SEVILLA.- La consejera andaluza de Empleo, Rocío Blanco, designada por Cs, abrió la pasada semana, a las puertas de la llegada de las temporeras marroquíes a recoger la fresa a Huelva, una polémica que es recurrente. En una entrevista en Canal Sur Radio
le preguntaron que por qué vienen miles de extranjeras,
fundamentalmente desde Marruecos y con un dispositivo de contratos en
origen, si en Andalucía hay una tasa de paro que alcanza el 21,8%, siete puntos por encima de la media nacional. Este año el contingente, contratos en origen, prevé la llegada de 19.200 temporeras, según El Confidencial.
Blanco aseguró que no lo entendía. “No le podemos poner a cada desempleado andaluz una pistola detrás para que acepte una oferta de trabajo”, dijo. Alimentaba el tópico de que los andaluces prefieren quedarse cobrando ‘la paguita’ que
ir a recoger fresa u otros frutos rojos bajo un plástico en jornada que
son muy duras. Incluso proponía reformas en la normativa para sancionar
a quienes rechacen ofertas laborales, pese a que ya hay controles de
este tipo en cuanto a las prestaciones públicas.
La polémica no es
nueva en absoluto. Es recurrente. Tampoco hay que olvidar que parte de
la temporada de frutos rojos coincide con los contratos de la temporada alta del sector turístico, muy potente en las playas de Huelva, con miles de puestos de trabajos en hoteles y restaurantes.
Una controversia antigua
El pasado noviembre una reflexión del presidente de la patronal de Asaja Huelva, José Luis García-Palacios
incidía en lo mismo, aunque se quejó de que se habían
descontextualizado sus palabras. “La controversia que rodea a la oferta
anual de empleo para la campaña de los frutos rojos de la provincia de
Huelva es recurrente y muy antigua”, asegura ahora a El Confidencial.
Tanto empresarios como sindicatos coinciden en que hay fallos en la oferta que hace el Servicio Andaluz de Empleo (SAE). El pasado septiembre lanzó una oferta de 10.000 empleos para la campaña. Se inscribieron solo 200 desempleados
pese a que las estadísticas contabilizaban a 9.000 desempleados en el
sector agrario.
Sin embargo, no sólo dos centenares de españoles
trabajan en la recogida de frutos rojos. Esos datos pueden llevar a error. La oferta se lanza de forma muy prematura. La campaña arranca en febrero o marzo. Entonces muchos trabajadores acuden directamente para ser contratados por las empresas. Muchos repiten con empresarios con quienes ya han hecho otras campañas anteriores.
La
oferta del SAE es muy prematura, se lanza en octubre, y la mayoría de
trabajadores acuden directamente a las empresas para ser contratados
“Comprendemos que la oferta es prematura,
puesto que sale para un empleo que en realidad no se desempeñará hasta
varios meses más tarde, pero hay una multitud de factores que influyen
en este particular y estamos convencidos de que los responsables de la
Consejería y del SAE tendrán más herramientas para dilucidar las causas
que nosotros.
En cualquier caso, la contratación en origen sólo supone el 15% del total de
los trabajadores que participan en la campaña, que rondan los 100.000,
por lo que más de 80.000 personas, entre españoles y comunitarios,
desempeñan su labor en el campo y en la mayoría de las ocasiones lo
hacen a través de los departamentos de contratación de las empresas
agrícolas. La mayoría de ellas cuenta con un personal muy fidelizado”,
destaca García-Palacios.
Los datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social señalan que en la campaña de 2019 un 52,58% de los trabajadores que hicieron la campaña de la fresa son españoles. Se contabilizaron 53.572 españoles, 21.894 de otros puntos de la Unión Europea, la mayoría de Rumanía, y 26.418 no comunitarios. Los porcentajes son similares en campañas anteriores. El porcentaje de españoles fue de 51,41% en 2018 y del 58,06% en 2017.
Problemas a mitad de campaña
Para la patronal el problema no está en el arranque de la campaña sino más adelante. Hay
muchos trabajadores españoles, que dejan sus empleos cuando alcanzan
las peonadas para cobrar el subsidio, según lo que sostiene la patronal
Asaja.
“Respecto a los que rechazan la oferta, desconocemos los motivos,
y desde luego, ignoramos la solución, que debe ser afrontada por la
administración competente en cada caso, al igual que debe afrontar el abandono del puesto de trabajo -en algunos casos- cuando se alcanza el número de peonadas estipuladas para cobrar el subsidio agrario. Entendemos
y respetamos la libertad de cada cual para trabajar o no trabajar y
para hacerlo durante el tiempo que considere oportuno, pero es nuestra
obligación como defensores de los intereses de nuestros asociados
plantear la problemática de la mano de obra cuando surge e instar a la
administración a que active los mecanismos, como custodios de los planes
activos de empleo que son, para paliar la situación”, sostuvo el
presidente de Asaja-Huelva en declaraciones a este periódico.
Emilio Terrón, secretario sectorial Agrario y de Manipulado Hortofrutícola de UGT FICA, recuerda que el sindicato tiene un juicio pendiente el próximo marzo tras denunciar que el convenio cerrado con los empresarios no cumple con el salario mínimo, 900 euros mensuales.
“Para cumplir con la ley debería ser de 45,98 euros la jornada y se
cobran unos cuatro euros menos al día, entre 39 y 42 euros”, señala.
“Más desafortunadas las
palabras de la consejera no pueden ser, demuestra el desconocimiento
del trabajo y de la situación de sus trabajadores”, sostiene Terrón.
“En
Huelva, los sindicatos hemos conseguido, porque los hemos obligado, que
los empresarios hagan oferta de empleo público a través del SAE antes de traer las mujeres de Marruecos. Antes ni siquiera se hacían. Pero las ofertas que se están haciendo no llegan a los trabajadores del campo.
Puedo decir que personalmente fui a una oficina de empleo el año pasado
a apuntarme a la fresa en Huelva y cuando llegué me dijo la directora
que no tenía conocimiento de ninguna oferta. Tardó 45 minutos en
encontrarla. Y este año sé que ha ocurrido en Algeciras, donde fueron
las cuadrillas a apuntarse y también desconocían una oferta pública”,
explica el responsable de UGT.
"Más desafortunadas las
palabras de la consejera no pueden ser, demuestra el desconocimiento del
trabajo y de la situación de sus trabajadores", señala UGT
Terrón
recuerda que en el campo hay muchos onubenses y otros tantos
trabajadores que vienen de otras provincias limítrofes. Muchos, insiste,
se dirigen directamente a las mismas fincas o las mismas empresas
cuando va a comenzar la campaña porque los llaman año tras año.
“La
consejera se tendría que preocupar más bien de las condiciones de un
sector que es muy duro. Lógicamente la gente busca otros empleos con mejores condiciones”,
señala el responsable de UGT. “No es lo mismo estar metido en un túnel
cogiendo fresa y soportando altísimas temperaturas para cobrar menos que
en otros sectores mejores”, apostilla. En la provincia de Huelva se
declara cada año 11 millones de jornadas en el campo. “¿Qué nos creemos que la fresa sólo lo recogen las compañeras que vienen de Marruecos?”, interpela el responsable del sindicato.
Fracaso del servicio de empleo
Rosa Berges, secretaria de Políticas Sociales y Migraciones de CCOO Andalucía, indica que la propia administración y el servicio público de empleo como gestor de las ofertas es deficiente. No solamente en la campaña de la fresa sino en general.
“El SAE apenas canaliza oferta de empleo. Es un déficit enorme. No gestionan más del 10% de las ofertas de trabajo.
¿Qué problema es el que hay ahí? A la propia administración le interesa
mucho más externalizar ese servicio, fomentar agencias de colocación, y
si me apura que sea por contingentes. Se ahorran tener en marcha un
aparato administrativo para dar un buen servicio y no sólo dedicados a
sellar la tarjeta del paro”, señala.
Apunta también la portavoz de CCOO a otros motivos que disuaden a trabajadores de otras provincias a acudir a Huelva como la dificultad de alquilar una vivienda,
porque coincide con temporada alta de alquileres turísticos y el
empresario no siempre cumple con la obligación de facilitarles un techo.
Los
sindicatos denuncian que a los empresarios no les interesa fidelizar su
mano de obra y que incumplen condiciones del convenio del campo
“Para fidelizar a los trabajadores hay una obligación en el convenio del campo que dice que a partir de la tercera temporada tienen que ser fijos discontinuos y esto no lo cumplen apenas”,
destaca Berges.
“Los trabajadores si se pueden ir a otros sitios al
final de la temporada porque ganan más pues la gente está en su derecho
de mejorar sus ingresos. Sólo faltaría”, agrega. “Es una falacia eso de
cambiar la normativa estatal para que no se pueda rechazar una oferta de
empleo. Resulta que vamos a tener ingenieros recogiendo fresa y no sé
si eso es bueno o malo”, reflexiona.
Para que se autoricen las
contrataciones en origen, las siete grandes organizaciones de
empresarios del sector de Huelva presentan a la Consejería de Empleo y
al Ministerio sus previsiones sobre la necesidad de mano de obra
extranjera y en ese cupo deben descontar a los temporeros que acuden a
sus fincas año tras año.
“En el contingente el problema que vemos es
primero los criterios de selección, que son de aquella manera. Buscan mujeres jóvenes, con cargas familiares, para que esté asegurado que van a volver, es discriminatorio.
Hay mujeres que llevan muchos años viniendo y no están ligadas
directamente a la empresa, no tienen ese carácter que reconoce el
convenio de fija discontinua, excepto casos. Tienen que pasar cada año
por el proceso selectivo y además cuando cumplen cierta edad las dejan
de coger. En la fresa trabajan muchísimos extranjeros que viven aquí.
También podrían vigilar la inspección y la Consejería de Empleo cuáles son las condiciones del campo y si se cumple el convenio, porque ahí también dejan mucho que desear”, concluye Berges.
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