BRUSELAS.- Los
negociadores de la Eurocámara y de los 28 países de la Unión Europea
(UE) lograron este jueves un acuerdo preliminar para reformar las
condiciones de trabajo de los camioneros, un asunto ultrasensible
marcado por una oposición entre el Este y el Oeste.
El
acuerdo preliminar, anunciado por la presidencia pro témpore del bloque
ejercida por Finlandia, debe ser aprobado ahora tanto por el Consejo de
la UE, que reúne a los 28 países miembros, como por la Eurocámara.
La
Comisión Europea propuso en mayo de 2017 esta reforma, que sacó a
relucir las diferencias entre los países occidentales del bloque, que
acusan a los del este de hacer "dumping" con peores condiciones
sociales, mientras que estos últimos cargan contra el "proteccionismo
velado" de sus socios.
Cada campo tuvo que ceder para llegar a un acuerdo, indicó una fuente cercana a las negociaciones.
Los
del Oeste registran un revés importante, pero esperado: las reglas para
los trabajadores desplazados, que prevén un salario según las reglas
del país donde trabaja, no se aplicarán a los camioneros que realicen un
trayecto desde el país de origen de su empresa a otro.
Por ejemplo, un rumano que haga un trayecto de idea y vuelta entre Rumanía y Francia estará cubierto por el régimen de su país.
La
presidenta de la comisión Transporte de la Eurocámara, la francesa
Karima Delli, lamentó que esto implica "la creación en Europa de
empleados de segunda clase", pero también subrayó avances para los
partidarios de una legislación más estricta.
Las
reglas de trabajadores desplazados sí se aplicarán cuando un camionero
realice entregas entre varios puntos de carga y descarga en el país de
destino, adonde llegó en el marco de un servicio internacional.
Así, un camionero búlgaro, que efectúa varias operaciones en los Países Bajos, cobrará en virtud del salario holandés.
En
otro aspecto de la reforma, "un camionero no dormirá en su vehículo
durante su descanso semanal de más de 45 horas, pero en una acomodación
real pagada por su empresa" y deberá regresar a su casa al menos una vez
"cada cuatro semanas", explicó Delli.
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