MADRID.- Los agricultores andan estos días revueltos. Consideran que su situación
es insostenible y que sus explotaciones son insostenibles con los
precios que reciben por sus cosechas. Tanto el sector como el Ministerio
de Agricultura han apuntado a los supermercados como grandes
responsables del problema.
Apuntan a las ventas a pérdida y a los
grandes márgenes que, a su juicio, tiene la distribución como los
culpables de los bajos precios en origen de las producciones. Pero los
expertos no creen que el origen de los males del campo se pueda reducir a
la distribución. Y más, cuando el 80% de lo que producen los
agricultores españoles se exporta y sólo el 7% acaba en los lineales de
las grandes superficies.
Mariano Íñigo, profesor
de EAE Business School especializado en el sector de la alimentación, ha
señalado cuatro razones que, a su parecer, están en la génesis de
que los precios del campo sean tan bajos.
- Dispersión de la oferta. Para Íñigo, la oferta, compuesta de un gran número de productores, en su mayoría de pequeño tamaño, hace frente a una cada vez mayor concentración de la demanda, sobre todo en lo que se refiere a la distribución. Esta situación hace que los supermercados estén en mejor posición para negociar los precios de los productos a la baja. El propio ministro de Agricultura, Luis Planas, y la distribución consideran que los agricultores deberían agruparse en cooperativas más grandes para tener más fuerza en la negociación de los precios y corregir esta desventaja.
- Competencia exterior. Por paradójico que resulte, aunque el 80% de lo que produce la huerta española acaba en el exterior, de fuera también llegan a España gran cantidad de productos que representan una competencia más que desleal. Los bajos costes de producción que hay en otros países, sumados a la inferioridad de su calidad y a que no tengan que cumplir con los estrictos controles sanitarios impuestos por la UE, les permiten ofrecer precios mucho más bajos que arrastran a los de los productos nacionales.
- Calidad. La incapacidad tanto de los productores como del sector industrial y de la distribución españoles para destacar la gran calidad de lo producido en España impiden fijar precios superiores a los de procedencia internacional.
- Modelo exportador. Íñigo señala que el modelo exportador español también resta potencial económico al campo dado que se basa más en la cantidad que en la diferenciación de los productos nacionales, tal y como ilustra el caso del vino. Pese a que España es el primer exportador mundial de este producto por volumen, por valor es el tercero debido a que la mayoría de las exportaciones se hacen a granel.
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