Según ha informado la Junta de Andalucía en un comunicado, este programa, que ya ha conseguido que nazcan más de 600 tortugas en la provincia de Almería durante los últimos tres años, responde a una iniciativa surgida en 2007 a raíz del acuerdo entre la Consejería de Medio Ambiente y la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), y se nutre de huevos de tortuga procedentes de Cabo Verde.
El pasado mes de julio, un avión transportó un total de 420 huevos desde Cabo Verde hasta España, de los que un centenar se depositaron en incubadoras de la Estación Biológica de Doñana, en Sevilla y el resto, 320, fueron instalados en cuatro nidos de los arenales del parque natural de Cabo de Gata-Níjar.
Según ha remarcado la delegada provincial de Medio Ambiente de la Junta, Sonia Rodríguez, el programa de restauración de la anidación de la tortuga boba en estas playas protegidas de la provincia de Almería persigue que esta especie, catalogada como en peligro de extinción en el Libro Rojo de los Vertebrados Amenazados de Andalucía, nidifique de forma permanente en la costa peninsular española, "convirtiéndose así en un activo ecológico de primer orden que incorporar al Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar".
Las playas de este enclave fueron calificadas como las más idóneas en el trabajo de prospectiva inicial de este programa, lo cual confirma la alta calidad ambiental de este tramo del ecosistema litoral andaluz.
El caparazón de esta especie puede llegar a alcanzar más de un metro de longitud y su hábitat se distribuye en aguas tropicales y subtropicales de todos los océanos. A lo largo de su vida realiza grandes migraciones en las que recorre de una a otra costa el Atlántico y el Mediterráneo, retornando año tras año a las mismas áreas de alimentación tras las migraciones reproductoras.
Las tortugas que han nacido en la madrugada de este jueves, y las que lo hagan durante los próximos días, serán enviadas al Centro de Gestión del Medio Marino de Algeciras, donde permanecerán un año aproximadamente ya que, según ha explicado Rodríguez, "de esta manera se logra que los ejemplares alcancen un tamaño adecuado y endurezcan su caparazón, con lo que se garantiza una mayor tasa de supervivencia ante sus predadores naturales".
El objetivo que se persigue, en definitiva, es que las tortugas vuelvan a este mismo entorno para desovar cuando alcancen la madurez sexual, dentro de 15 ó 20 años, con lo que se contribuye a fijar en la costa almeriense una población estable de esta especie amenazada.
Estas iniciativas van destinadas tanto a las poblaciones rurales de playas donantes de huevos de Cabo Verde como a la población local y turística de las playas receptoras del parque natural Cabo de Gata-Níjar.
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