MADRID.-
Decenas de miles de turistas españoles han decidido que el
confinamiento no van con ellos y que estos días de Semana Santa están
mejor en la playa.
En cualquier localidad turística hay visitantes. Gente
oculta en su segunda residencia. En su chalet o su apartamento de
verano. Desafiando el estado de alarma. Poniendo en peligro a los
residentes locales: Castilla la Mancha y Castilla León
han triplicado la población estos días festivos. Los alcaldes, las
diputaciones y los gobiernos autonómicos lo miden por el consumo de
agua, la recogida de basuras, las compras en los supermercados o los
servicios de atención médica.
En Escalona,
un pequeño pueblo de Toledo, de los 3.500 empadronados han pasado estos
días a tener 15.000 habitantes, la mayoría, procedentes de Madrid. De
hecho, en la capital se han triplicado las multas estos días de Semana
Santa.
Este pasado miércoles -día de la tradicional operación salida- la
Policía Municipal ha impuesto 2.131 sanciones por saltarse el
confinamiento.
En
los municipios turísticos se ven con miedo estos desplazamientos.
Algunos no tienen ni un solo caso de coronavirus y temen que, con la
llegada de foráneos, llegue el virus. O se multiplique.
Pero no solo los españoles. En Cataluña las localidades más turísticas de la Costa Brava amanecen llenas de franceses.
Se los ve aprovisionándose en los supermercados, o en las farmacias.
También han detectado su presencia -en patios de chalets o tras las
ventanas de apartamentos los vecinos que residen todo el año.
¿Cómo han
llegado hasta allí si las carreteras están llenas de controles? Los
Mossos sospechan que han viajado de madrugada, por caminos secundarios, para no ser detectados.
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