ALMERÍA.- Esta semana ha sacado adelante sus primeros presupuestos
como presidente de la Diputación de Almería, los más respaldados
políticamente en muchos años. Tras renunciar a un escaño en el Congreso,
centra todo su esfuerzo e ilusión en la provincia con una hoja de ruta:
revertir el éxodo rural. Javier Aureliano García está contento. Y se le
nota. Además de no haber cosechado ningún voto en contra -algo que
ocurre por primera vez en muchos años-, 'su' presupuesto trae de la mano
otra novedad: es el primero planteado con carácter plurianual. Lo entrevista La Voz de Almería.
En el presupuesto hay una partida para el nuevo edificio de Diputación. ¿Sigue adelante el proyecto del Hogar Provincial?
La
intención que tenemos es crear un edificio para centralizar los
servicios de la Diputación Provincial de Almería, que sea el hogar
provincial. Por dos motivos. El primero, porque va a estar en el Hogar
Provincial. Pero el principal es porque va a ser el hogar provincial
real, donde tenga cada municipio un espacio, y que sea un edificio
moderno, funcional y sostenible. Lo hemos hablado con la oposición y
están por la labor.
¿Se terminará en esta corporación?
Lo
queremos tener listo en esta legislatura si es posible. Sabemos que es
un proyecto de envergadura, en torno a unos 30 millones de euros en tres
años. Es complicado, por eso queremos empezar cuanto antes y hemos
puesto una partida presupuestaria para iniciar el proyecto.
Se
acaban de aprobar los presupuestos y por primera vez en muchos años sin
votos en contra. ¿Qué virtudes tienen para no haber recabado
oposición?
La virtud es la disposición al diálogo. Tengo que
agradecer al Partido Socialista, a Ciudadanos y a Vox la disposición
que han tenido a dialogar. Ya lo dijimos en el discurso de investidura,
que esta iba a ser la legislatura del diálogo. Estamos muy orgullosos de
que hayan salido los presupuestos sin ningún voto en contra. Y nos
hemos puesto un reto, intentar que los próximos salgan por unanimidad
porque la sociedad nos requiere del diálogo. Las mayorías son para
representar, pero el diálogo es para gobernar y tenemos que seguir
hablando con la oposición para que sean partícipes de las grandes
decisiones de esta provincia.
¿Qué aportaciones han hecho el resto de grupos a este presupuesto?
Bueno,
ha sido en las formas y en el fondo. Hemos cambiado totalmente la forma
de hacer presupuestos, no cortoplacista, sino a largo plazo. Hemos
hecho un presupuesto hasta el año 2023 y hemos dividido las inversiones
plurianualmente. Al menos vamos a invertir en infraestructuras 140
millones de euros. Seguramente esa cifra se doble. Para nosotros la
prestación de servicios es inversión también. Y la oposición ha estado
de acuerdo, ha aportado sugerencias para planes, y ha ayudado a hacerlo.
Evidentemente hay muchas cosas que no hemos podido llevar a cabo. Al
final todo el mundo tiene que ceder para que podamos llegar a un punto
de encuentro. Y ha habido un compromiso del equipo de gobierno de que
las cosas que no se han podido meter ahora se puedan hacer con la
incorporación de remanentes en marzo.
¿En qué modelo se han inspirado para esta nueva filosofía de presupuesto?
No
hemos tenido un modelo, lo hemos creado nosotros. Nos hemos sentado el
equipo de gobierno primero, hemos visto qué queremos hacer en cuatro
años y lo hemos plasmado en papel. Y además se lo hemos contado a la
oposición y han colaborado y sabemos ya perfectamente al menos lo que
vamos a invertir en infraestructuras y en gasto corriente. Y a partir de
ahí, el presupuesto es un documento vivo. Se puede modificar todas las
veces que se quiera. Ya le anticipo que vamos a modificar el presupuesto
del año 2020 varias veces.
¿Y cuáles serían las propuestas estrella para estos cuatro años?
En
primer lugar un presupuesto tiene que ser transparente, y que todos los
vecinos sepan lo que esta Diputación y este gobierno van a hacer en
estos cuatro años. Segundo, tiene que estar dialogado. Hay que atender a
los tres núcleos duros de nuestra economía, la agricultura, el turismo y
la industria. Y un cuarto bloque, luchar contra la despoblación.
Siempre lo decimos, no queremos obligar a nadie a que se quede a vivir
en un pueblo, pero tampoco que nadie se sienta obligado a vivir en una
ciudad. La Diputación tiene que poner las condiciones para que la
sociedad genere empleo, para igualar oportunidades, crear servicios y
conectar a las personas. Que todo el mundo tenga las mismas
oportunidades, vivan en Benitagla como en Almería. Ese es el objetivo
del presupuesto y los pilares básicos de la legislatura entera.
¿A lo que más dinero se va a destinar es a ayudar a empresas para generar empleo?
Por
supuesto, con el plan de autónomos, eso es ayudar a personas para
generar empleo. Con Sabores Almería, la marca Gourmet. La mitad de esas
empresas están en municipios de menos de 3.000 habitantes y ya la gran
mayoría, desde que creamos la marca, han contratado gente porque le
estamos abriendo mercado, eso es ser el dique de contención de la
despoblación. También tenemos que luchar contra la exclusión financiera.
Ya está licitada la compra y la concesión de los cajeros automáticos en
los municipios que no tienen ni entidad financiera. Benitagla, que en
su vida ha tenido un cajero automático, va a tenerlo. Y cuando digo
servicios financieros estamos hablando también de servicios culturales,
deportivos y sociales, para que las personas se sientan con las mismas
oportunidades que vivir en una gran urbe.
Para asentar a día de hoy a la población son importantes las telecomunicaciones, ¿hay algo previsto en ese sentido?
Estamos
en conversaciones con las compañías de telecomunicaciones. Nuestro
objetivo es que los 103 municipios de la provincia y la entidad local de
Fuente Victoria tengan fibra óptica. Estamos muy expectantes de lo que
va a hacer el Gobierno con el programa 300 por 100, que lo puso en
marcha el Gobierno de Rajoy. Ahora el gobierno de Pedro Sánchez dice que
lo va a retomar. Ya le puedo adelantar que si eso no ocurriera, la
Diputación hará un programa específico para llevar la fibra óptica a
todos los municipios. Tener fibra óptica es una ventana al mundo y
muchos autónomos o profesionales que quieren abrir sus despachos en
municipios de menos de 3.000 habitantes a través del programa que hemos
puesto en marcha, nos preguntan por la conexión a red.
La lucha contra la despoblación se ha puesto en la agenda de las instituciones públicas. ¿Es posible frenar el fenómeno?
Sí.
Voy a dar un dato. En Andalucía, la media de población que vive en las
grandes urbes es el 89 por ciento, solamente un 11 por ciento está en el
interior. Almería tiene un 75 por ciento en las grandes urbes y un 25
por ciento en el interior. Nosotros estamos a tiempo de frenar la
despoblación, con medidas de forma transversal. Todo el presupuesto de
la Diputación tiene que ir mirando a generar oportunidades. De aquí para
atrás hemos hecho muchas políticas para poner esas oportunidades. Quizá
por eso nosotros estamos mejor. Pero la despoblación no es un problema
del interior, también es un problema de las grandes ciudades.
¿En qué sentido?
Hay
que tener en cuenta que esas personas van a vivir a algún sitio y hay
que prestar servicios. Al final es un problema de sostenibilidad y de
concentración.La Diputación lo que quiere es cuidar de los que cuidan
del territorio. Almería ha crecido en los últimos diez años cuatro veces
por encima de la media nacional. No está perdiendo población, está
ganando. Pero es verdad que el 80 por ciento de la población que se está
ganando está yendo a la zona del litoral o a las grandes urbes. Ahí es
donde tenemos que trabajar, con los alcaldes y con el tejido asociativo,
y de manera comarcal, porque hay servicios que no se pueden prestar a
un municipio, pero sí en el pueblo de al lado.
¿Hay alguna zona que preocupe más que otras?
Sí,
la Alpujarra está más afectada por ese éxodo. Es una zona que tiene
unos valores que tenemos que aprovechar para hacer una virtud. Tenemos
que seguir actuando en todo el conjunto de la Alpujarra y también en los
Filabres y Almanzora.
Para fijar la población
también hay que mantener abiertas escuelas. A principio de curso se han
cerrado algunas en la provincia. ¿No es un handicap?
No es
bueno que se cierren colegios, es imposible reconocer que eso es bueno.
¿Que se tienen que cerrar porque solamente hay un niño? Pues no podemos
condenar a un niño a que esté solo en un colegio. Y yo soy alcalde de un
pueblo donde hay un solo niño, y querría para ese crío que se fuera y
que interactuara con otros. Ahora bien, como responsables públicos
tenemos que poner las condiciones para que no haya un solo niño, sino
que pueda haber cuantos más mejor para que ese colegio no se cierre. Yo
te puedo garantizar una cosa hoy. Estoy totalmente convencido de que con
las políticas que estamos haciendo de lucha contra la despoblación se
van a abrir muchos colegios en la provincial, en pueblos que ahora mismo
los tienen cerrados.
¿Lo dice en serio?
Ya
lo verás y te acordarás de las palabras que te estoy diciendo. Quizá el
curso que viene empezarán a abrirse ya colegios. Verás cómo esto va a
surtir efecto. Colegios que ahora mismo llevan 15, 20 y 30 años cerrados
se van a abrir, por las políticas que vamos a hacer y que estamos
haciendo. Un colegio es clave. Un bar es clave, es un punto de
encuentro.
¿Hay algún municipio que no tenga bar? Cuesta creerlo…
Sí,
lo hay. O que solamente abren los fines de semana y hay algunos que ni
siquiera. Es que los bares es un punto de encuentro de los vecinos del
pueblo, donde se cuentan las penas, las alegrías y el día a día. Desde
los planes provinciales hay muchos municipios a los que les estamos
haciendo obras de rehabilitación del bar del pueblo, que es municipal y
que está en concesión, o el de la piscina.
Entonces, escuelas y bares…
(Risas)
Evidentemente también muchos más servicios. La sanidad también es
clave. Y la cultura, el deporte y el ocio. Y los bares, por qué no
decirlo, que también son clave para frenar esa despoblación. Es que hay
pueblos que no tienen esa posibilidad como para quedarte en ese pueblo a
vivir.
¿Cuáles son los planes de inversion clave del presupuesto?
Le
vamos a dar una vuelta de tuerca a los planes de obras y servicios y
que sea una revolución. Estamos hablando de subir la inversión mucho y
poder llegar en torno a los 75 millones de euros. Lo estamos todavía
diseñando. Aparte de eso, tiene que haber planes que ayuden a los
tejidos productivos. El otro día presentamos un proyecto de diez
millones y medio de euros en caminos agrícolas. Hay también un plan muy
ambicioso con la marca gourmet y la producción agroalimentaria.
Por supuesto, el turismo. Estamos en unos datos históricos y tenemos que
seguir manteniendo el nivel. Vamos a continuar con la puesta en marcha
del servicio de extinción de incendios y con el plan de los municipios
de menos de mil habitantes. El cine para nosotros es clave. A través de
la oficina Filmin Almería estamos consiguiendo muchos rodajes.
¿En qué puede consistir una revolución en un plan de obras?
Pues
precisamente en poner a disposición de los municipios mucho más dinero
para que puedan hacer mucho más cosas e invertir y generar empleo. Que
los municipios tengan a su disposición dinero para que puedan
aprovecharlo y que ningún municipio se quede sin los servicios que
quieran tener. Y ojo, una cosa es clave. Nosotros llegamos aquí con una
deuda de 201 millones de euros. En el año 2018 había de deuda 48 y en
2019 vamos a terminar con treinta y ocho de deuda. Fíjate todos los
planes y servicios que hemos puesto en valor y hemos bajado la deuda.
¿Dónde está el secreto?
En
intentar gastar mucho mejor y con mucha más eficacia y, desde luego,
recortar donde no beneficie al conjunto de la provincia. Poner en valor
proyectos que no te cueste más el mantenimiento que la obra. En
definitiva, gastar con cabeza.
¿Antes se gastaba mal?
Muy
mal, de manera muy ineficaz y muy ineficiente. Y también hemos salido
mucho a por dinero. Nos hemos traído de otras administraciones y aquí no
se salía a la calle nada más que para gastar.
¿En algún momento tuvo duda en si seguir en la Diputación o volver al Congreso?
No,
yo lo tenía claro. En ningún caso iba a dejar la Diputación porque
quedan muchas cosas por hacer y yo no podía fallar a los almerienses. Yo
se lo expliqué así a Pablo Casado, a Teodoro García, a Juanma Moreno, y
a Gabriel Amat. Lo entendieron. Yo estoy eternamente agradecido por el
ofrecimiento, pero quise estar trabajando con mi equipo en la
Diputación. Tengo un equipo fantástico que se lo está currando muchísimo
y nos quedan cuatro años apasionantes para hacer grandes cosas por esta
provincia.
¿No ha sido difícil que lo entienda la oposición?
Yo
estoy muy agradecido a ellos. Siempre tienes que ceder en cosas. Cuando
hay un diálogo lo más importante es que todo el mundo sienta que ha
ganado algo. Nosotros hemos ganado la comprensión de la oposición y son
muy importantes porque representan a muchos almerienses también. Y la
oposición ha ganado que el equipo de gobierno ha cedido en sus
pretensiones para mejorar el presupuesto.
¿Alguna lectura política de cabecera de la que haya sacado inspiración?
No,
no. Me gusta leer biografías de políticos relevantes. He leído a Felipe
González, Alfonso Guerra, Aznar, a Rajoy, a Sarkozy, a Churchill, a
Napoleón… al final te inspiran, pero lo más importante es que te
inspiren los almerienses. Cuando salimos fuera el equipo y nos sentamos
con las personas mayores, que te cuentan cosas, y cómo al final quieren
mejorar, esa es la mayor inspiración. Y si al final dejas una provincia
mejor de la que te encuentras, ahí está el legado.
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