PARMA.- El médico Michele Zasa ha dejado MotoGP para regresar a los servicios
sanitarios de emergencia de Parma (Italia) donde lamenta que la gente esté
incumpliendo la orden de quedarse en casa.
El director de la Clinica Mobile de MotoGP, el italiano Michele Zasa, ha asegurado que el mundo afronta “la Tercera Guerra Mundial”
con la crisis del coronavirus y que por ello hay que ser estrictos con
las medidas de protección, y ha lamentado la falta de conciencia de
alguna gente, a la que tal vez le haga falta “ver a los muertos” para
darse cuenta de la verdadera magnitud de la crisis sanitaria del
COVID-19.
“Esto es la Tercera Guerra Mundial, la gente tiene que empezar a
entenderlo”, explica en una entrevista al diario deportivo italiano La
Gazzetta dello Sport.
“He visto muchas cosas duras en mi vida como médico, pero aquí estamos más allá,
aún no hemos alcanzado el pico, la situación es muy mala. Estamos en
guerra. Recibimos llamadas, vamos a los hogares de las personas y casi
siempre es por el COVID-19″, añadió.
Zasa, especialista anestesiólogo, ha dejado momentáneamente su puesto
en el Mundial de MotoGP para regresar a los servicios sanitarios de
emergencia de Parma.
“Los primeros
en arriesgarse son los trabajadores de la salud, los voluntarios, los
trabajadores de Protección Civil, que en muy poco tiempo tuvieron que
estar preparados para una situación de emergencia absoluta”, subrayó.
“Os aseguro que para todos nosotros es un estrés constante y muy alto,
porque debemos seguir procedimientos muy estrictos para evitar el
posible contacto con los pacientes”, continuó, recalcando que los
números de contagiados y muertos están “aumentando rápidamente”.
Además, Zasa quiso destacar el gran número de pacientes jóvenes que están empezando a tener. “El verdadero problema ahora es ver a tantos jóvenes comenzando a sentirse mal.
Si la gente pudiese ver la tragedia humana que supone tener que sacar a
alguien de casa y llevárselo, arrebatándoselo a su familia…”, apuntó.
Por ello, lamenta especialmente que la
gente esté incumpliendo la orden de quedarse en casa. “Sin embargo, en
las calles se ve gente sentada en bancos, caminando, corriendo.
¡Italia se ha convertido en una nación de corredores! ¿Deberíamos
llevarlos a ver a los muertos? Luchamos contra un ejército invisible,
pero muchas personas a las que no les importa se arriesgan a aumentar
las infecciones. Y nosotros, los trabajadores de la salud, ya estamos
agotados”, dijo.
“Hay momentos en
que me gustaría coger a estas personas y llevarlas a las casas para ver
cuando vamos a recuperar a los muertos“, concluyó.
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