MADRID.- En los 'trackings' mensuales que maneja el PP, Pablo Casado no acaba de despegar. Ni con barba ni sin barba.
"Supera por poco los 100 escaños en el mejor de los pronósticos",
aseguran desde dentro del PP. Tampoco saben muy bien cómo hacer frente
al fenómeno Vox.
En el ámbito autonómico, se ha testado que los ataques al partido de
Santiago Abascal no hacen mella en su intención de voto, según relata
hoy El Confidencial.
Así que, hoy por hoy, la posibilidad de crecimiento de Casado pasa por atraer los 10 escaños de Ciudadanos
e intentar motivar a parte del millón y medio de votantes naranjas que
se quedaron en casa el 10-N. Y eso, sabiendo que muchos de ellos —y de
los que votaron ese día a Ciudadanos— pueden acabar decepcionados por ese acercamiento al PP que, más bien, parece la antesala de la absorción.
En Ciudadanos se insiste en que el PP "tiene mucha prisa. Nosotros estamos en un proceso interno y tenemos nuestros tiempos",
avisa una fuente de la gestora. Primero, aseguran, hay que ver quién
gana el congreso, luego, "ver cómo se fraguan las alianzas para las
elecciones autonómicas. Sin acuerdo previo y firme para estas, no puede
haber ningún otro tipo de acuerdo.
Y siempre, además, respetando la
marca Ciudadanos" en una posible alianza con los populares. Para los
'naranjas', si se llega a ese acuerdo en Cataluña —donde vienen de ganar en los últimos comicios— tendrá que haber "reciprocidad" en País Vasco y Galicia, por mucho que Alberto Núñez Feijóo se niegue.
Por todo ello —y porque quedan aún muchos nudos por desliar "en un
terreno casi tan inexplorado en la oposición en España como el Gobierno
de coalición", avisan fuentes del PP en el Congreso— la dirección
nacional de los populares ha decidido echar el freno y rebajar la
presión sobre Arrimadas. Esperar a que Ciudadanos "se aclare", Arrimadas gane el congreso y, a partir de entonces, elevar los actuales contactos y sentarse a hablar oficialmente de "programas y de candidatos".
En este sentido, Javier Maroto —vicesecretario
de Organización y portavoz popular en el Senado— afirmaba esta semana
que cada vez que los votantes del centro-derecha "votan separados,
Sánchez se queda".
"Por tanto, con el
nombre de España Suma o cualquier
otra propuesta, creemos que la unificación y la unidad de los votantes
del centro y la derecha es la clave para cambiar las cosas en España".
Y eso, bien vale un puesto para Arrimadas.
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