A
pesar de la paliza informativa que nos dan todos los días en la
tele, hay médicos que no sólo se quejan de la falta de medios y de
personal, sino que además no están del todo de acuerdo con la
versión oficial de los hechos sobre esta crisis sanitaria, por lo
que se arriesgan a ser sancionados o despedidos de su trabajo.
Comprendo la necesidad de las medidas precautorias, pero más de uno
nos hemos sentido ofendidos cuando nos miran con sospecha como si
tuviéramos la lepra o la peste bubónica, a pesar de estar
perfectamente sanos. Estamos prisioneros en nuestro propio hogar sin
haber cometido ningún delito, y nos tratan como apestados
sospechosos. Han conseguido provocar la desconfianza
entre nosotros mismos, y esta escaramuza la han ganado las
fuerzas de la oscuridad, aunque no la batalla final.
Cada uno puede superar su propio miedo mediante medidas de higiene
personal y mental, pero no la histeria colectiva de los demás que no
han superado nada. De verdad que apetece estar solo, a ser mirado
como sospechoso por todas partes. Yo mismo, que soy alérgico de toda
la vida, tengo que evitar el estornudo en público para que no me
miren con terror.
Yo hubiera sido médico si no me hubiera convertido en periodista,
porque era mi segunda vocación juvenil. Me encanta la medicina,
sobre todo la alternativa. De hecho soy técnico en dietética y
nutrición, además de periodista.
INQUISICIÓN MÉDICA
Las facultades de Medicina no suelen formar a los médicos en
remedios naturales, plantas medicinales, ni medicinas alternativas,
por lo que hay muchos médicos que se educan por su cuenta en estas
materias, al no estar satisfechos del todo con la formación recibida
en la Universidad, mientras que otros médicos de mente más estrecha
se convierten en ‘talibanes’ defensores de la ciencia
oficial ortodoxa y materialista, e incluso en crueles ‘inquisidores’
de sus compañeros de mente más abierta a quienes a veces expulsan
del Colegio de Médicos.
La medicina oficial está al servicio del gran negocio de las
corporaciones farmacéuticas, cuyo objetivo no es sanar a la gente
sino mantener enfermos crónicos que consuman muchos fármacos. Tanto
es así que cuando se descubre una hierba con propiedades curativas,
lo primero que hacen es prohibirla para evitar el acceso a un remedio
barato, y lo segundo es investigar su principio activo para luego
venderlo en farmacias a precio de oro.
El cuerpo humano no es sólo un organismo mecanicista compuesto de
engranajes, igual que un reloj de acero, como muestra la anatomía
clásica, ni un mero resultado de reacciones químicas aleatorias,
sino más bien una inteligencia cuántica, una manifestación de la
conciencia divina, un templo del Espíritu Santo.
SANACIÓN ESPIRITUAL
Esta naturaleza espiritual del ser humano puede explicar muchas
curaciones milagrosas, cuya causa no se ha podido averiguar nunca por
la ciencia oficial, que se han producido en la historia de la
humanidad, al igual que muchas muertes inexplicables.
Mary Baker Eddy, que recurrió al éxtasis de la fe, ya habló
de la la curación por el Espíritu cuando fundó la famosa Christian
Science o Ciencia Cristiana. En 1866 afirmó descubrir el mismo
principio divino que utilizó Jesucristo, y haberse curado a sí
misma de daños críticos en la columna vertebral, tras sufrir una
caída en el hielo el 1 de febrero de ese año en Lynn,
Massachusetts.
En 1875 publicó la primera edición del libro “Ciencia y salud
con clave de las Escrituras”, el pilar de la religión que
fundó. En esta obra manifestó que "el Principio divino de
la curación se comprueba en la experiencia personal de cualquier
investigador sincero de la Verdad" y que tal fue su caso. En
1879 fundó la Iglesia de Cristo Científico.
Pero también hablaron del mismo tema muchos otros autores como
Stefan Zweig que publicó su libro “La curación por el
espíritu” en 1931, o Mesmer, que lo hizo por la vía de
la sugestión y el refuerzo de la voluntad de sanar, aunque la
curación espiritual sea tan antigua como la humanidad.
La curación espiritual es algo más serio que las pulseras
magnéticas, el agua imantada o la santería, es la sanación a
través de la Fuente Original de la Creación Universal, lo cual no
es incompatible con tomar precauciones sanitarias. A Dios rogando y
con el mazo dando.
Los primeros cristianos sanaban a la gente mediante la imposición
de manos, pero no los curas actuales que no tienen ni idea de
cómo hacerlo, y además persiguen a los que se atreven a practicar
esta antigua habilidad mística, como le ocurrió al arzobispo
Milingo. A pesar de que la palabra ‘cura’ viene de
curar, cuando se enferma hasta el supuesto representante de Cristo en
la Tierra, es que algo está fallando en esta religión.
HASTA LA CORONILLA
Juan Manuel Jiménez Muñoz es un médico y escritor, de
Málaga que está harto de tanta histeria, y está cansado del pánico
que ha generado la llegada del microbio monarca, y ha decidido hacer
públicas sus muchas críticas:
“Estoy hasta la coronilla del coronado. Hemos liado entre todos
la mundial: una epidemia de pánico, más que una epidemia médica;
una epidemia económica, más que una epidemia vírica; una epidemia
de bulos, más que una epidemia de certezas.”
“¿Vamos a morir todos? Sí. Pero cuando nos vaya tocando. Cada
uno en un año diferente, y sobre todo de vejez. Normalmente será
por fumar, por beber alcohol, por conducir como locos, por tomar
drogas o por no ponerse el cinturón de seguridad en los vehículos.
Del bichito monarca, pocos en comparación con lo anterior.”
NO PASA NADA
Pau Mateo, un médico barcelonés, que actualmente ejerce en
el hospital de Piacenza en el norte de Italia, critica
el pánico generado en la población ante la situación de emergencia
sanitaria que vive actualmente la zona por la aparición de más de
230 casos. Mediante un vídeo divulgado en su canal de Youtube
“Diario de un MIR”, Mateo hace un llamamiento a la
calma y desmiente informaciones falsas que circulan por los medios y
las redes sociales.
“Sobre todo tranquilidad, no pasa nada. Es un catarro más”,
ha insistido el doctor. Aunque los protocolos de actuación cambian
cada día, la regla médica actual, según ha explicado, es
considerar paciente a cualquier persona que presente síntomas
comunes de resfriado, hasta que se demuestre lo contrario.
Además, Mateo ha criticado el daño que están haciendo las
noticias falsas sobre el bichito monarca, y el estado de alarma al
que se está sometiendo a la población. Los pacientes que están
muriendo “son personas con morbilidades”
como la
enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
CHINA
Por su parte el cirujano Pedro Cavadas cuestionó en un
programa de televisión la veracidad de las cifras de fallecidos y
afectados que está haciendo llegar China. "No hace falta ser
muy listo como para pensar que son diez o cien veces
más" llegó a decir el médico.
Sin embargo, estas afirmaciones han desatado el debate entre los
facultativos, que han criticado que el cirujano ponga en duda los
datos de la Comisión de Salud del país asiático. Guillaume
Zagury, médico especialista en salud pública, alaba las medidas
de China, pero reconoce que son difícilmente exportables a las
sociedades democráticas.
Por su parte Jesús Candel es médico en el Hospital
Universitario Clínico San Cecilio de Granada. Intervino en
‘Sálvame’ para contar que estaba muy enfadado al ver a
personas saliendo a la calle: “Estoy indignado,
cabreado. Llegar esta mañana al hospital, y ver cómo la gente iba a
trabajar a los polígonos, cómo salían... No sé qué leches le
está pasando a la gente que no se entera de que se tienen que
encerrar en su casa.”
Por su parte el sindicato CSIF Sanidad Málaga ha advertido de
la situación "de desprotección" en la que están
prestando servicio los profesionales del servicio de medicina interna
del Hospital Comarcal de Antequera (Málaga) "por
falta de equipos de protección individual necesarios”.
Como ven, hay opiniones para todos los gustos, y cada uno se puede
quedar con la que más le resuene, pero hay una verdad universal que
es la prudencia, el sentido común, y evitar que cunda el pánico.
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