sábado, 16 de mayo de 2020

Esperar o avanzar / Enric Juliana *

La mayor parte de España se halla ya en la fase 1 de la desescalada, excepto la Comunidad de Madrid, la ciudad de Barcelona y parte de su región metropolitana, así como numerosas zonas de Castilla y León, la comunidad autónoma más extensa de España, que siguen en una fase 0 con un poco más flexibilidad. 

Las autoridades de Catalunya (independentistas) y Barcelona (comunes y socialistas) no han protestado. Los gobernantes de Castilla y León (coalición del Partido Popular y Ciudadanos), tampoco. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, del Partido Popular, acusa al Gobierno de buscar la “ruina” de los madrileños y amenaza con denunciar al Ejecutivo central ante los tribunales. 

Autonomías que la semana pasada protestaba airadamente, como la Comunitat Valenciana y Andalucía, ahora muestran su satisfacción por el pase a la fase 1. Durante esta última semana, la Generalitat valenciana, presidida por el socialista Ximo Puig, ha sido protagonista de un áspero enfrentamiento con el Gobierno central que nos debería llamar la atención, puesto que sienta un significativo precedente político. 

Ha habido preocupación en Moncloa por esa colisión con la principal autonomía gobernada por el PSOE. A principios de semana, Pedro Sánchez llamó por teléfono a Ximo Puig para intentar rebajar la tensión. La desescalada no es fácil. 

Vivimos en el tiempo de la “cultura de estadio”, advirtió hace unos años el filósofo alemán Peter Sloterdijk. La sociedad espectáculo presidida por un gran marcador electrónico. Todo es susceptible de ser organizado en forma de clasificación deportiva. La salida gradual del estado de emergencia provocado por un patógeno del que aún se desconocen muchas cosas –médicos alemanes acaban de descubrir que también puede infectar con virulencia los riñones, el hígado y el cerebro- se ha convertido en una liguilla regional en la que unos encabezan la tabla y otros no logran salir de la cola. 

Hay nervios. Hay miedo a una ralentización demasiado prolongada de la actividad económica. Hay algo más que miedo en el sector turístico. Los colistas son en estos las dos principales ciudades del país, tan acostumbradas a competir entre sí y tan poco acostumbradas a figurar en el lugar más bajo de la tabla. No es probable que el Gobierno establezca en las próximas semanas un tratamiento distinto para Madrid y Barcelona.

La desescalada no es fácil y divide a la sociedad entre partidarios de la prudencia y de la aceleración. La divide casi por la mitad, según un reciente sondeo de Metroscopia, empresa de investigación sociológica que viene efectuando un sondeo diario desde la promulgación del estado de alarma, hace ahora dos meses. El sondeo clasifica en cuatro categorías la actitud de los españoles ante la crisis sanitaria.Veamos cuales son...


https://youtu.be/zqPp6A4D1kI

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