MURCIA.- El Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, a propuesta de la Consejería de Turismo,
Cultura, Juventud y Deportes, ha aprobado la concesión de una ayuda por
valor de 100.000 euros al Ayuntamiento de Totana para el desarrollo de
obras de conservación, mantenimiento y seguridad del yacimiento
arqueológico argárico de La Bastida.
Las actuaciones consisten en un
conjunto de medidas de videovigilancia y de protección contra incendios
para el yacimiento y el edificio anexo, así como una serie de trabajos
de mantenimiento y conservación dirigidos a preservar la integridad de
los restos arqueológicos excavados hasta ahora y de mejorar el acceso al
público visitante.
El yacimiento arqueológico de La Bastida
se encuentra 6 kilómetros al noroeste del núcleo urbano de Totana. Ocupa
la ladera de un cerro en la confluencia entre la rambla de Lébor y el
barranco Salado. Se trata del primer enclave argárico descubierto y,
actualmente, es uno de los más importantes de la prehistoria europea, en
concreto de la Edad del Bronce.
Este período reviste un
especial interés para el conocimiento de nuestro pasado, ya que en él se
produjeron acontecimientos cuyos efectos todavía influyen en nuestro
presente, como el afianzamiento de la vida sedentaria, o el desarrollo
de la metalurgia.
En el poblado de La Bastida se encuentran
decenas de viviendas escalonadas en terrazas artificiales a lo largo de
las laderas del cerro. El propio enclave se sitúa en un lugar
estratégico, oculto desde el valle del Guadalentín y con buenas
condiciones naturales para la defensa.
De especial interés son
sus tumbas, localizadas bajo el suelo de las viviendas y que solían
contener uno o, a veces, dos individuos en posición encogida, dentro de
vasijas de cerámica o de cistas.
Una parte de estas tumbas contenía
también ofrendas, como cuencos y ollas de cerámica, armas, útiles y
adornos de cobre o plata, y collares de cuentas de hueso, concha y
piedra. Las diferencias entre estas ofrendas nos hablan de una comunidad
dividida en clases sociales.
Desde el punto de vista del
régimen de protección, el yacimiento de La Bastida goza de la máxima
figura de protección que ofrece la ley. Desde 2005 está considerado como
Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica, lo que
acredita su importancia científica y patrimonial.
Desde el
hallazgo del yacimiento y primeras excavaciones, a cargo del ingeniero
Rogelio Inchaurrandieta en 1869, el yacimiento ha sido objeto de
diversas intervenciones arqueológicas.
Los trabajos, que continúan en la actualidad, muestran una auténtica ciudad de unos 40.000 metros cuadrados que, en su época de máximo esplendor, hace unos 3.800 años, estuvo habitada por unas 1.000 personas. En aquel entonces era uno de los asentamientos más grandes de Europa y del Mediterráneo occidental.
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