ALMERÍA.- Desde últimas horas del pasado domingo y hasta la jornada del martes la borrasca Gloria descargó con fuerza en la provincia de Almería,
con efectos desastrosos, sobre todo tras la inesperada granizada del
miércoles, cuando todo hacía indicar que las tormentas se alejaban de la
provincia.
Sin embargo no todos sus efectos son
lamentables puesto que la cantidad de nieve recogida en las sierras, y
especialmente en la de Los Filabres, suponen una bendición para la tierra y para los acuíferos del interior
de la provincia, no sólo por el volumen de agua caída, sino porque
esta, al ser liberada poco a poco, a medida que se produce el deshielo,
cala en el subsuelo y alimenta fuentes y pozos en todas las zonas
colindantes, razona hoy La Voz de Almería.
Aunque la nieve hizo acto de presencia en todas las áreas de montaña de la provincia, registró una alta intensidad en Los Filabres, con cantidades acumuladas en los tres días el paso de ‘Gloria’ que estuvieron en torno a los 100 litros por metro cuadrado.
Esa cantidad de precipitaciones ha permitido que se hayan registrado acumulaciones que rondan los dos metros de nieve
en varias de las áreas de esta sierra, como en el caso de La Merendera,
en la carretera entre Gérgal y Las Menas de Serón o en Bacares, en el
cruce de la Tetica con Venta Luisa.
Los geólogos consideran esta sierra como la zona de la provincia donde se registran los principales procesos de acumulación de nieve invernal y
su posterior derretimiento. Por esa razón sus cumbres fueron declaradas
en 2015 Zona de Especial Protección de la Red Natura 2000 y el Plan
Hidrológico las cataloga como Zona de Protección Especial al considerar a
Los Filabres como “uno de los mejores almacenamientos naturales de agua
dulce en Andalucía”.
De hecho los llamados ‘Calares de Sierra de Los Filabres’ se identifican con frecuencia como el mayor pantano de Almería por su capacidad para retener el agua que,
posteriormente, alimenta las masas de agua a través de ríos, arroyos o
fuentes como las de Bacares, Bolonor, Arriba, Nima, El Conde, Los
Carrascos, Barranco El Fraile o Barranco Negro, entre otros.
Es además la mejor, si no la única, manera de mantener vivas las masas forestales de Filabres,
sometidas en los meses cálidos a una acentuada sequía, agravada con la
llegada del cambio climático que impide la aparición de la nieve con la
frecuencia de épocas anteriores.
El refranero popular reconoce ese papel de vital importancia para disponer de recursos hídricos todo el año;
frases como ‘año de nieves, año de bienes’ o ‘con nieve en enero no hay
año austero’ describen la esperanza que aportan las nevadas para los
habitantes de decenas de pueblos del entorno de este conjunto serrano de
monumentales proporciones y de importancia esencial.
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