lunes, 20 de enero de 2020

Ni los andaluces son vagos ni la fresa la cogen sólo extranjeros: el 52% es español


SEVILLA.- La consejera andaluza de Empleo, Rocío Blanco, designada por Cs, abrió la pasada semana, a las puertas de la llegada de las temporeras marroquíes a recoger la fresa a Huelva, una polémica que es recurrente. En una entrevista en Canal Sur Radio le preguntaron que por qué vienen miles de extranjeras, fundamentalmente desde Marruecos y con un dispositivo de contratos en origen, si en Andalucía hay una tasa de paro que alcanza el 21,8%, siete puntos por encima de la media nacional. Este año el contingente, contratos en origen, prevé la llegada de 19.200 temporeras, según El Confidencial.

Blanco aseguró que no lo entendía. “No le podemos poner a cada desempleado andaluz una pistola detrás para que acepte una oferta de trabajo”, dijo. Alimentaba el tópico de que los andaluces prefieren quedarse cobrando ‘la paguita’ que ir a recoger fresa u otros frutos rojos bajo un plástico en jornada que son muy duras. Incluso proponía reformas en la normativa para sancionar a quienes rechacen ofertas laborales, pese a que ya hay controles de este tipo en cuanto a las prestaciones públicas.
La polémica no es nueva en absoluto. Es recurrente. Tampoco hay que olvidar que parte de la temporada de frutos rojos coincide con los contratos de la temporada alta del sector turístico, muy potente en las playas de Huelva, con miles de puestos de trabajos en hoteles y restaurantes.

Una controversia antigua

El pasado noviembre una reflexión del presidente de la patronal de Asaja Huelva, José Luis García-Palacios incidía en lo mismo, aunque se quejó de que se habían descontextualizado sus palabras. “La controversia que rodea a la oferta anual de empleo para la campaña de los frutos rojos de la provincia de Huelva es recurrente y muy antigua”, asegura ahora a El Confidencial.
Tanto empresarios como sindicatos coinciden en que hay fallos en la oferta que hace el Servicio Andaluz de Empleo (SAE). El pasado septiembre lanzó una oferta de 10.000 empleos para la campaña. Se inscribieron solo 200 desempleados pese a que las estadísticas contabilizaban a 9.000 desempleados en el sector agrario. 
Sin embargo, no sólo dos centenares de españoles trabajan en la recogida de frutos rojos. Esos datos pueden llevar a error. La oferta se lanza de forma muy prematura. La campaña arranca en febrero o marzo. Entonces muchos trabajadores acuden directamente para ser contratados por las empresas. Muchos repiten con empresarios con quienes ya han hecho otras campañas anteriores.
La oferta del SAE es muy prematura, se lanza en octubre, y la mayoría de trabajadores acuden directamente a las empresas para ser contratados
“Comprendemos que la oferta es prematura, puesto que sale para un empleo que en realidad no se desempeñará hasta varios meses más tarde, pero hay una multitud de factores que influyen en este particular y estamos convencidos de que los responsables de la Consejería y del SAE tendrán más herramientas para dilucidar las causas que nosotros. 
En cualquier caso, la contratación en origen sólo supone el 15% del total de los trabajadores que participan en la campaña, que rondan los 100.000, por lo que más de 80.000 personas, entre españoles y comunitarios, desempeñan su labor en el campo y en la mayoría de las ocasiones lo hacen a través de los departamentos de contratación de las empresas agrícolas. La mayoría de ellas cuenta con un personal muy fidelizado”, destaca García-Palacios.
Los datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social señalan que en la campaña de 2019 un 52,58% de los trabajadores que hicieron la campaña de la fresa son españoles. Se contabilizaron 53.572 españoles, 21.894 de otros puntos de la Unión Europea, la mayoría de Rumanía, y 26.418 no comunitarios. Los porcentajes son similares en campañas anteriores. El porcentaje de españoles fue de 51,41% en 2018 y del 58,06% en 2017.

Problemas a mitad de campaña

Para la patronal el problema no está en el arranque de la campaña sino más adelante. Hay muchos trabajadores españoles, que dejan sus empleos cuando alcanzan las peonadas para cobrar el subsidio, según lo que sostiene la patronal Asaja. 
“Respecto a los que rechazan la oferta, desconocemos los motivos, y desde luego, ignoramos la solución, que debe ser afrontada por la administración competente en cada caso, al igual que debe afrontar el abandono del puesto de trabajo -en algunos casos- cuando se alcanza el número de peonadas estipuladas para cobrar el subsidio agrario. Entendemos y respetamos la libertad de cada cual para trabajar o no trabajar y para hacerlo durante el tiempo que considere oportuno, pero es nuestra obligación como defensores de los intereses de nuestros asociados plantear la problemática de la mano de obra cuando surge e instar a la administración a que active los mecanismos, como custodios de los planes activos de empleo que son, para paliar la situación”, sostuvo el presidente de Asaja-Huelva en declaraciones a este periódico.
Emilio Terrón, secretario sectorial Agrario y de Manipulado Hortofrutícola de UGT FICA, recuerda que el sindicato tiene un juicio pendiente el próximo marzo tras denunciar que el convenio cerrado con los empresarios no cumple con el salario mínimo, 900 euros mensuales. “Para cumplir con la ley debería ser de 45,98 euros la jornada y se cobran unos cuatro euros menos al día, entre 39 y 42 euros”, señala.
“Más desafortunadas las palabras de la consejera no pueden ser, demuestra el desconocimiento del trabajo y de la situación de sus trabajadores”, sostiene Terrón. 
“En Huelva, los sindicatos hemos conseguido, porque los hemos obligado, que los empresarios hagan oferta de empleo público a través del SAE antes de traer las mujeres de Marruecos. Antes ni siquiera se hacían. Pero las ofertas que se están haciendo no llegan a los trabajadores del campo. Puedo decir que personalmente fui a una oficina de empleo el año pasado a apuntarme a la fresa en Huelva y cuando llegué me dijo la directora que no tenía conocimiento de ninguna oferta. Tardó 45 minutos en encontrarla. Y este año sé que ha ocurrido en Algeciras, donde fueron las cuadrillas a apuntarse y también desconocían una oferta pública”, explica el responsable de UGT.
"Más desafortunadas las palabras de la consejera no pueden ser, demuestra el desconocimiento del trabajo y de la situación de sus trabajadores", señala UGT
Terrón recuerda que en el campo hay muchos onubenses y otros tantos trabajadores que vienen de otras provincias limítrofes. Muchos, insiste, se dirigen directamente a las mismas fincas o las mismas empresas cuando va a comenzar la campaña porque los llaman año tras año. 
“La consejera se tendría que preocupar más bien de las condiciones de un sector que es muy duro. Lógicamente la gente busca otros empleos con mejores condiciones”, señala el responsable de UGT. “No es lo mismo estar metido en un túnel cogiendo fresa y soportando altísimas temperaturas para cobrar menos que en otros sectores mejores”, apostilla. En la provincia de Huelva se declara cada año 11 millones de jornadas en el campo. “¿Qué nos creemos que la fresa sólo lo recogen las compañeras que vienen de Marruecos?”, interpela el responsable del sindicato.

Fracaso del servicio de empleo

Rosa Berges, secretaria de Políticas Sociales y Migraciones de CCOO Andalucía, indica que la propia administración y el servicio público de empleo como gestor de las ofertas es deficiente. No solamente en la campaña de la fresa sino en general. 
“El SAE apenas canaliza oferta de empleo. Es un déficit enorme. No gestionan más del 10% de las ofertas de trabajo. ¿Qué problema es el que hay ahí? A la propia administración le interesa mucho más externalizar ese servicio, fomentar agencias de colocación, y si me apura que sea por contingentes. Se ahorran tener en marcha un aparato administrativo para dar un buen servicio y no sólo dedicados a sellar la tarjeta del paro”, señala.
Apunta también la portavoz de CCOO a otros motivos que disuaden a trabajadores de otras provincias a acudir a Huelva como la dificultad de alquilar una vivienda, porque coincide con temporada alta de alquileres turísticos y el empresario no siempre cumple con la obligación de facilitarles un techo.
Los sindicatos denuncian que a los empresarios no les interesa fidelizar su mano de obra y que incumplen condiciones del convenio del campo
“Para fidelizar a los trabajadores hay una obligación en el convenio del campo que dice que a partir de la tercera temporada tienen que ser fijos discontinuos y esto no lo cumplen apenas”, destaca Berges. 
“Los trabajadores si se pueden ir a otros sitios al final de la temporada porque ganan más pues la gente está en su derecho de mejorar sus ingresos. Sólo faltaría”, agrega. “Es una falacia eso de cambiar la normativa estatal para que no se pueda rechazar una oferta de empleo. Resulta que vamos a tener ingenieros recogiendo fresa y no sé si eso es bueno o malo”, reflexiona.
Para que se autoricen las contrataciones en origen, las siete grandes organizaciones de empresarios del sector de Huelva presentan a la Consejería de Empleo y al Ministerio sus previsiones sobre la necesidad de mano de obra extranjera y en ese cupo deben descontar a los temporeros que acuden a sus fincas año tras año. 
“En el contingente el problema que vemos es primero los criterios de selección, que son de aquella manera. Buscan mujeres jóvenes, con cargas familiares, para que esté asegurado que van a volver, es discriminatorio. Hay mujeres que llevan muchos años viniendo y no están ligadas directamente a la empresa, no tienen ese carácter que reconoce el convenio de fija discontinua, excepto casos. Tienen que pasar cada año por el proceso selectivo y además cuando cumplen cierta edad las dejan de coger. En la fresa trabajan muchísimos extranjeros que viven aquí. También podrían vigilar la inspección y la Consejería de Empleo cuáles son las condiciones del campo y si se cumple el convenio, porque ahí también dejan mucho que desear”, concluye Berges.

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