ALMERÍA.- Una vez tomada Almería por tropas cristianas y la flota genovesa, llegó
el momento del reparto; y, a diferencia de hoy día, llegaron pronto a un
acuerdo los atacantes: el rey de Castilla y León, Alfonso VII, García V
de Navarra, el conde Berenguel de Aragón y Cataluña, la flota de Génova
y Pisa y los Templarios, según recuerda hoy La Voz de Almería.
Ramón Berenguel recibió un pasillo por el Mediterráneo por Murcia; los castellanos-leoneses incorporaron a sus dominios el resto de las tierras.
En
cuanto al botín, los genoveses, que fueron los que más aportaron,
fueron compensados con 60. 000 maravedís y el Sacro Catino, fuente de
perlas y esmeraldas en la que se sirvió la Última Cena según creencia
popular.
El conde Berenguel se llevó a Barcelona la Puerta de Pechina,
cuya pista se pierde en la Universidad o en el mercado de la Boquería,
según las fuentes. Alfonso VII se llevó la Gran Mezquita que dejó en el
monasterio de las Huelgas, en Burgos.
¿Y los Templarios? Pues se les asignó la defensa de la ciudad, algo
bastante difícil ya que estaba rodeada de territorios en poder de los
moros. La mayoría fue a sitiar la ciudad de Tortosa. Tan sólo diez años
duró Almería en su poder.
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