ALMERÍA.- Cajamar invertirá 15 millones de euros en la
construcción de su nuevo edificio en el Parque Científico-Tecnológico de
Almería (PITA) que constará de cinco plantas y unos 18.000 metros
cuadrados construidos, así como con capacidad para 732 puestos de
trabajo donde trabajarán personas de las empresas instrumentales del
Grupo Cajamar dedicadas a la innovación y aplicación de conocimiento.
Según ha trasladado la entidad en una nota, el proyecto del nuevo
edificio se ha adjudicado finalmente a Arapiles Arquitectos tras un
proceso de selección que se ha extendido durante cuatro meses y en el
que han participado una veintena de gabinetes profesionales.
Así, las previsiones apuntan a que el inmueble a construir en la
tecnópolis se comienza a edificar en enero del próximo año, si bien
antes el estudio deberá completar y finalizar el proyecto básico para
presentarlo en septiembre en el Ayuntamiento de Almería y así solicitar
las licencias correspondientes. La entidad ha estimado un plazo de
ejecución aproximado de 18 meses, con lo que su finalización se ha
previsto para julio de 2014.
Entre otras dependencias, el inmueble contará con salas de
reuniones, salas de formación, servicios, laboratorios y talleres de
pruebas, archivo documental y almacenes, cafetería-restaurante, sala de
descanso, guardería y espacios verdes. Igualmente, el edificio
constituirá un espacio común donde las empresas que prestan su servicio a
la entidad desarrollen su actividad de la forma más eficiente posible.
El Estudio de Arquitectura Arapiles Arquitectos está formado por
los arquitectos almerienses Curra Fernández, Segundo Cañadas, Alfonso
Monje y Luis Fernández, su director. Además, para esta ocasión, al
objeto de garantizar los aspectos técnicos de mayor especialización, han
ampliado su equipo técnico habitual con personal de la empresa de
ingeniería Savener Proyectos, especializada en sostenibilidad y
calificación energética y de Enar Envolventes Arquitectónicas, empresa
especializada en la resolución técnica de todo tipo de fachadas y
envolventes singulares.
Cajamar pretende transmitir con este inmueble una imagen de
"expresividad, sin que sea ni literaria ni simbolista, sino una
expresividad meramente formal", con "la manifestación de sus espacios
interiores hacia el exterior". Los criterios estéticos "responden de
forma directa a los condicionantes medioambientales del entorno". Se
trata de un edificio que tiene cinco fachadas, todas ellas a espacio
público y cada una con una orientación dominante.
Las fachadas de levante y poniente se visten de forma casi
idéntica, son orientaciones simétricas y la respuesta es la misma:
volúmenes blancos con huecos verticales profundos que impiden la
penetración del sol que, en esas orientaciones, siempre está inclinado.
Las jambas de los huecos se achaflanan aleatoriamente para facilitar las
vistas y matizar la monótona repetición de huecos, tanto al interior
como, fundamentalmente, al exterior.
La fachada sur, fragmentada por los retranqueos producidos por la
volumetría, presenta grandes huecos panorámicos protegidos por voladizos
horizontales. El sol por allí pasa muy vertical. La cubierta,
especializada en la captación solar, la iluminación y la recogida de
aguas pluviales, y, resuelta técnicamente para aislar, se muestra como
una fachada más para ser contemplada desde el aire.
La comisión ejecutiva del PITA aprobó en noviembre del pasado año
la petición de Cajamar para adquirir por 1,3 millones de euros dos
parcelas del recinto con una edificabilidad de más de 11.400 metros
cuadrados situadas a la entrada de la tecnópolis en las que ubicar su
edificio de servicios avanzados. El centro se ubicará concretamente en
las parcelas SCO 1-1 y SCO 1-2 en la Avenida de la Innovación.
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