MADRID.- Cemex comienza este lunes el proceso de negociación
del expediente de regulación de empleo (ERE) planteado para los
alrededor de 200 trabajadores de las dos fábricas de cemento que cierra
en España, la de Gádor (Almería) y Lloseta (Baleares).
El
inicio de la negociación tendrá lugar con la constitución de la mesa de
negociación con los sindicatos, que se extenderá durante treinta días.
Cemex
planteó a mediados del pasado mes de octubre el cierre de dos de sus
siete plantas de cemento en España y la presentación de un ERE para sus
trabajadores ante la "drástica y continuada caída de la demanda de
cemento en el país".
El ajuste, que coincidió en el tiempo con los anunciados por Vestas y Alcoa, también se
achacó al "incremento de los costes de operación, fundamentalmente de
combustibles y la electricidad, al cambio de la normativa europea de CO2
y a la pérdida de competitividad en los mercado internacionales".
La
multinacional mexicana ratificó su intención de acometer esta
reestructuración en el país a pesar de aceptar participar en una mesa de
trabajo con el Ministerio de Industria y los sindicatos para buscar
alternativas industriales para sus plantas y recolocaciones para sus
trabajadores.
La mesa concluyó a finales de diciembre con la
localización de varios posibles proyectos para ambas instalaciones. En
el caso de Gádor se bajaran seis proyectos, entre ellos la promoción de
un parque de energías renovables o de una planta de tratamiento de
residuos.
Para la fábrica balear se han identificado ocho
proyectos, de los que sobresale el denominado 'Power to Green Hydrogen
Mallorca', una iniciativa de Enagás, Acciona y la propia Cemex para
levantar la planta de hidrógeno renovable más grande de Europa, mediante
un parque fotovoltaico, para su uso como combustible de transporte.
Por
el momento, y a la espera de eventuales recolocaciones en los proyectos
que finalmente cristalicen, Cemex aborda desde este lunes el proceso de
ERE para los trabajadores de las dos fábricas.
Se trata del
segundo ajuste que acomete en el país, cinco años después del que abordó
entre 2012 y 2013, en plena crisis, que supuso recortar 436 empleos y
la venta de una fábrica de Barcelona.
De
su lado, el Ministerio de Industria, además de buscar proyectos de
reindustrialización, ha diseñado con el sector del cemento un plan de
competitividad para esta industria. Entre sus medidas, el plan impulsará
el empleo de hormigón en la construcción de carreteras.
Además,
el Departamento de Reyes Maroto incluirá al sector cementero en otras
dos iniciativas en que trabaja. Se trata de las ayudas para las
industrias electrointensivas, esto es, las que tienen un gran consumo de
energía eléctrica y están por tanto expuestas a las subidas de la
factura de la luz, y las ayudas compensatorias por los costes que
registra por sus emisiones indirectas de CO2.
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