MADRID.- Hace un mes, distintos analistas pronosticaban tres posibles curvas de salida de la crisis. Recapitulemos propone https://www.eldiario.es:
- La V auguraba una caída rápida seguida de un crecimiento igual de rápido.
- La U se parece a la V, pero con una recuperación un poco más lenta.
- La L, la más pesimista de todas, predice una caída rápida seguida de una lentísima recuperación.
A estos tres escenarios se suma ahora un cuarto, a medio
camino entre la L y la U. La nueva curva que dibujan ciertos analistas
se parece al logo de Nike, con una caída rápida que durará lo que dure
el aislamiento e irá subiendo poco a poco según se estabilice la
situación.
Un análisis preliminar de Deloitte sobre el impacto del
coronavirus en el consumo y la distribución desarrolla esta idea. De
acuerdo a la consultora —que explica que no es un informe al uso, sino
material utilizado durante un 'webinar'— la recuperación del gasto en
viajes, ocio y 'retail' no llegaría hasta pasadas las navidades de este
año.
El único sector que se ve beneficiado por el
confinamiento es el gran consumo, que ha vivido semanas agitadas. Los
españoles hicieron acopio de productos básicos durante los primeros días
de encierro. Ahora que ya tienen las despensas llenas, van con menos
frecuencia al supermercado pero llenan más la cesta, según datos de
Kantar. Por categorías, han crecido las ligadas a repostería (harinas,
mantequillas, azúcar y nata), legumbres, conservas, arroces y alcohol.
Aumenta más el consumo de cerveza (+23% frente a la semana anterior al
aislamiento) que el de bebidas de alta graduación (+17%).
El
análisis de Deloitte sugiere que el gran consumo solo se resentirá en
Navidad, donde el gasto caerá respecto a 2019. Los españoles haremos una
compra más austera. Tanto el turismo doméstico, como el corporativo y
de eventos e internacional no volverán a niveles pre-crisis hasta bien
entrado 2021. El sector turístico, uno de los motores económicos de
nuestro país, ya se plantea qué pasará con sus empresas y empleados cuando terminen los ERTE,
dado que los 84 millones de turistas que visitaron España el año pasado
no volverán a llenar los hoteles según termine el confinamiento
¿Un año perdido?
La
consultora analiza en detalle los escenarios previstos en los sectores
de alimentación y comercio. En Italia, el Gobierno prepara un plan para levantar las restricciones de forma paulatina. En España, Sanidad aventura más semanas de encierro, pero abre la puerta a relajar limitaciones si la evolución de la epidemia continúa estable.
Si
todo vuelve a la normalidad en mayo, el consumo de alimentación en el
hogar y fuera de él (en bares y restaurantes) se estabilizará en verano.
Los fabricantes habrán perdido margen porque todas sus ventas se
concentran en el supermercado, pero se recuperarán en el segundo
trimestre. En categorías como la moda, la belleza, el lujo y el hogar,
el 'retail' repuntaría en junio y las ayudas del Gobierno, a través de
sus avales, evitarían tensiones de liquidez en las empresas.
Pero
si todo vuelve a la normalidad en julio, la hostelería y la
restauración no alcanzarían niveles previos hasta 2021. El consumidor
habrá perdido poder adquisitivo —hay un millón y medio de personas expulsadas de sus puestos de trabajo y
las 620.000 personas afectadas por un ERTE, que en teoría lo
recuperarán cuando termine el Estado de Alarma, cobran ahora el 70% de
su sueldo— y no gastará tanto fuera de casa. Esto no solo afecta a bares
y restaurantes, también a sus proveedores. Los más expuestos a este
canal (por ejemplo, la carne de cordero y el queso de cabra)
seguirán perdiendo margen. En 'retail' sucederá algo similar:
tardaremos en comprar lo que no hayamos comprado estas semanas y
pequeños comercios con poca tesorería se verán abocados al cierre. Este
es el escenario que Deloitte describe como 'año perdido'.
El
último, al que llama 'economía de guerra' y en el que nada vuelve a la
normalidad hasta octubre, sugiere una concentración del 90% del gasto en
el gran consumo, una pérdida de margen generalizada, la desaparición de
pymes y problemas de liquidez en las categorías más impactadas. El
alcohol es otro buen ejemplo: aunque crezcan sus ventas en
supermercados, la mayoría se vende en hostelería. Esto provocaría el
cierre de fabricantes pequeños y medianos. También contrataciones más
precarias, para trabajar en almacenes y reparto a domicilio, porque
ganarían peso las ventas 'online'.
En un informe
paralelo, realizado entre el 23 y el 26 de marzo, la consultora analiza
las perspectivas empresariales y el impacto en los negocios de la
COVID-19. Lo hace a través de una encuesta a 207 empresas, de las que un
65% ha cesado la actividad de una parte de su plantilla. Preguntadas
por la recuperación, las empresas consideran que el empleo no se
recuperará hasta el segundo semestre de 2021, lo cual también pintaría
una salida lenta, en forma de logo de Nike.
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