BRUSELAS.- La última
propuesta sobre la mesa de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE
para negociar el presupuesto común para los próximos siete años plantea
un recorte en la Política Agraria Común (PAC) del 14%
con respecto a la aportación de los Veintisiete en el ejercicio actual y
del 12% en los fondos de Cohesión, dos partidas para las que España
reclama como mínimo mantener en niveles actuales.
El documento que este viernes ha enviado a las capitales el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel,
propone un marco financiero plurianual para el periodo 2021-2027 del
1,074% de la Renta Nacional Bruta (RNB) del bloque, frente al 1,114% que
pide la Comisión Europea o el 1,16% que representa el del periodo que
acaba este año para los Veintisiete.
La propuesta de Michel mantiene -aunque suavizado- el propósito de
recortar el presupuesto europeo a costa de los fondos agrarios y
estructurales
que ya se planteó el pasado diciembre en otra propuesta que fue
rechazada por casi todos los Estados miembro, aunque por razones
distintas.
España y otra
quincena de países del Sur y del Este han creado un frente común para
defender los fondos de cohesión y de la PAC y reclamar que, si no se
aumentan, al menos que se mantenga su ambición en el gasto agrícola y se
asegure un apoyo "fuerte" para los fondos estructurales.
Los llamados 'amigos de la cohesión' tendrían
de su lado al Parlamento Europeo, que pide un presupuesto del 1,3% que
garantice la fortaleza de estas políticas tradicionales.
Este
propósito, sin embargo, choca de plano con la de otros Estados miembros
como Países Bajos, Suecia, Dinamarca o Austria que rechazan de plano
cualquier mejora y exigen que el presupuesto sea rebajada, marcando como
techo el 1% de la RNB.
Michel se ha reunido en las últimas semanas con casi todos los líderes
de la UE para escuchar sus líneas rojas y tratar de hallar un
"equilibrio" entre unos y otros,
apuntan fuentes europeas, que recuerdan que con la salida de Reino
Unido el bloque deja de contar con unos 10.000 millones de euros al año
y, sin embargo, necesitará más recursos para nuevas prioridades como la
acción climática, la digitalización y la migración y la seguridad.
En opinión de Michel, según fuentes europeas, un presupuesto
"modernizado" pasa por reducir la dotación de "políticas tradicionales"
aunque introduciendo "mayor flexibilidad" que permita a los Estados
miembros reconducir fondos, por ejemplo, de las ayudas directas al pilar
de desarrollo rural y viceversa.
Con
todo, de salir adelante el reparto tal y como lo plantea Michel, la
rebaja de las ayudas directas sería del 10,1% y se dispararía hasta el
25,1% en el caso del desarrollo rural, lo que se traduciría en una merma
del 14% para el conjunto de la PAC.
A cambio, el presupuesto que hay sobre la mesa para los próximos siete
años asigna más recursos al compromiso de luchar contra el cambio
climático, apoyar la transición digital, impulsar una Europa de la
defensa y reforzar el control de las fronteras y de la migración.
Además, el presupuesto común tendrá un régimen general de condicionalidad
que se podrá activar si se detectan "deficiencias manifiestas
generalizadas" por parte de los Estados miembro con respecto a la
gobernanza y el respeto del Estado de derecho, con el fin de asegurar el
buen uso de los fondos europeos y proteger los intereses financieros de
la Unión.
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