Durante más de un siglo, distintos autores han señalado numerosos
paralelismos entre los puntos de vista cristianos sobre Jesús
y otros principios religiosos o míticos.
Entre ellos, los misterios grecorromanos, la mitología del antiguo Egipto, y otras analogías generales en las que se encuentran patrones culturales compartidos de dioses que mueren y resucitan en el contexto del mito de Jesús.
Entre ellos, los misterios grecorromanos, la mitología del antiguo Egipto, y otras analogías generales en las que se encuentran patrones culturales compartidos de dioses que mueren y resucitan en el contexto del mito de Jesús.
La Cienciología considera a Buda,
junto con Jesús, uno de los ‘clear’ o claros, es
decir, personas que han logrado alcanzar su máximo estado de
nivel de OT o Thetán Operante, es decir, personas que operan en
el mundo a través del Espíritu.
Muchas veces los cristianos hablamos de Dios, le hablamos a Dios,
hablamos sobre Dios, pero no dejamos que Dios hable en nosotros a
través de la Meditación, que es un ejercicio de acogida del
Misterio.
INFLUENCIAS
La historia de que Jesús viajó a India y Tíbet, y
estudió con budistas e hindúes antes de comenzar su ministerio en
Galilea apareció por primera vez en el libro “La vida
desconocida de Jesucristo” de Nicolás Notovitch
(1894), que fue muy difundido.
Jerry H. Bentley, plantea la posibilidad de que el budismo
influenciara el primitivo desarrollo de la cristiandad y sugiere
prestar atención a muchos paralelismos referentes a nacimientos,
vidas, doctrinas y muertes de Buda y Jesús.
También recuerdo al jesuita López Gay que publicó un libro.
Por su parte Thundy ha hecho un seguimiento de las similitudes
entre el relato del parto de Maya, al dar a luz a Buda, y el de María
al nacer Jesús, y señaló que existen semejanzas, como el parto
virginal.
Por su parte el famoso médico psiquiatra, psicólogo y ensayista
suizo Carl Gustav Jung, cuestionado por algunos, viajó
a la India en 1938 invitado por el Gobierno indo-británico, a
efectos del jubileo de los veinticinco años de la Universidad de
Calcuta. Jung llegó a establecer una comparación
entre Buda y Cristo como vencedores del mundo material
y libertadores del ser humano.
Buda, a quien Herman Hesse le dedicó la novela ‘Siddharta’,
se llamaba Sidarta Gautama y vivió en la India quinientos
años antes de Cristo. El siglo sexto antes de Cristo fue pródigo en
sabios e iluminados como Tales de Mileto, Lao-Tsé, Confucio
así como los profetas judíos Jeremías y Ezequiel.
PUNTOS COMUNES
Buda y Jesús tienen mucho en común. Según reza la
tradición, ambos nacieron de una Virgen y
ambos hicieron milagros. En el caso de Buda, su madre Maya,
habría sido fecundada por un pequeño elefante que se introdujo en
su costado izquierdo, mientras que la fecundación fue sobrenatural.
Buda y Jesús no dejaron nada escrito o por lo menos nada que
conozcamos por el momento, y formaron a sus discípulos mediante
sentencias y parábolas emblemáticas. Ninguno de los dos fundó
una religión (la religión la fundaron sus seguidores en
ambos casos); ambos propusieron una vía espiritual centrada en
el amor, la compasión y la justicia, capaz de conducirnos a lo que
más anhela todo ser humano: la felicidad.
El santo cristiano Josafat se basa en la vida del Buda Guatama.
Josafat fue incluido en las ediciones anteriores del Martirologio
Romano, cuya fiesta se celebra el día 27 de
noviembre, aunque no en el Misal Romano, así como en el calendario
litúrgico de la Iglesia Ortodoxa Oriental.
BUDA
Siddharta Gautama, más conocido como Buda Gautama, o
Sakiamuni, o simplemente el Buda, fue un asceta o
‘sanniasin’ y sabio, en cuyas enseñanzas se fundó el Budismo.
Nació en la ya desaparecida república Sakia en las
estribaciones del Himalaya. Enseñó principalmente en el noroeste de
la India.
Buda Sakiamuni no es un dios ni el único, ni el
primer Buda. Esto no sólo fue asegurado por el
propio Sidarta Gautama, sino que también la cosmología
budista hace esta distinción al afirmar que únicamente los seres
humanos pueden lograr el estado de Buda,
pues en ellos reside el mayor potencial para la iluminación.
El Buda enseñó el camino medio entre la complacencia sensual y
el ascetismo estricto practicado en el movimiento ‘Sramana’
común a esta región de la India. Más adelante enseñaría a lo
largo de las regiones del este de esta nación.
Se alegaba que Buda poseía poderes y habilidades sobrenaturales,
pero, debido a su entendimiento del accionar de la mente escéptica,
respondía de manera negativa cuando le solicitaban un milagrito
diciendo "...me disgustan, los rechazo y desprecio".
Los verdaderos Yoguis de la India también rechazan mostrar sus
poderes, no sólo por humildad, sino porque consideran que los
poderes sobrenaturales nos desvían del verdadero objetivo que es la
iluminación y la liberación espiritual.
Obtuvo sus poderes a través de profunda Meditación
cuando renunció al mundo y vivió como un asceta. Él realizó
milagros solamente para traer el mayor beneficio a los seres
pensantes, y aclaró que los mismos no deben ser razón para
practicar su camino.
Buda es un nombre honorífico que se aplica a quien ha logrado
un completo despertar o iluminación espiritual. Este
despertar implica un estado de tranquilidad mental tras
transcender el deseo o ansia, la aversión y la confusión.
En el budismo se relata que Buda Gautama no ha sido el único
Buda. El Canon Pāḷi se refiere al Buda Gautama
como el número 28º de una larga lista. El
próximo Buda aparecerá dentro de cien años y se llamará Buda
Maitreya.
JESÚS
Jesús de Nazaret, también conocido como Jesús o
Jesucristo, es la figura central del Cristianismo y es la más
influyente de la cultura occidental. Jesús de Nazaret fue un
predicador judío que vivió a comienzos del siglo primero en las
regiones de Galilea y Judea, y fue crucificado en Jerusalén, en
torno al año treinta, bajo el gobierno de Poncio Pilatos.
Jesús se puede categorizar junto a otros fundadores
legendarios como Buda, Krishna o Lao-Tse.
El Judaísmo
niega su divinidad, porque
es incompatible con su concepción de Dios, y
en el Islam,
donde se lo conoce como el Santo Isa,
es considerado uno de los profetas
más importantes. Yo lo amo
con toda mi Alma.
Para la mayoría de las denominaciones cristianas, es el Hijo de Dios
y, por extensión, la encarnación de Dios mismo, aunque todos
somos hijos de Dios porque fuimos creados por Él. Su importancia
estriba asimismo en la creencia de que, con su muerte y posterior
resurrección, redimió al género humano.
Se considera a Jesucristo como “el Redentor” por
antonomasia, ya que murió en la cruz para salvar a la humanidad de
la muerte y abrirle las puertas del Reino de los Cielos, en un
sacrificio por amor a la humanidad.
En el prefacio pascual católico se afirma que Cristo "con su
muerte venció al pecado y con su Resurrección venció
a la muerte", y en el Catecismo de la Iglesia católica se
señala que: "La muerte de Cristo es a la vez el sacrificio
pascual que lleva a cabo la redención definitiva de los
hombres".
Por su parte la tradición gnóstica atribuye al mundo un
origen maligno o defectuoso. Para el Gnosticismo, el mundo se
habría creado por malignos demiurgos que tenían al ser humano
encerrado en la existencia terrenal e ignorante de su condición
de prisionero. Para otras escuelas, el mundo era el fruto de un
fracaso o tragedia creativos. Los que conocían esta Verdad a
través de la Gnosis podían intentar escapar de esta trampa.
(*) Periodista
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