sábado, 20 de noviembre de 2010

La U.D. Almería hace el ridículo ante su afición frente a un C.F. Barcelona, que no le metió más goles porque acabó el partido (0-8)

ALMERÍA.- El Almería saltó al césped con las ganas propias de quién sabe que se va a enfrentar a un hueso duro de roer. Pocas eran las posibilidades, pero Guardiola ya había asegurado en rueda de prensa que Lillo era uno de los entrenadores que siempre le planteaba problemas. Aún así, este no sería uno de ellos. 

Durante los primeros minutos del encuentro se pudo ver casi todo lo que los almerienses harían en un partido de idas y venidas. Piatti, quién protagonizó las ocasiones más claras para su equipo, enviaba el balón a las manos de un Valdés, cuya tranquilidad estuvo presente en todo momento.

A partir de ese momento, el partido cambió. Cuando los más optimistas veían que el Almería podía dar el susto, Messi se sacaba de la manga un zurdazo tras una pared con Villa en la frontal del área y abría la lata de goles. 

Dos minutos después, y aún sin haberse recuperado del primer tanto, Iniesta se internaba por el lateral izquierdo, aprovechando un mal rechace de la defensa almeriense. El Barça conseguía una clara ventaja atajando el embiste inicial. 

Pero los locales aún tenían fuerzas para dar la vuelta al resultado. Piatti, lo volvía a intentar rematando, de nuevo, directamente a las manos de Valdés. Pero la puntilla a tal situación vino en el minuto 26 cuando, Santi Acasiete, al intentar despejar el balón que había centrado Maxwell, enviaba el esférico al fondo de la portería de un Diego Alves muy castigado esta tarde. La cabeza de Juanma Lillo pendía de un hilo.

Por su parte, el Barça no quitaba el pie del acelerador e insistía en sus ataques a la portería rival con jugadas combinadas que no llegaban a nada. Pero un nuevo jarro de agua fría caía en el estadio de los Juegos del Mediterráneo. Fontás, que sustituía a Piqué en este partido, daba un excelente pase largo a un Pedro que superaba a Alves, marcando a portería vacía. El público caía en un silencio acusador sin creer lo que veía. 

Pero la agonía no había acabado. Dos minutos después veían cómo Messi marcaba su gol número 100 en la Liga tras recoger el rechace de Alves. El partido, más que sentenciado, llegaba al descanso.

La segunda parte empezó tal y como había acabado. Se podía pensar que el Almería querría reparar su orgullo, pero no tenía ni las fuerzas suficientes como para parar aquél arrollador ataque azulgrana. La única pincelada fue la fallida vaselina de Piatti que intentó sorprender a Valdés a los 57 minutos. 

A partir de ahí el partido fue enteramente culé. Bojan, que había salido por Pedro, marcaba a los 62 minutos con un toque sutil. No iba a ser el único gol del de Linyola quién aprovechó con creces el buen ritmo del partido. 

Cinco minutos después Villa, el único delantero que se quedó sin marcar, disparaba desde lejos, el balón lo despejaba Alves y Messi, muy listo, lograba anotar el séptimo gol de la noche. A esas horas se convertía en pichichi con 13 goles a  expensas de lo que hiciera Cristiano Ronaldo ante el Athletic de Bilbao.

El Almería ya no podía hacer más de lo que hacía y se limitaba a correr detrás del balón. Aún así,  Messi con un contragolpe, esperó generoso a que Bojan se quedase sin marcador para asistirle y así que anotara el octavo. El Barça igualaba su máxima goleada a domicilio cuando humilló a Las Palmas durante los años cincuenta. 

De aquí al final del partido poco más se puede decir. El Almería miraba deseoso a que el partido acabara, mientras que los azulgranas seguían a lo suyo. Los de Guardiola cerraban la goleada de la jornada ante un Almería demasiado castigado y cuya fuerza inicial se fue apagando durante la primera parte, siempre según la crónica de 'El Mundo Deportivo' aquí recogida.

Despido de Lillo

El Almería despidió acto seguido al entrenador Juan Manuel Lillo después de su derrota 8-0 en casa ante el Barcelona, según informa el club en su página web (www.udalmeriasad.com).

El Almería celebró una reunión directiva de emergencia inmediatamente después del partido y Lillo fue informado de su destitución antes de abandonar el estadio Juegos del Mediterráneo.

"Los motivos son meramente deportivos debido a los malos resultados que ha cosechado el conjunto almeriense durante las últimas jornadas del campeonato, que le han llevado a situarse en puestos de descenso", dijo el club.

Lillo, de 45 años, estaba bajo una creciente presión después de un mal comienzo de temporada, y su situación se hizo insostenible tras la vergonzosa derrota ante el conjunto azulgrana, que dejó al equipo andaluz en los puestos de descenso con nueve puntos en 12 jornadas.

Fuentes del club, que aseguraron que el equipo "necesita un revulsivo" tras la mala imagen que ofreció en la goleada encajada (0-8) ante el FC Barcelona.


   El preparador vasco, que llegó al club andaluz el pasado año en sustitución del mexicano Hugo Sánchez, no ha sido capaz de que el Almería ganase en casa y sólo ha conocido la victoria en una de las 12 jornadas hasta el momento disputadas. Los rojiblancos son decimoctavos clasificados.

   De esta forma, Lillo --que se convierte en el cuarto técnico destituido en Liga este año--, ha conocido la decisión minutos después de que finalizase el choque ante el Barcelona. Las declaraciones del presidente Alfonso García ya hacían ver que sería inminente.

El club ya ha hecho oficial que el entrenamiento de mañana domingo será dirigido por un preparador físico interino hasta que se decida quien será el sustituto de Lillo. Los andaluces viven su peor situación en Primera desde que regresaron en el curso 2006/07.

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