Como dicen los argentinos, que son muy ingeniosos para
adjetivar situaciones, lo de el hotel El Algarrobico es un quilombo.
Menudo lío hay formado entre constructora que en principio obtuvo todos
los permisos legales para construir un emblemático hotel en un parque
natural de Cabo de Gata, los ecologistas que se opusieron, la Junta de
Andalucía que daba pasos adelante y atrás, y ahora el Tribunal de
Justicia de Andalucía.
Porque
lo de ese tribuna regional tiene miga. Donde antes unos magistrados
decían Digo, ahora otros magistrados del mismo tribunal dicen Diego. Y
ahora, pues es legal. Pero claro, la Junta de Andalucía, con el dinero
de todos los contribuyentes, vamos con el dinero que les sobra después
de todo lo que roban algunos políticos y empresarios afines al sistema
clientelar, pues pagan una millonada como derecho de tanteo y retracto
sobre la superficie donde está la construcción, casi al 90 por ciento
del proyecto definitivo.
La
patata caliente está en el Tribunal Supremo, que debe decidir si el
derecho de los actuales propietarios a terminal el hotel les ampara tras
la sentencia del tribunal andaluz, y anula la decisión política de la
Junta de hacerse con el terreno y demoler lo construido. En cualquier
caso, ya hay gastada una millonada en ese hotel que podía dar vida a una
zona deprimida, como es el levante almeriense.
Pero
claro, a lo mejor hay intereses ocultos a los que no les interesa que
se desvíe turismo a esa zona de Almería porque podría mermar la
ocupación de sus hoteles en Roquetas, o vete a saber. Y como todos
saben, esos empresarios tienen enganchados por los huevos a decenas de
altos cargos de la Junta, y a un pesoe al que han financiado desde que
era semiclandestino. Semiclandestino porque, que sepamos, nunca luchó de
verdad contra la dictadura.
Alguien
debería pagar el quilombo de El Alcarrobico. Alguien tiene culpa tanto
de su aprobación como de su denegación. Y a lo mejor alguien ya ha
cobrado para que se desmonte, como en su día alguien pagó para que se
autorizara. Si tiramos del hilo, pues daremos con los nombres. Yo,
algunos sí que me se. Y ustedes también. ¿Verdad?
(*) Periodista, ex director de 'La Crónica de Almería' y editor de www.muyconfidencial.com
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