MADRID.- La seguridad de los
trabajadores centra la vuelta a la actividad de los sectores que han
parado durante la hibernación de diez días decretada por el Gobierno, un
retorno que es parcial en el caso de construcción y que aún no se
extiende a todo el territorio, ya que en ocho comunidades este lunes es
festivo.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha calculado -con información del directorio central de empresas (Dirce)- que el 67,32 % de las empresas españolas prestan servicios esenciales, según lo establecido en el decreto para la hibernación, lo que indica que
ese habría sido el nivel de actividad, al menos teórico, de las últimas
dos semanas, con un nivel de ocupación del 74,10 % del total.
La construcción, que supone el 12,56 % del tejido productivo, ha parado estos días prácticamente al cien por cien, manteniéndose en suspenso por orden del Ministerio de Sanidad las obras en edificios habitados por el riesgo de contagio del coronavirus entre trabajadores y residentes, aunque se podrán hacer reparaciones urgentes.
El presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), Juan Francisco Lazcano, ha explicado además que la actividad ha sido este lunes todavía baja porque en Madrid también es festivo por convenio. En declaraciones a EFE, Lazcano ha opinado que la actividad “se va a poder desarrollar no a los ritmos habituales pero sí con unas producciones que mantengan el empleo” y con las garantías necesarias para la seguridad de los trabajadores.
La Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de
Infraestructura (Seopan) calcula que el reinicio de la actividad mañana
martes en todas las comunidades autónomas implicará al 78,5 % del sector
y a 1.389.000 trabajadores, de los que 916.740 son empleos directos y
472.260 indirectos vinculados a otros sectores industriales.
El secretario general de la patronal de la reforma (Andimac), Sebastián Molinero, ha considerado que la
prohibición de llevar a cabo obras de rehabilitación y reforma en
viviendas habitadas “pone de manifiesto la urgencia de que se tomen
medidas específicas” para este sector, que tiene un peso del 75 % en el conjunto de la actividad residencial.
En el sector industrial la hibernación no ha sido tan generalizada como en la construcción,
ya que la del papel por ejemplo se ha mantenido abierta para producir
bienes básicos, como papeles higiénicos y sanitarios, envases y
embalajes para comida, bebida, productos farmacéuticos o de higiene y
limpieza, aunque ha extremado las medidas de precaución.
También la industria siderúrgica ha seguido
fabricando productos para sectores críticos a ritmo reducido, ha
explicado el director general de la patronal siderúrgica Unesid,
Andrés Barceló.
Otras empresas que suspendieron su trabajo en el periodo de
hibernación retomarán su actividad de forma inminente, dependiendo de
los calendarios laborales, ha dicho Barceló, que ha señalado que también
hay algunas que han aplazado la reapertura por falta de clientes, lo que le lleva a augurar medidas de ajuste de empleo en el sector.
En el caso de la industria azulejera, la Asociación
Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (ASCER) prevé
que el inicio de la producción y la actividad sea muy paulatino, de
forma que irá ajustando la producción a la demanda de sus clientes.
En el sector de la automoción la actividad no se reanuda de momento, ya que la mayoría de las fábricas de automóviles aprobaron expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) que van prácticamente hasta finales de mes.
No obstante, la patronal de fabricantes de automóviles y camiones
Anfac, la de concesionarios Faconauto y la de proveedores de automoción
Sernauto ya han cerrado con UGT y CCOO un acuerdo de protocolo
sanitario.
Hay excepciones como la de la planta de Seat de Barcelona, donde la dirección ha planteado la reincorporación física de hasta un 25 % de la plantilla que trabaja en áreas no ligadas a la producción,
lo que ha sido denunciado por los sindicatos ante la Inspección de
Trabajo, al no haberse acordado las medidas de seguridad para la vuelta.
El transporte de viajeros ha aumentado este lunes, pero sigue lejos de las cifras previas al estado de alarma,
ya que por ejemplo los usuarios del servicios de cercanías de Renfe en
Madrid han crecido un 53 %, pero solo suponen poco más del 10 % del
tráfico habitual en un día comparable.
Desde este lunes y hasta el miércoles, el Ejecutivo reparte en accesos de estaciones de transporte público y otros lugares 10 millones de mascarillas a quienes van a trabajar, con la idea de que a finales de semana sea posible adquirirlas con normalidad en las farmacias.
La “deshibernación” no supone cambios para el confinamiento,
que sigue conforme a lo fijado en el decreto del estado de alarma del
14 de marzo, con lo que muchas actividades continúan paralizadas, como
la hostelería y el comercio de bienes y servicios que no son básicos, en
tanto que se mantiene la recomendación de teletrabajar siempre que sea
posible.
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