CIUDAD DEL VATICANO.- Misa de martes santo del Papa Francisco en la capilla de su residencia de Santa Marta. En su homilía improvisada, Francisco recuerda que todos nosotros somos elegidos por Dios desde antes de nacer. Elegidos para servir, que consiste en "darse a los demás". Si no servimos, abrimos "el corazón a Satanás". Por eso, invita encarecidamente al clero católicos a servir, sin "aprovecharse de su puesto en la Iglesia". Antes de comenzar la misa, la ofreció por "todas las personas que sufren una sentencia injusta con encarnizamiento".
Antes de que salga el Papa, un cantor entona una antífona
en latín, acompañado del armonio. Francisco entra en la capilla con su
clásico caminar bamboleante y, antes de iniciar el rito, ofrece la misa:
“Estos días de Cuaresma hemos visto la persecución que sufrió Jesús y
cómo los doctores de la ley se unieron contra Él, fue juzgado con
encarnizamiento y siendo inocente. Querría rezar hoy por todas las
personas que sufren una sentencia injusta con encarnizamiento”.
Lectura del profeta Isaías: “El Señor me llamó desde el vientre de mi madre...”
Lectura del Evangelio de Juan: “Mientras
estaba en la mesa con sus discípulos, Jesús dijo: 'En verdad, en verdad
os digo que uno de vosotros me traicionará'...'Lo que tienes que hacer,
hazlo pronto'... Judas tomó el bocado y salió rápidamente...'A donde Yo
voy vosotros no podéis venir'...'No cantará el gallo antes de que no me
hayas negado tres veces'”.
Homilía improvisada del Papa
“La
profecía de Isaías que hemos escuchado es sobre el Mesías, sobre el
redentor, per también sobre el pueblo de Dios. Y podemos decir que es
una profecía sobre cada uno de nosotros”
“En
esencia, la profecía subraya que el Señor ha elegido a su siervo desde
el seno materno. Lo repite dos veces. Antes de su nacimiento. Cada uno
de nosotros hemos sido elegidos antes del nacimiento. Ninguno de
nosotros ha caído en el mundo por casualidad. Cada uno tiene un destino,
un destino libre. Nazco con el destino de ser hijo de Dios. Con la
obligación de servir, de construir, de edificar. Y esto desde el seno
materno”
“El Siervo de Yhavé
Jesús sirvió hasta la muerte. Un reto. Y esto subraya el modo de servir
que tenemos que hacer en la vida: Servir es darse a los demás. Es no
pretender para uno de nosotros cualquier beneficio que no sea servir. Y
la gloria de Cristo es servir. Jesús es el Siervo de Israel”.
"El pueblo de Dios es siervo y cuando se
aleja de esta actitud de servir es un pueblo apóstata. Y cuando uno de
nosotros se aleja de esta vocación, se aleja de su vocación de hijo de
Dios”
“El Señor nos ha elegido
desde el seno materno. En la vida hay caídas. Todos somos pecadores.
Excepto La Virgen y Jesús. Todos los demás somos pecadores. Pero lo que
importa es la actitud de siervo ante el Dios que me ha elegido. La
actitud de un pecador que pide perdón como Pedro. Que llora, cuando
canta el gallo, y se arrepiente. Cuando cae, pide perdón. Cuando el
siervo no es capaz de entender que ha caído, cuando llega a la
idolatría, abre el corazón a Satanás y entra en la noche. En esa noche
en la que cayó Judas”
“Jesús el
siervo, con vocación de servir. Pensemos en cada uno de nosotros. Somos
siervos. Nuestra vocación es servir, no para aprovecharse de nuestro
puesto en la Iglesia. Servir, siempre el servicio. Pidamos la gracia de
perseverar en le servicio. Con caídas, pero con la gracia de
arrepentirse, como hizo Pedro”.
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