EL EJIDO.- Las medidas de confinamiento adoptadas con
la declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo han dejado
atrapados a decenas de viajeros de diversas nacionalidades que navegaban
con sus propios veleros por la costa mediterránea, lo que ha obligado a
afianzar los amarres y ha restringir las salidas a tierra firme de los
navegantes.
Es el caso de Guillermo Jiménez y Katherine Stahr, una pareja
natural de Argentina que permanece desde hace semanas encerrada a bordo
del 'Shulco', su velero de 12 metros de eslora y cuatro de manga --unos
20 metros cuadrados habitables-- en cumplimiento de las medidas de
confinamiento, aunque llevan cerca de dos años afincados en el puerto
deportivo de Almerimar, en El Ejido.
"El confinamiento ha hecho un poco más cerrada la vida cotidiana,
lo que más extrañamos es salir a pasear. Esperamos que en verano se
pueda salir, pero creo que no será tan fácil, hay un poco de angustia
ante la posibilidad de contagiarse de una enfermedad que parece difícil
de controlar", ha explicado el propietario del velero,
quien vive en él con su pareja desde hace ocho años.
La vida dentro del barco se ha vuelto más "hogareña", según
Guillermo, quien únicamente ha salido dos veces para realizar una compra
en un supermercado cercano a la dársena Conde de Barcelona dado que se
han visto obligados a dejar de lado sus caminatas por el paseo marítimo.
"La sensación es bastante extraña. Almerimar está prácticamente
desierto y hay muy poca gente", ha confesado en relación a este espacio
turístico.
En total, el Puerto Deportivo de Almerimar cuenta con 1.032
amarres, de los se encuentran ocupados el 80 por ciento, aunque no en
todos ellos hay personas que pasan el confinamiento.
"Al principio se
fueron bastantes de los que están de tránsito. Han dejado el barco, han
cogido un avión y han regresado a sus países de origen", ha explicado el
capitán del puerto deportivo, Javier Marqués, quien por otra parte
apunta el alto volumen de barcos que ha asumido el varadero, que está
"en doble fila" con más de 140 naves.
"Hay gente que está en el barco y no sabemos ni que están, mucha
gente guarda la cuarentena, sobre todo los ingleses, que se lo toman al
pie de la letra. Si los ves es de milagro. Suele ser gente mayor y de
riesgo, que tienen miedo a contagiarse", ha detallado el capitán del
puerto, desde donde se han adaptado para ofrecer servicios gratuitos.
Aunque no está permitido el uso de los baños del puerto deportivo,
desde la dirección se oferta sin coste la limpieza de pozos negros de
los veleros, cuyos dueños deben usar sus propios aseos y duchas.
También
han puesto a disposición de ellos guantes y mascarillas, servicios de
recepción de mensajería y se ha intensificado la limpieza de las
dársenas, cuyos negocios hosteleros están cerrados. "Desde la directiva
se estaba estudiando condonar a los establecimientos que tienen las
terrazas dentro de las dársenas los gastos de abril", han señalado.
El capitán del puerto ha recordado que las medidas de
confinamiento ha restringido también la navegación de recreo, ya que
solo está permitida la navegación profesional y de pesca.
"Llevamos dos o
tres semanas tranquilos, ya son más de 15 sin que entre un barco por la
bocana", ha indicado tras recordar que la zona de autocaravanas tuvo
que ser desalojada por indicación de las autoridades.
Mientras, las personas que se encuentran en los amarres tratan de
hacer vida normal dentro de sus "apartamentos flotantes".
"Disponemos de
agua y luz eléctrica, y eso ayuda. El barco permite estar en la
cubierta al aire libre sin romper la cuarentena", ha explicado
Guillermo, quien con sus vecinos sale a las ocho de la tarde a aplaudir a
los sanitarios mientras que Katherina toca la campana del velero.
También le tocará celebrar sus 54 años confinado.
"Las personas que están más cerca de nosotros, están en el
pantalán opuesto, a unos 60 metros, creo que es una pareja de
holandeses. Sobre el mismo pantalán a 80 metros tenemos también una
pareja de finlandeses en su barco, pero no tenemos contacto", ha
trasladado. Son las nuevas tecnologías, una vez más, las que les
permiten mantener los vínculos con sus familiares en Argentina, con los
que contactan varias veces a la semana por WhatsApp.
La pareja confía en poder volver a navegar próximamente, una vez
que los puertos reabran, lo que les permitirá continuar sus visitas por
la costa española tras haber recorrido ya Uruguay, Brasil, las islas del
Caribe, las Azores y el litoral de Portugal y sur de España.
"Creo que
vamos a salir adelante, hay que tener un poco de paciencia, cuidarse y
respetar la cuarentena, para hacer las cosas como indica el Gobierno de
España, que lo está llevando bien a pesar que los resultados no sean tan
óptimos", ha valorado.
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