martes, 16 de agosto de 2022

El último aullido / Fernando López-Mirones *


Nunca, nunca, nunca olviden que el NOM conoce los datos reales de todo de forma constante e instantánea, por eso se anticipan.


Nosotros solo podemos mirar a las jirafas; pero siempre debemos disparar delante de la liebre, nunca donde está ahora, no es real, hay que apuntar hacia donde estará después.


Actuamos tarde. Ellos ya saben qué harán en septiembre cuando masivamente la población rechace nuevos pinchazos.


Saben que vendrá el frío, saben que regresará la oscuridad a las seis de la tarde.
 

¿Cómo luchar contra eso?


Ningún dictador puede triunfar sin la ayuda de parte de la población. Hay que convencer lo más deprisa posible a todos los que podamos, es el único antídoto.


Incluso los emperadores romanos más nefastos gastaban enormes cantidades de dinero en ofrecer a la plebe juegos, circo, teatro y victorias militares; en subir el sueldo a la guardia pretoriana, en que hubiera “pan y circo” incluso para los esclavos.


Todo César sabía que el descontento del pueblo acabaría en su asesinato y sustitución.


Esto no ha cambiado, por eso el mayor esfuerzo de la Agenda 2030 se centra en engañar, en comprar medios, en tener a la mayor parte de la gente fuera de onda.


Si es lo que temen es porque es lo que lo que los puede vencer.


Si no les afectara no tratarían de disimular y yo ya no podría estar aquí escribiendo nada.
 

Prediquen, convenzan, solo eso y Dios puede vencerlos. 

 

(*) Geólogo 

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