MADRID.- El Banco de España ha reiterado la
necesidad de reforzar la sostenibilidad de las cuentas públicas para
reducir la vulnerabilidad que supone tener una deuda externa neta del
77,1 % del PIB, que deja a la economía española expuesta ante posibles
perturbaciones en los mercados de capitales internacionales.
En un análisis publicado este jueves de los datos de cierre de 2018 de
la balanza de pagos, la entidad destaca que el mantenimiento por séptimo
año consecutivo de la capacidad de financiación de la economía
(superávit externo) y el crecimiento del producto interior bruto (PIB)
permitieron el año pasado la reducción de 6,4 puntos porcentuales de la
deuda externa neta.
No obstante, subraya que el 77,1 % sigue siendo una tasa
elevada tanto desde una perspectiva histórica como en comparación con
otras economías del entorno y recuerda que la mayor parte de la deuda
externa de la economía española recae sobre el sector público.
En términos brutos, -incluyendo todos los pasivos frente a no
residentes que dan lugar a pagos futuros (instrumentos de deuda,
depósitos)- la deuda externa cerró 2018 en el 166,7 % del PIB, 1,7
puntos por debajo del máximo alcanzado en 2015.
A las
Administraciones Públicas corresponde la mayor parte de esa ratio (46
puntos porcentuales), mientras que el resto se reparte entre Banco de
España, sector financiero, empresas, hogares e inversión directa en
forma de deuda.
El Banco de España explica que detrás
de la reducción de la deuda externa neta entre 2013 y 2018 está la
mayor confianza de los inversores internacionales en la economía
española, lo que ha redundado en un aumento de precio de los pasivos de
los residentes frente al resto del mundo.
Por el
contrario, entre 2009 y 2012 la notable pérdida de confianza de los
inversores internacionales hizo caer el valor de los instrumentos
financieros emitidos por los agentes residentes, lo que provocó un
aumento de la deuda externa, a pesar de que la necesidad de financiación
frente al resto del mundo se reducía.
Respecto al
superávit externo, el Banco de España señala como aspecto positivo que
se está manteniendo en la fase alcista de la economía, cuando en el
pasado ocurría lo contrario, pero incide en que está disminuyendo
respecto a años anteriores por la ralentización de los mercados
exteriores y el impacto negativo de apreciación del euro y la subida del
petróleo sobre las exportaciones.
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