ALMERÍA.- La conservación de la Alcazaba siempre ha sido caballo de
batalla en Almería. El Ayuntamiento nunca ha tenido fondos suficientes
para obras de mantenimiento adecuadas y el monumento se ha deteriorado con el paso del tiempo.
En 1930, Leopoldo Torres realizó un estudio y proyecto de restauración; pero no se pudo llevar a cabo por la guerra civil. Tras la misma, Prieto Moreno
fue encargado de dirigir las obras. Se ajardinó el primer recinto y la
casa del Alcaide, además de consolidar el terreno, excavaciones,
restauraciones y accesos.
Entre 1951 y 1954, se
realizó una nueva excavación centrada en el conjunto palaciego y supuso
la primera intervención arqueológica. El director de las obras fue Fernando Ochotorena.
Hubo
que esperar a 1986 para realizar nuevos trabajos de documentación de
las ruinas y realizar el inventario de gran parte del material
arqueológico. El responsable fue fue Lorenzo Cara.
En 1993 se dio otro impulso a las obras, bajo el proyecto de Ramón de Torres.
Las excavaciones se centraron en la muralla septentrional, en el
sistema de canalización del agua y en los accesos al primer recinto; las
dirigió Domingo Ortiz. Las últimas obras fueron para conocer el
deterioro de la piedra de las murallas, recuerda hoy La Voz de Almería.
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