jueves, 9 de abril de 2020

El Observatorio de Calar Alto no suspende su actividad por ser esencial para el avance científico


SEVILLA.- El Observatorio Astronómico de Calar Alto, gestionado conjuntamente por la Junta de Andalucía a través de la Consejería de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad, y por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) continúa en funcionamiento después de que el 29 de marzo el Gobierno endureciera el estado de alarma como consecuencia de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus (Covid-19) y paralizara todas las actividades consideradas no esenciales.

En un comunicado, la Consejería de la Junta señala que la labor que desarrolla este complejo de astronomía observacional referente en la Europa continental tiene esa consideración. 
De hecho, es una Infraestructura Científica y Técnica Singular (ICTS), una denominación que aglutina a las grandes instalaciones, recursos, equipamientos y servicios, únicas en su género, que están dedicadas a la investigación y desarrollo tecnológico de vanguardia y de máxima calidad, así como a fomentar la transmisión, intercambio y preservación del conocimiento, la transferencia de tecnología y la innovación.
Por eso, sus responsables continúan teniendo operativas sus funciones críticas para garantizar las condiciones excepcionales en las que operan el equipamiento y el instrumental, el más relevante, 'Carmenes', altamente sensible a variaciones de temperatura o de cualquier otro tipo, con el fin de que cuando se reanude la actividad se puedan retomar sin graves incidencias en el material.
Tras el estado de alarma decretado el 14 de marzo, Calar Alto canceló todas las visitas al centro, comenzó a suspender progresivamente las observaciones y el uso de sus telescopios, y redujo la presencia física de las 35 personas que conforman su plantilla en las instalaciones. 
Actualmente, tan solo permanece en ellas un grupo de tres ingenieros encargados de realizar las labores de mantenimiento esenciales del equipamiento destinado a la investigación y de controlar los sistemas de prevención contra incendios, cortes de corriente y de conexión a Internet o subidas de tensión.
Estas tareas se realizan adoptando las máximas medidas de seguridad para proteger la salud de este personal, que permanece aislado en las dependencias a más de 2.000 metros de altitud en turnos de seis días. La relevancia del trabajo que se desarrolla dentro de Calar Alto requiere de ese compromiso por parte de los trabajadores. El resto de la plantilla está teletrabajando desde casa.
El Observatorio de Calar Alto cuenta actualmente con cuatro telescopios: el de 1,23 metros, el de 1,5 metros, el de 2,2 metros, y el de 3,5 metros, el más grande del complejo. Además, estos telescopios disponen de un parque instrumental que se renueva periódicamente, y entre los que destaca el Instrumento Panic, que es una cámara infrarroja para estudiar la formación de las estrellas y, sobre todo, el instrumento 'Carmenes', acoplado al telescopio de mayores dimensiones.
Se trata de un espectógrafo de alta resolución capaz de observar en el campo visible e infrarrojo, lo que "lo hace único en el mundo", como resalta la Junta, y que permite localizar exoplanetas como la Tierra que se encuentran en zona habitable para la vida.
Todo ese equipamiento realiza mediciones y ofrece una información de gran precisión y para lograrlo no solo es necesario un cuidado diseño óptico, sino también mantener los telescopios y la instrumentación en condiciones de máxima estabilidad en el entorno de operación de cada uno de ellos.
Estos equipos trabajan en condiciones de alto vacío y con temperaturas controladas electrónicamente hasta la milésima de grado. Constituye, por tanto, un reto de primera magnitud, ya que, por ejemplo, para que 'Carmenes' desarrolle su función correctamente, requiere mantener la temperatura del aparato y de su entorno a 160 grados bajo cero, lo que se consigue con el aporte diario de 350 litros de nitrógeno líquido.
En ese escenario invariable y excepcional, indispensable para medir las pequeñas variaciones de velocidad radial que un planeta produce en las estrellas, este espectógrafo ya ha realizado más de 15.000 mediciones de 330 estrellas de nuestro entorno más cercano, a las que se somete a estudio para verificar si son aptas para la vida humana.
La Junta subraya que si se hubiese parado el funcionamiento de todo el equipamiento con el estado de alarma o si se produjera un apagón o un fallo en las tareas de mantenimiento que garantizan esas condiciones singulares, "se desencadenarían consecuencias muy graves" que conllevarían elevados costes económicos y que pondrían en peligro las investigaciones realizadas hasta ahora.
Además, "no existen garantías de que volvieran a reiniciarse todos los sistemas y dispositivos implicados", ahonda, como es el caso del sistema de servidores, de ahí que permanezcan encendidos permanentemente. "Se trata de una dotación muy valiosa y compleja que supone una inversión de unos 400 millones de euros a precios actuales", concluye la Consejería.
Calar Alto se fundó en 1973 fruto de un convenio internacional entre España y la entonces República Federal de Alemania. El Consejo de Gobierno autorizó en abril de 2019 a la Consejería de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad a formalizar la adhesión de la Junta de Andalucía al centro astronómico, en sustitución del Instituto Alemán Max-Planck-Gesellschaft, que decidió no continuar su participación en esta infraestructura.
El Gobierno autonómico participa actualmente como gestor y es copropietario de este complejo científico de primer nivel, junto con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Esta implicación ha permitido dar continuidad al desarrollo de sus actividades.
La Junta ahonda en que las instalaciones de este centro son actualmente "una referencia mundial", tanto por los telescopios y la instrumentación de vanguardia, como por la calidad del cielo en su emplazamiento de la Sierra de los Filabres, a 2.168 metros de altitud, que ofrece más de 180 noches de observación al año. 
La infraestructura se ha convertido en un observatorio único para estudios como los de la formación estelar en galaxias cercanas o la búsqueda de exoplanetas con condiciones para el desarrollo de la vida.
Mantiene acuerdos para el uso de sus infraestructuras con instituciones como el Observatorio Astronómico Nacional, el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, el Instituto de Astrofísica de Andalucía o la Agencia Espacial Europea. Asimismo, tiene una importancia clave para el mundo académico andaluz por su condición de gran laboratorio de desarrollo de instrumental de vanguardia para las escuelas andaluzas de ingeniería, especialmente en los ámbitos de la óptica, la mecánica, la electrónica y el software.
Cada año se publican unos cien artículos científicos en revistas de impacto con datos procedentes de Calar Alto en todas las ramas de la astrofísica moderna.
Los planetas, al girar en torno a su estrella, producen en ella ligeros movimientos oscilatorios que, si se miden con la precisión adecuada, desvelan su existencia, aunque no se puedan ver directamente. 'Carmenes' se ocupa de detectar esos planetas parecidos a la Tierra. Se podría decir que se encarga de confeccionar los futuros mapas que contendrán las rutas a astros con condiciones aptas para la vida humana.
'Carmenes' es el nombre del instrumento acoplado al telescopio más grande de Calar Alto, pero también designa al consorcio que lo diseñó y construyó. Más de 200 científicos e ingenieros de once instituciones en España y Alemania han participado en el diseño, construcción y explotación científica de este cazador de planetas, que desarrolla su actividad desde 2016.

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