MADRID.- El presidente en funciones, Pedro Sánchez, y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, han llegado a un preacuerdo para formar juntos un gobierno de coalición que desbloquee la situación política, sin vetos y cuyos términos concretos y composición se irán cerrando en las próximas horas, según avanza La Vanguardia.
Ambos líderes, que han convocado a la prensa en el
Congreso de los Diputados de forma urgente a las 14.00 horas,
mantuvieron una reunión discreta el lunes por la tarde, según fuentes
conocedoras del encuentro, en la que decidieron retomar las
conversaciones para gobernar conjuntamente en términos similares a como
se desarrollaron durante las 48 horas de infarto del pasado mes de
julio, negociaciones que no fructificaron entonces.
El objetivo de esta comparecencia, según estas fuentes, es descargar de presión la negociación para que no se dé un escenario similar al del pasado mes de mayo.
El objetivo de esta comparecencia, según estas fuentes, es descargar de presión la negociación para que no se dé un escenario similar al del pasado mes de mayo.
Creo que se duerme peor con más de cincuenta diputados de extrema
derecha en el Congreso que con ministras de Unidas Podemos en el
Gobierno”. La primera frase de Iglesias la noche electoral,
inmediatamente antes de tender la mano al presidente para iniciar el
diálogo, parece expresar un juicio compartido también en Moncloa, a la
vista de la celeridad con la que el lunes se produjo la reunión y se
llegó al preacuerdo.
Se trata de conformar, según la declaración pactada de ambas
formaciones, de un Gobierno progresista de coalición que sitúe a España
como referente de la protección de los derechos sociales en Europa, tal y
como los ciudadanos han decidido en las urnas.
El preacuerdo fija diez líneas de actuación prioritaria para ese
ejecutivo, que de momento son un manifiesto de intenciones que debería
aterrizarse en los próximos días: Lucha contra el cambio climático y transición energética, políticas feministas
de lucha contra la violencia machista y de fomento de la igualdad
retributiva real y combate de la trata y la explotación sexual, una ampliación de los derechos sociales que abarca desde la muerte digna hasta la diversidad de identidades y el derecho a la memoria y la dignidad, el combate de la precariedad y el desempleo,
a través de una reforma (o contrarreforma) laboral que recupere los
derechos de los trabajadores, un eje de políticas económicas y sociales
que combine la protección de los servicios públicos y sistema de pensiones, así como el blindaje del derecho a la vivienda, y acciones urbanas como el control de la expansión de las casas de apuestas.
En cuanto al conflicto en Catalunya, el preacuerdo es ambiguo, es decir, muy ancho: con objetivos como garantizar la convivencia en Catalunya y la normalización de la vida política
con fórmulas de diálogo para el entendimiento y el encuentro, a la vez
que se apuesta por fortalecer el Estado de las autonomías.
En el campo de los derechos laborales, el futuro ejecutivo pretende
que este alcance al mundo de la cultura, que vive sumido en la
precariedad, a la vez que se pretende garantizar el acceso a la cultura consolidándolo como un derecho. En términos similares, PSOE y Unidas Podemos pretenden desarrollar un programa de reversión de la despoblación de la llamada España vaciada, mediante el impulso de las infraestructuras, servicios y actividad económica.
En cuanto a las políticas de impulso productivo, el nuevo gobierno se centrará en el fomento de la actividad de las pequeñas y medianas empresas y los autónomos, y con particular apoyo, reza la declaración, al impulso de la digitalización.
Y el otro asunto principal será afrontar una probable reforma fiscal
que funcione de acuerdo al objetivo redistributivo que la Constitución
fija para el sistema impositivo sin comprometer los compromisos de
equilibrio presupuestario de España con la UE.
PSOE y Unidas Podemos, trabajan en la estructura y funcionamiento del
nuevo gobierno que se regirá por los principios de cohesión, lealtad y
solidaridad gubernamental, así como por el de idoneidad en el desempeño
de las funciones.
Si el preacuerdo fructifica, aunque juntos no suman mayoría absoluta,
es más que probable que la investidura esté garantizada, toda vez el
propio presidente del EBB del PNV, Andoni Ortúzar, señalaba este
mismo martes su apoyo a una solución de gobierno que pase por el apoyo
de las fuerzas que avalaron la moción de censura: “El PSOE va a tener
que negociar, mojarse y optar por las opciones que hay sobre la mesa. Es
infantil pretender una investidura blanda, como insinúan. Primero
tienen que estar con quienes hicimos la moción de censura. Lo contrario
sería embarrar el terreno”, decía el líder jeltzale este martes.
Tampoco parece probable que ERC ponga peros a este entendimiento
entre PSOE y Unidas, a tenor de lo dicho por sus representantes,
empezando por su portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, desde
la noche del lunes. Y en un marco de crecimiento de partidos
regionalistas o provinciales, la mención expresa de PSOE y Unidas
Podemos a políticas específicas para la España vaciada deberían
garantizar el apoyo de estas formaciones.
Resuena uno de los mantras de campaña de los morados: “Las cosas importantes no siempre se consiguen a la primera”.
Desde Podemos, dan por hecho que Iglesias
estará dentro de ese Ejecutivo de coalición como vicepresidente aunque
insisten en que lo primero es pactar un acuerdo programático y después
se hablará de los sillones.
Otro de los nombres que ha sonado como posible ministrable en un Gobierno de coalición con el PSOE es el diputado de Unidas Podemos y exlíder de Equo, Juantxo López de Uralde.
Otro de los nombres que ha sonado como posible ministrable en un Gobierno de coalición con el PSOE es el diputado de Unidas Podemos y exlíder de Equo, Juantxo López de Uralde.
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