viernes, 5 de enero de 2024

'Scalextric', así nació el sueño de una noche de Reyes

 


LONDRES / BARCELONA.- La marca Scalextric ha tenido una historia problemática al ser propiedad o estar involucrada con varias otras empresas y marcas famosas. Pero nos vamos a centrar en sus orígenes, que nos traerían a Gran Bretaña.

En octubre de 1919, nace en Hampstead, Bertram «Fred» Francis. No era un buen estudiante, pero tras dejar la escuela a los catorce años, mostró un gran entusiasmo por la ingeniería y una aguda mente empresarial. Así en 1939, funda una empresa de fabricación de herramientas, Francis & Co. Estamos en plena II Guerra Mundial y se trabaja día y noche en el pequeño local situado en Mill Hill, Londres.

Tras la contienda, en 1947, Francis decide cumplir una ambición de la infancia y convertirse en fabricante de juguetes: funda así Minimodels Ltd. Lanzada en 1948, la máquina de escribir 'Minitype' fue el primer juguete fabricado por la recién fundada empresa. 

Y poco después introduce una gama de camiones de hojalata, aunque muchos creen que fue un coche bautizado como «Traffic Car» provisto de dirección y marcha atrás automática, el que se fabricó antes que los camiones.

 Y en 1950 lanza dos reproducciones de coches de récord: el Railton-Mobil Special, pilotado por John Cobb, y el MG EX-135 de Goldie Gardner.

En 1952, presenta dos gamas de juguetes de hojalata impulsados por mecanismo de relojería, una llamada Startex y otra llamada Scalex, que prescindían de la clásica llave de dar cuerda. 

Los de Scalex funcionaban presionando el coche hacia abajo, luego tirando de él hacia atrás sobre su quinta rueda (situada en su parte inferior, ligeramente detrás de la rueda delantera derecha); así se recargaba el motor, luego soltabas el pequeño coche y corría unos tres metros hacia delante. 

Los de Startex funcionaban según el mismo principio, pero tenían una cuerda que, cuando se tiraba de ella, cargaba el motor. Inicialmente, la gama Scalex constaba de reproducciones de cinco modelos reales: Jaguar XK120; Aston Martin DB2; Austin Healey 100 M; MG TF; y un Ferrari 375, a los que se añadirían después un Maserati 250 F y un Jaguar Mk I

Y la de Startex arrancaba con un Sumbeam Alpine al que luego se sumaron los Jaguar y Austin Healey de Scalex pero con el sistema de impulsión Startex.

La gama de coches Scalex se diseñó en una escala 1/32 para las berlinas, mientras que los coches de Fórmula 1 (el Ferrari y el Maserati) estaban más cerca de la escala de 1/28. 

La precisión de los modelos y la coherencia a escala son el origen de la denominación «Scale», y la adición de la «x» final no se sabe a ciencia cierta. Hay quienes relacionan esta «X» con el método de darle cuerda al motor del mecanismo de relojería: «x» es la naturaleza desconocida o sin llave del motor.

Llega el motor eléctrico

Fred Francis se dio cuenta que algunos de sus clientes instalaban pequeños motores eléctricos en sus modelos de hojalata y los colocaban sobre vías eléctricas con raíles no muy diferentes a las utilizadas por los modelos de trenes de la época. Así Francis no tardó en sustituir el motor de relojería en la gama de automóviles Scalex por uno eléctrico. 

Pero no se quedó ahí, y agregó un guía bajo del automóvil, e ideó un sistema de pistas con un canal en que se introducía dicha guía manteniendo así los coches en el circuito. Un simple botón de encendido/apagado a través de una caja de terminales separada, hacía circular por la vía la electricidad que alimentaba los motores de cada coche a través de unas trencillas situadas en la guía.

La nueva marca se denominó «Scalextric»: el «tric» adicional provenía de «electric». Así, la marca Scalextric se define como «la gama de coches Scalex equipados con motor eléctrico». Se cuenta que Fred Francis asistía a las carreras en el circuito de Goodwood y fue allí donde quedó fascinado por los Maserati 250, y Ferrari 375

Así que los primeros Los primeros coches Scalextric de hojalata fueron los dos monoplazas italianos de Fórmula 1, a los que se sumó posteriormente el precioso deportivo británico Austin Healey 100/6.

El primer set de Scalextric, se presentó en la Feria Internacional del Juguete de Harrogate en 1957, y un año después Fred Francis vendió Minimodels, incluido Scalextric, a los hermanos Lines Brothers, de Tri-ang.

Tri-ang continuó produciendo la gama Scalextric de hojalata en 1958 y 1959, pero utilizó Rovex (una firma que había adquirido en el año 1951 para producir trenes de plástico más baratos que los de metal) para desarrollar una nueva gama de modelos Scalextric más rentables. 

La idea se hace realidad en 1960, con coches que utilizan carrocerías de plástico y un derivado del popular motor Tri-ang X.03 utilizado en los modelos de trenes. Los primeros coches fueron los Lotus 16, Vanwall, Jaguar y Aston Martin DBR1. Además Tri-ang, introduce unos mandos que permitían controlar la velocidad de los coches apretando con el pulgar un pulsador.

El invento de Fred Francis llegaría a España tras un acuerdo, en el año 1962, entre la firma británica Tri-ang y la española Exin. Al principio, en España se fabricaban bajo licencia británica los transformadores y las pistas (que, por cierto, entre los años 1962 y 1964 las haría Pirelli), mientras que los coches y otros componentes venían del Reino Unido. 

En aquellos años comprar un coche de forma individual, es decir separado del set o conjunto de pistas, mandos, peraltes y vallas, suponía pagar entre trescientas y cuatrocientas pesetas, que era una cantidad casi prohibitiva para el poder adquisitivo de la media española.

Como modelos de esa época podemos recordar los Austin Healey, Mercedes SL, o los Cooper y Ferrari de Fórmula 1 que fueron los primeros coches fabricados en España por Exin a partir de moldes Tri-ang

Y luego vendrían los 600 TC, que fueron los primeros diseñados y fabricados por Exin. Esta firma española se acabaría convirtiendo en la dueña del Scalextric hasta su quiebra en el año 1992, dejando tras de sí una espectacular producción, siempre presentada en las cajas bellamente ilustradas por el artista Luis Bargalló.

Si bien los tiempos modernos no son objeto de este espacio, si cabe hacer un repaso rápido de estos. Tras el cierre de Exin, Scalextric pasó a manos de la multinacional Tyco. Pocos años después la empresa española Tecnitoys se convierte en dueña del Scalextric y multiplicará sus ventas entre 2001 y 2005. 

El éxito llevó a que a finales de 2006, el grupo Planeta, a través de su empresa especializada en capital de riesgo Inversiones Hemisferio, compra el 25% de Tecnitoys. Y junto a Hemisferio, a la ampliación de capital acudían nombres conocidos del mundo empresarial como Tomás Fornesa (hijo del expresidente de La Caixa), o Juan Rosell (padre del que fuera presidente de la CEOE). 

Pero en 2009 las ventas caen de forma espectacular: ya se sabe que a los financieros no les gusta el Scalextric (lo suyo siempre fue el Monopoly) y Tecnitoys se ve abocada a negociar con los bancos para vender sus activos.  

En la actualidad, en España, México y Rusia, la firma Scalextric la comercializa Scale Competition Xtreme SL, mientras que para el resto del Mundo es la inglesa Hornby Hobbies, que vende en España bajo la marca Superslot.

 
Pero lo nuestro es la historia y para completarla, un apunte final, una recomendación: la lectura de una de las obras más completas a nivel mundial realizadas sobre este más que juego, «Scalextric, historia y nostalgia», realizada por un equipo encabezado por el vallisoletano Jesús Alonso Domingo, un trabajo lleno de rigor y de una extraordinaria pasión. 

La misma pasión con que niños y adultos seguirán apretando en sus manos los pequeños mandos de velocidad con la ilusión de que los coches del Scalextric nunca dejen de correr.

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