MADRID.- Los pacientes leves sin patologías previas
pueden superar la enfermedad aislados en sus domicilios mientras que las
personas sanas deben evitar la propagación del contagio restringiendo
los desplazamientos y evitando eventos masivos.
Lo más eficaz para evitar la propagación del coronavirus
es quedarse en casa. Los enfermos con sintomatología leve pueden
recuperarse sin necesidad de un ingreso hospitalario y las personas
sanas, en cuarentena o no, evitarán la propagación del contagio
restringiendo sus desplazamientos y sus contactos.
En España, igual que en otros países del entorno, han surgido
movimientos cívicos que, a través de las redes sociales, apelan a la
responsabilidad ciudadana para detener el avance de la enfermedad. Las
recomendaciones son distanciamiento social y evitar desplazamientos,
además de las normas generales de higiene –básicamente, el lavado
frecuente de manos–.
No todos los pacientes con coronavirus requieren ser ingresados en un
centro hospitalario. Los enfermos con sintomatología leve, sin
patologías previas y que no estén en situación de vulnerabilidad
–mujeres embarazadas, niños o personas inmunodeprimidas– pueden pasar la
enfermedad aislados dentro de su casa.
Tanto ellos como quienes
se ocupan de su cuidado han de cumplir ciertos requisitos, mantener el
aislamiento y ser escrupulosos con la higiene. El Ministerio de Sanidad
ha difundido una serie de normas a adoptar en estos casos, similares al
protocolo que antes había redactado su homólogo italiano y con
prescripciones sobre los espacios, la atención y el tratamiento de
residuos.
El enfermo tiene que permanecer en una habitación bien ventilada,
aislado del resto de la familia; quienes le atiendan deben estar sanos y
usar mascarillas quirúrgicas, evitando el contacto con sus fluidos
corporales; hay que lavar con frecuencia y con agua muy caliente
sábanas, toallas y los objetos que estén en contacto con el portador del
virus, desde el termómetro hasta la vajilla.
Lo
mejor es que disponga de baño o aseo de uso exclusivo y si no fuera
posible cada vez que lo use hay que limpiarlo con lejía. Diariamente hay
que desinfectar los suelos y las superficies de los muebles de la
habitación. Debe disponer de sus propios productos de higiene y sus
toallas deben cambiarse a menudo; mejor aún: que use toallas de papel
desechables. La ropa que haya estado en contacto con la persona enferma
debe manipularse utilizando guantes y mascarilla y lavarla alta
temperatura.
En la misma habitación del enfermo hay que colocar
un cubo de basura, en el que se depositarán todos los residuos que
provengan de la persona contagiada.
El paciente de coronavirus
no debe compartir casa con personas enfermas o vulnerables –ancianos,
enfermos crónicos, embarazadas, niños pequeños...– y hay que disponer de
un teléfono para mantenerse en contacto permanente con el personal
sanitario.
Las personas sanas también tienen mucho que hacer
para combatir la enfermedad del coronavirus. Deben sopesar el riesgo de
contagio que entraña asistir a eventos masivos y renunciar a conciertos,
teatro, competiciones deportivas...
Mejor no acudir a reuniones
sociales, fiestas ni servicios religiosos, reducir los viajes
–especialmente en transporte público–, evitar bares, museos, restaurante
y otros espacios concurridos, optar por el teletrabajo y, en la medida
de lo posible, no salir de casa. La consigna es distanciamiento social,
ni besos ni abrazos ni dejar a los niños jugando juntos por las calles
ahora que no hay clases.
La epidemia avanza pero con medidas
como esas las autoridades sanitarias y los ciudadanos que apuestan por
la autoprotección y la promueven en las plataformas digitales pretenden
aminorar su velocidad, para no colapsar los hospitales y disponer de más
tiempo para la búsqueda de tratamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario