en las últimas 24 horas, ha anunciado que alarga el
confinamiento obligatorio hasta el próximo 11 de mayo. Igual, en el
futuro, no bastará con decir que la crisis les ha cogido a contrapié
para salir a flote.
(*) Periodista y director de El Nacional
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