ALMERÍA.- Alfonso Rubí Cassinello como presidente del Foro Ciudad de Almería (FOCAL) y Jesús Martínez Capel como presidente de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Almería (ASAFAL) quisieron aprovechar la oportunidad del acto convocado por la Asociación Valenciana de Empresarios en la Institución Ferial Alicantina de Elche
para transmitirle al ministro de Fomento, José Luis Ábalos, la inquietud de la sociedad civil almeriense por la
evolución negativa de nuestros servicios ferroviarios, que no sólo no
mejoran, sino que empeoran progresivamente.
"Como usted bien sabe, nuestras únicas comunicaciones actuales son con Granada-Sevilla y con Linares-Madrid, a través de Moreda. Las líneas mantienen su trazado decimonónico y están muy deterioradas por falta de mantenimiento,
con cerca de treinta precauciones temporales en ambos recorridos, con
frecuentes averías del material rodante (que han exigido que nuestros
trenes circulen con dos locomotoras) y con tiempos de viaje de siete
horas en los dos casos, en el primero incluidos tres trasbordos en autobús (en el segundo sólo uno).
Los proyectos ferroviarios están estancados, con múltiples indefiniciones y frecuentes sorpresas, que paralizan y obstaculizan su ejecución, y que denotan falta de rigor en su redacción, a pesar de su elevado coste y de la importancia de su impacto en
la economía regional y local. Se adjudican con bajas temerarias (en
algún caso superiores al 50%) que acaban dando problemas, generando
modificados, y provocando incluso el abandono de las empresas
adjudicatarias.
Soterramiento
El caso más reciente es el del soterramiento de un tramo de un
kilómetro en la entrada a la ciudad de la línea ferroviaria, para
suprimir un paso a nivel muy conflictivo en la trama urbana (en
aplicación de los planes de su ministerio de 2001 y 2005 y por lo
tanto con más de catorce años de retraso). Se adjudicó con una baja del
35% y un plazo de ejecución de 13 meses, que terminó el 10 de octubre.
Actualmente se ha ejecutado menos de la mitad, y las obras están prácticamente paralizadas por la interferencia de
un vertedero de cien mil toneladas de material inerte, no tenido en
cuenta en la redacción del proyecto. Se estima que la ejecución se
alargará otros 18 meses al menos y que será mucho más cara.
Para ejecutar esa obra se descartó construir un bypass y se trasladó la Estación fuera de la ciudad,
decisión que ha provocado un descenso del número de viajeros del 40% a
Madrid y del 90% a Sevilla. A esto hay que añadir que no se ha definido
aún el resto del modelo de integración urbana del ferrocarril. No sabemos cómo será el trazado antes y después de este tramo,
ni cómo será la Estación definitiva, La tradicional lleva dos años con
una obra de rehabilitación que iba a durar 13 meses y aún no se sabe
cuándo acabará, ni cuál será su uso final. Ni cuándo ni cómo llegará el ferrocarril al puerto, que está a 500 metros de la Estación y que lleva sin acceso de trenes desde 1989, siendo
(con el de Motril) el único de los 46 puertos nacionales de interés
general que no tiene servicio ferroviario, y no está ni siquiera
proyectado.
Cambiador de ancho
No se sabe casi nada del cambiador de ancho de vía en Granada,
prometido hace varios años, y que podría producir un poco de alivio
inmediato a nuestras comunicaciones, Las obras licitadas y adjudicadas
de la línea Almería-Murcia no arrancan, no se sabe bien por qué.
No hay un calendario ni siquiera aproximado, tan solo una fecha final
poco creíble. Las zonas logísticas, la línea a Granada, la del
Almanzora,… duermen el sueño de los justos. Lo único que se sabe es que se reducen las prestaciones: vía única, tercer hilo a Granada, etc. Mientras,
se habla de la locura de añadir un tercer carril a la autovía A-7 en
cada sentido, para que quepan en ella más coches, más camiones y más
transporte insostenible, con una alta incidencia sobre la huella de
carbono de nuestros productos hortofrutícolas.
Este
panorama transmite una impresión de improvisación en la toma de
decisiones, y de que estas se apoyan en criterios al menos discutibles,
lo que no parece que sea un método adecuado para gestionar una
infraestructura y un servicio tan importante como el ferrocarril.
Además, la escasez de información (que debería ser concreta y
frecuente) provoca en los ciudadanos ansiedad, incredulidad, hastío y la
sensación de ser engañados y burlados continuamente. Echamos de menos
que se nos tenga un poco más en cuenta con métodos participativos, y que
se nos trate con algo más de respeto.
Por estas
razones el ferrocarril en Almería está en su peor momento histórico, a
pesar de las promesas que se nos vienen haciendo (e incumpliendo) desde
hace más de veinte años por parte de los sucesivos ministros y altos
cargos ferroviarios. El ferrocarril está pasando incluso de ser una
debilidad de nuestro sistema económico, a convertirse en una amenaza
para nuestro desarrollo futuro.
Necesitamos certezas. Necesitamos esperanzas. Necesitamos soluciones. Porque Almería también existe.
Perdone el atrevimiento, pero creemos que la gravedad de la situación
exige que la pongamos en su conocimiento y que la denunciemos".
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