SEVILLA.- El andaluz, como otras variedades del español, es una forma de hablar la lengua española, una variedad oral. Esto supone que, por escrito, no se puede averiguar si alguien es de Andalucía o no a menos que use términos que sean de uso exclusivo de esta comunidad.
A pesar de que se han llevado a cabo numerosos estudios sobre el origen del dialecto andaluz, o hablas andaluzas, como las llaman algunos teóricos, aun hoy se siguen teniendo muchas dudas sobre la procedencia de este acento propio del sur de España, según Diario de Sevilla.
Tal y como recoge un estudio de la Universidad de Sevilla sobre el español hablado en Andalucía, "las hablas andaluzas están entre las más y mejor estudiadas de las variedades del español. Sin embargo, la abundantísima bibliografía existente no ha tenido repercusión en el conocimiento que el andaluz medio, el no especialista, posee de su propia forma de hablar".
Esta realidad ha supuesto que los andaluces y andaluzas hayan sido, en numerosas ocasiones, objeto de tópicos infundados y prejuicios basados en la ignorancia. Y es que hace apenas un siglo el analfabetismo en la comunidad estaba presente en el 70% de la población.
Lola Pons, catedrática de Historia de la Lengua en la Universidad de Sevilla explicabaen 2022 que "el español de Andalucía es una variedad más del español, y es una variedad muy relevante tanto demográfica como históricamente, ya que es la base del español de América".
Origen del andaluz
Hasta hace relativamente se pensaba que la forma de hablar en Andalucía se debía a su pasado musulmán y que, por ello, se integraron el árabe con el español para dar lugar al andaluz. Sin embargo esta creencia no era más que un mito que se ha ido desmontando con los años.
Rafael Cano, catedrático de la Universidad de Sevilla, explicaba en una entrevista a Código Nuevo que "ni por razones históricas ni por razones lingüísticas se puede afirmar que las hablas andaluzas tienen una relación de causalidad o de origen con el árabe que aquí se habló".
Lo que sí le debemos al árabe, no solo en Andalucía sino en toda España, son las más de 4.000 palabras que se tomaron prestadas de su lengua y que se siguen utilizando en la actualidad: almohada, alforja, alguacil, aljibe...son solo algunas de ellas.
Otras afirmaciones que se han hecho sobre el origen del andaluz es que ya en tiempos romanos se hablaba diferente en el sur de la Península Ibérica, pero tampoco es cierto.
Según Pons, los rasgos más peculiares del dialecto andaluz son relativamente modernos y proceden de finales del siglo XV o del XVI, de ahí que esa serie de creencias, por ejemplo, de que ya los romanos de Bética «hablaban como andaluces» carece de cualquier fundamente científico.
Y argumenta que "obviamente hablarían de manera distinta a los de otras zonas del Imperio romano", pero en ningún caso se puede afirmar que utilizaran el acento andaluz.
Aunque no existe una idea clara sobre el origen de estas hablas, sí hay algunos investigadores que ponen especial atención a un elemento que hace diferente a Andalucía: el clima.
El buen tiempo que suele ser habitual en la comunidad, incluso cuando las temperaturas son muy altas, han dado lugar a que se haga mucha vida en la calle, por eso hay estudiosos como el catedrático de Lengua y Literatura, José María Pérez, que sostienen que el mayor uso de la lengua oral que se da en Andalucía ha propiciado que ésta haya avanzado y se haya ido haciendo más económica, con el acortamiento de palabras o las aspiraciones de la 's' en la pronunciación.
Cuando tuvo lugar la expulsión de los musulmanes de la región andaluza, ésta se repobló con personas que provenían de diferentes puntos de España. Esto transformaría, indudablemente, el habla de las distintas zonas de Andalucía. Por este motivo, además de otros, en la comunidad existen diferentes tipos de hablas, más de 10, en las que se puede distinguir el ceceo, el seseo e incluso el jejeo, entre otras muchas variedades.
Son muchos los lingüistas que hacen hincapié, desde hace décadas, en que existe una falsa creencia de que hay algunos usos del español mejores y más correctos que otros. La realidad es que todos son válidos.
A este respecto la catedrática Pons detalló que "científicamente, son todos iguales" y que, si unos acentos han tenido más visibilidad que otros, se ha debido a argumentos de carácter sentimental, que han servido para atacar o defender a unos y otros.
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