jueves, 23 de mayo de 2019

El obispo de Córdoba cree que hay un “rebrote de la lucha entre la mujer y Satanás”


CÓRDOBA.- El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, en su carta semanal explica que en los en días pasados se ha vivido en la ciudad - cuya patrona es también la Vírgen de la Fuensanta- un rebrote de la lucha dramática entre la mujer y Satanás“, pese a lo que, ha añadido el obispo, se seguirá “ofreciendo ‘flores a María sin imponer nada a nadie”.

Demetrio Fernández ha recordado que “la historia humana lleva en su interior un drama, una lucha continua entre el poder de las tinieblas, Satanás, y el poder de Dios, que se ha manifestado en Cristo resucitado, vencedor de la muerte”, y “en este combate la mujer tiene un papel fundamental”, pues “la mujer vencería a la serpiente”, que simboliza a Satanás, y “en los cuadros de la Inmaculada aparece expresado bellamente: María aplasta con su talón la cabeza de la serpiente”.
En este contexto, el obispo ha señalado en su carta que “hemos vivido en nuestra ciudad en los días pasados un rebrote de esta lucha dramática entre la Mujer y Satanás, para recordarnos a todos que el combate no ha terminado, sino que está latente en la historia y de vez en cuando se hace visible”.
Así, el obispo ha subrayado que, “en primer lugar, María es imbatible”, ya que “el poder del mal no ha podido tocarla”, puesto que “es purísima e inmaculada”, y “su vida es un canto a la vida nueva que Cristo nos ha regalado, a la vida de gracia que en ella se ha derramado”, y “por eso es la llena de gracia”.
“Es la llena de gracia para ella -ha proseguido-, que es toda hermosa, y para nosotros pecadores, a los que limpia y embellece, como hace una madre buena con su hijo pequeño cuando se ensucia. Pero, además, porque a ella le ha encomendado Dios que ayude a todos los humanos en este combate, ella es la mujer que nos libra de las garras del dragón y que aplasta con su pie la cabeza de la serpiente”.
De igual forma, el obispo ha explicado que “ella nos promete que en este combate vencerá, que venceremos con ella, y la lucha y la victoria no es contra los poderes de este mundo, sino contra los espíritus del mal, contra Satanás y toda su corte, aunque a veces en esa corte satánica podemos estar implicados los humanos de una u otra manera. De los humanos esperamos la conversión, de Satanás no hay posibilidad”.
El obispo concluye señalando que “la propuesta creyente puede resultar grotesca para quienes no tengan fe, y puede incluso resultar ingenua para quienes quieren atacar la fe cristiana”, pero, “a pesar de todo, de la mano de María y en el mes de mayo, seguiremos ofreciendo nuestras ‘flores a María’, sin imponer nada a nadie, y ofreciendo a todos la posibilidad de que admiren una belleza que el pincel humano no puede producir, la belleza de una mujer, la belleza de la Inmaculada, la belleza de la gracia, esa belleza que salvará al mundo”.

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