CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa ha
ordenado a 13 nuevos cardenales, diez de ellos posibles votantes -por
edad- en un futuro cónclave (dos españoles, un cubano y un guatemalteco)
en una ceremonia en la basílica de San Pedro por lo que los purpurados
elegidos por Francisco con una visión de la Iglesia más cercana a la
suya serán mayoría a la hora de elegir el próximo pontífice.
Con sus con sus cinco consistorios, Francisco ha cambiado el colegio cardenalicio nombrando a purpurados procedentes de los rincones más alejados del planeta, con una menor presencia de italianos y una constante atención a Latinoamérica y a España.
Con la creación de los 10 cardenales, menores de 80 años y por tanto
posibles participantes en un cónclave, los elegidos por Jorge Bergoglio pasan a ser 57 de los 118, mientras que 43 fueron elegidos por Benedicto XVI y 18 por Juan Pablo II.
Además, en el consistorio de hoy, cuando los llamados “príncipes de
la Iglesia” reciban el anillo y la birreta cardenalicia, los purpurados representarán los temas claves del pontificado de Francisco: las periferias, los migrantes, el miedo ambiente y el diálogo interreligioso.
Francisco afianza así su influencia en un cónclave, en un momento en el que su pontificado recibe fuertes críticas por una parte conservadora
de la Iglesia e incluso se habla de un área que intenta influir las
decisiones en la elección del futuro papa, como explica el periodista
francés de “La Croix”, Nicolás Senèze, en su libro “Cómo América quiere
cambiar al papa”.
En los hasta ahora cinco consistorios que se han celebrado para la
creación de cardenales durante este pontificado, Francisco ha siempre
tenido presente a España y Latinoamérica.
Serán cardenales los español Miguel Ángel Ayuso Guixot, que es presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso desde el pasado 25 de mayo y Cristóbal López Romero, nacido en Vélez-Rubio (Almería) y arzobispo de Rabat desde el 29 de diciembre de 2017.
Francisco hará cardenales también a prelados que se han caracterizado por su atención a los migrantes:
Michael Czerny, jesuita, subsecretario de la Sección de Migrantes y el
único italiano es Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y un obispo cercano
a la Comunidad de San Egidio y su labor por la acogida.
También dos latinoamericanos, el cubano Juan de la
Caridad García Rodríguez y el guatemalteco Álvaro Leonel Ramazzini Imeri
y un africano, Fridolin Ambongo Besungu, capuchino, arzobispo de
Kinshasa en la República Democrática del Congo.
En la ceremonia llena de simbología, el papa leerá la fórmula de creación y citará los nombres de los nuevos cardenales, y su título o diaconía, la parroquia de Roma a la que serán asignados.
Seguirá la profesión de Fe y el juramento y de rodillas recibirán el capelo
que el papa recordará que es “rojo como signo de la dignidad del oficio
de cardenal, y significa que estás preparado para actuar con fortaleza,
hasta el punto de derramar tu sangre por el crecimiento de la fe
cristiana, por la paz y armonía entre el pueblo de Dios, por la libertad
y la extensión de la Santa Iglesia Católica Romana”.
Y el anillo “signo de esa dignidad, de solicitud pastoral y de más sólida unión con la Sede del Apóstol San Pedro”.
El papa intercambiará después el beso de la paz con los nuevos miembros del Colegio Cardenalicio.
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