MADRID.- Podemos ha pedido este lunes al Gobierno español que condene "enérgicamente" lo que considera un "golpe de Estado" en Bolivia, que según su interpretación es lo que está detrás de la renuncia ayer al cargo de su ya ex presidente, Evo Morales.
A través de una nota de prensa emitida por su Secretaría de
Internacional, Podemos ha dictaminado que "el Gobierno español tiene que
jugar un papel clave y condenar enérgicamente el golpe de Estado y sus
principales actores", y "debe también implicarse activamente para
garantizar la estabilidad y la seguridad del pueblo y la sociedad civil
en Bolivia, así como la integridad física de Evo Morales, de
Álvaro García Linera y del resto de dirigentes del MAS, incluyendo el
ofrecimiento del asilo político a los mismos".
Para el partido que lidera Pablo Iglesias,
"en este momento hay un riesgo claro de que la violencia vaya a más.
Por eso, es necesario emitir un mensaje claro de que no va a tolerar
violencia contra los miembros del MAS ni la población".
"Nuestro país tiene que ser un activo en el lado de la democracia y
los derechos humanos en la región, incluso cuando eso implique poner los
valores y los principios por delante de los intereses económicos de las
élites empresariales", estima Podemos.
Para la Secretaría de
Internacional, encabezada por Idoia Villanueva, "ayer se confirmaron los
peores pronósticos sobre la situación en Bolivia", porque, "tras el
reconocimiento por parte del Gobierno boliviano de la auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la convocatoria de nuevas elecciones, con la garantía de la sustitución del Tribunal Supremo Electoral, el ejército entraba en juego exigiendo a Evo Morales la renuncia total".
Podemos
da plena credibilidad a la denuncia que verbalizó ayer Morales de que
ha recibido amenazas y está en juego su integridad física. A nivel
político, cree que "estamos ante un golpe de Estado, con el ejército
obligando al presidente a dimitir y persiguiendo a los miembros más
relevantes del Gobierno.", todo ello "en alianza con la extrema derecha boliviana, que nunca estuvo preocupada por el análisis del procedimiento electoral, sino en derrocar a Evo Morales a toda costa".
El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación en funciones, Josep Borrell, ha resaltado en declaraciones a los periodistas que "se han producido fallos en el sistema que hacen que esas elecciones no puedan ser validadas".
"No es una cuestión menor", ha dicho Borrell, quien ha apuntado que el
documento "manifiestamente demuestra que [los fallos en el proceso] no
han sido simples irregularidades de tipo administrativo".
Borrell ha considerado "positivo" que, tras la publicación de dicho
informe, Morales "anunciase su voluntad de repetir elecciones" y la
renovación del Tribunal Supremo Electoral (TSE), pero ha lamentado que
la intervención posterior de estamentos de seguridad "hayan provocado
una situación que hoy es de vacío de poder".
Borrel confía en que "se restauren los marcos constitucionales" y "se
convoquen de nuevo elecciones", para lo cual ha pedido expresamente que "se garantice la seguridad de todos los bolivianos, también del presidente Morales y de los miembros de su Gobierno".
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