VALENCIA.-Han pasado cinco semanas desde que el 1 de enero se eliminaran los peajes en la AP-7 y los efectos ya son palpables. El principal es que el tráfico se ha doblado. Además, según los datos de la DGT, el paso de vehículos pesados se ha incrementado hasta un 110%. El mayor volumen de tráfico, que estaba previsto, no ha ido
acompañado de inversiones, recuerda hoy el diario Las Provincias.
Pero sobre todo son los accesos. Únicamente
están a punto de iniciarse las obras en los de Oliva y Vinaròs. El resto
no está adaptado a las nuevas circunstancias
Numerosas voces se han alzado alertando de un posible colapso
en verano con el incremento del tráfico. Así lo han advertido la
Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), la Cámara de
Contratistas y alcaldes de municipios junto a la AP-7.
La asociación de guardias civiles advierte de que el problema
se presentará en las salidas de la AP-7 en los meses estivales.
Identifican también como zonas más expuestas los accesos a las
localidades costeras. También alertan de que el incremento en la circulación evidenciará aún más la falta de personal en la Benemérita. Según la asociación «faltan agentes para poder atender con patrullas preventivas esta arteria».
En la misma línea se pronunció el gerente de la Cámara de Contratistas, Manuel Miñés,
que alertó sobre el incremento de tráfico, especialmente en verano,
mientras la mayor parte de los nuevos accesos siguen pendientes.
El alcalde de Ondara, José Ramiro, indicó
que la prueba de fuego de la liberalización llegará en Pascua y en
verano. Si cuando era de pago ya se producían retenciones y atascos, no
se quiere ni imaginar lo que puede pasar en abril y en julio y agosto. Para
Arturo Poquet, primer edil de Benissa, el verano «será caótico, en
especial los fines de semana, y habrá que armarse de paciencia».
El secretario general de la Asociación Provincial de
Empresarios de Transporte por Carretera, Carlos García, reconoció el
incremento de tráfico y que los asociados estaban utilizando con más
frecuencia esta vía, pero que la ocupación iba a tener carácter
estacional. «En verano habrá menos camiones», añadió.
La mayor densidad circulatoria presenta también nuevos
problemas. Guardias civiles de tráfico han expresado la conveniencia de
reducir el límite de velocidad en algunos tramos ante la acumulación de
curvas como sucede a la altura de Tavernes-Gandia-Oliva o en
Altea-Benidorm en Alicante.
Los transportistas, por su parte, dentro de la buena noticia
que para ellos ha supuesto la liberalización, creen que se deberían
habilitar más espacios en los que poder parar para cumplir las
prescripciones legales. Esta carencia es visible sobre todo en el norte de la Comunitat, especialmente entre Torreblanca y Cataluña. García también reclamó la necesidad de hacer más permeable la AP-7 con más accesos.
Los contratistas, por su parte, han señalado que se van a añadir
otros problemas. Por un lado, el mantenimiento. Miñés señaló que el
mayor paso de vehículos implica mayor desgaste del firme que se agrava
si se tiene en cuenta que también se incrementan los camiones.
Una localidad que ha notado de forma espectacular los efectos
de la liberalización de la autopista es Gata de Gorgos. Allí, la
carretera nacional 332 divide el pueblo en dos partes y antes la circulación de vehículos
era continua, especialmente de camiones. Ahora ha cambiado
radicalmente. Según remarca el alcalde, Josep Francesc Signes Costa, «el
volumen de tráfico ha bajado mucho, sobre todo el pesado».
A ello se le suma que muchos de los conductores de la comarca que antes atravesaban el municipio han cambiado su trayecto.
En Oliva el gobierno local ha encargado un estudio para conocer el número de vehículos que atraviesan el casco urbano. El alcalde, David González, precisó que todavía «pasan muchos camiones por el centro de la población».
El Ayuntamiento de Xeraco apuntó que el tráfico ha bajado,
pero no lo que desearían y echan en falta más conexiones con la AP-7
para dar servicio a todas las áreas poblaciones de La Safor.
Donde sí que se ha notado un descenso del tráfico ha sido en
Bellreguard. Según el alcalde Àlex Ruiz el «el paso de camiones ha
descendido en un 70%».
Empleadas. Área La Safor
«Más clientes y más personal»
En el área de servicio de La Safor, en Xeraco, la gratuidad se ha notado un mes después del arranque de la medida. «Hay
más clientes, en especial a la hora de las comidas, y hemos pasado de
20 a 23 empleados», explican trabajadoras de la zona de restaurante.
Los precios no han variado, pero sí hay ofertas destinadas a
camioneros. «Queremos ser tu familia en la carretera», propone un cartel
enfocado a transportistas. Se anuncian desayunos por 3,50 euros o
comidas a algo menos de 9.
Josep y Consuelo. En coche
«Pagaremos con más impuestos»
Josep y Consuelo son dos
jubilados de Castellón que recorren frecuentemente la AP-7 para visitar a
sus nietos en Alicante. «Ahorrarnos 50 euros al mes es una buena
noticia,
pero no nos engañemos. Ahora hay muchos más camiones y circular es más
complicado», reflexionan. Además, «a más vehículos, más gasto en
mantenimiento... ¿Eso quién lo va a pagar? Creemos que acabará
repercutiendo en los impuestos», razonan. «La gratuidad no será eterna».
Fabián Paredes. Camionero
«Si no hay prisa, prefiero la N-332»
Fabián Paredes tiene 44 años y
es camionero desde 2004. Lo encontramos en un área de servicio de la
AP-7. «Para mí la autopista es mejor si tengo que llegar rápido a algún
sitio.
Si no hay prisa, prefiero seguir circulando por carretera nacional.
Tiene mejores servicios, puedo parar cuando quiero sin necesidad de
recorrer kilómetros y los precios en los bares son más baratos». En su
caso, la gratuidad no afecta a su bolsillo. «Es mi empresa la que se
beneficia, no yo», destaca.
J. Serra. Local junto a la N-332
«A los bares nos han fastidiado»
Uno de los mejores all i pebres de La Safor se disfruta en
Casa Clara, en Oliva. Restaurante y bar de carretera de los de toda la
vida, con 70 años de historia. Pero hay un solitario cliente en la
barra. «A los bares de carretera nos han fastidiado», reclama la encargada, Josefa Serra. «Si antes de la gratuidad hacíamos 20 cafés con tostadas en una mañana,
ahora hacemos cinco. Según la responsable, «nos salvan los clientes de
fin de semana, pero entre semana el negocio ha caído mucho».
Datos clave
- 110%El tráfico de vehículos pesados por la AP-7 y ya pasan hasta 14.500 diarios.
- 10 millones de euros dejarán de percibir los municipios en concepto de IBI con la liberalización.
- 34.600 vehículos en 24 horas se registraron el pasado 7 de enero, el día con mayor tráfico hasta ahora.
- 109 millones costará al Estado el mantenimiento de la arteria liberalizada los próximos dos años.
Cero euros por más tráfico
Fui de los últimos que se dejaron los
euros en la AP-7. Escapada navideña de Valencia a Calpe a dos días de la
gratuidad. Pero la devoción por las tierras de la Marina hace que la
haya recorrido (y pagado) en incontables ocasiones entre semana y en
festivos.
Pero la pasada semana la incursión fue
profesional, para palpar los cambios. Lo primero que llama la atención
son las señales de obra en peajes y entradas en los que todavía no hay
obra alguna, más allá del desmontaje de algunas planchas en Sollana. Las
cabinas estaban intactas. En los orificios de inserción de dinero y
tarjetas, un gran adhesivo azul reza: «No pare. Don't stop». Balizas de
plástico rojas y blancas reducen a entre tres y dos, según zonas, los
pasos de vehículos por cada sentido, inutilizando el resto. El límite
aquí es de 30 km/h, pero en más de un viejo peaje los usuarios
sobrepasan con creces la cautela, con riesgo para las ya inútiles
máquinas o sus retrovisores.
¿Qué ha sido de los trabajadores? Encuentro a
tres de ellos charlando en unas oficinas junto a la salida 59. Les
pregunto por sus vidas, impresiones, cambio laboral... Y me topo con un
huidizo «pregunte al ministerio». El problema es que yo quería saberlo
de sus bocas. Resignado, vuelvo al volante.
Atrás quedan los días de viaje a carretera
despejada. La densidad del tráfico es considerablemente mayor. La
matemática de la observación da una ratio aproximada de un camión por
cada cuatro coches que avanzan por el carril derecho. La consecuencia es
un número de adelantamientos mucho mayor que antes. Los cuento:
aproximadamente un centenar en el trayecto entre la Vall d'Uixò y Dénia.
En Ondara me salgo y pongo rumbo a Oliva por la
N-332. Menos tráfico entre pueblos, menos clientes en los bares y
tiendas de carretera, con no pocos lamentos de los propietarios. Pero
llegados al casco urbano de Oliva, sobre las 13.30 horas, el tráfico es
denso. Diez minutos para atravesar el pueblo. Mucho conductor de
trayecto corto entre municipios. Mejor me vuelvo a la AP-7. Quizá no es
tan segura como antes, pero el bolsillo sonríe.
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