LONDRES/PARÍS.- El sector del transporte
marítimo está sintiendo de frente las consecuencias de la pandemia de
coronavirus, que complica el movimiento de mercancías, lo que despertó
incluso el temor a una escasez de productos, pero una mejora de la
situación en China tranquiliza.
"Los centros neurálgicos del
transporte (marítimo) se ven afectados", advirtió Kitack Lim,
secretario general de la Organización Marítima Internacional (OMI), en
un vídeo publicado en la página web de la organización.
"En estos tiempos difíciles, la capacidad del sector para
suministrar bienes vitales, incluidos los suministros médicos y los
alimentos, será fundamental para responder a esta pandemia y, en última
instancia, superarla", agregó.
La marina mercante es un eslabón
esencial en la cadena de suministro de muchos productos cotidianos
vendidos en los supermercados, que fueron asaltados en las últimas
semanas por clientes aterrorizados ante la pandemia y las medidas de
confinamiento contra la propagación del COVID-19.
Las autoridades
en todos los países intentan tranquilizar a la población ante el temor a
la escasez, pero, según un estudio de la firma Retail Economics
publicado a principios de mes, el suministro a través del Canal de la
Mancha a la mayoría de los minoristas británicos se vio perturbado.
"Necesitamos
su ayuda. Pedimos que todo el mundo preste atención a su forma de
comprar", escribieron las principales cadenas de supermercados del Reino
Unido en una carta publicada en los diarios nacionales el domingo y el
lunes, y varias de ellas anunciaron que estaban racionando la venta de
ciertos productos.
"La
situación es especialmente problemática cuando se trata de atracar",
explica Guy Platten, secretario general de la Cámara Naviera
Internacional (ICS). "Los buques a veces se ven obligados a esperar 14
días", subraya.
La OMI subrayó que varios puertos están cerrados,
ya que las autoridades de algunos países intentan reducir la circulación
de bienes y personas para frenar la propagación del COVID-19.
La
ICS pide el acceso de los buques de transporte de mercancías "a los
puertos de todo el mundo" y cambios de tripulación "más fáciles", dado
que en algunas zonas del mundo son complicados.
Por el contrario,
la fuerte disminución del transporte de pasajeros --las restricciones a
la libertad de circulación afectan ya a más de 500 millones de
personas-- también está animando a algunas empresas "a concentrarse en
lo sucesivo en el transporte de mercancías", explica Jean-Marc Lacave,
delegado general de los armadores franceses.
Así por ejemplo, la
empresa DFDS, que tiene una fuerte presencia en el mar del Norte, tuvo
que interrumpir su enlace de transporte de pasajeros entre Oslo y
Copenhague, pero su división de logística "seguirá sirviendo a sus
clientes como lo hace hoy en día", dice en su página web.
Brittany
Ferries, que opera enlaces a través del Canal de la Mancha pero también
a Irlanda y España, dijo el martes que desde el domingo y hasta nuevo
aviso sus barcos sólo transportarán mercancías.
China,
país donde surgió el nuevo coronavirus pero que no ha tenido ninguna
contaminación local en su suelo desde el jueves, está dando señales de
recuperación económica y una bocanada de aire fresco a algunos
armadores.
La actividad se ha reanudado en más del 90% fuera de la
provincia de Hubei --la más afectada por el virus-- aseguró el martes
el poderoso comité de planificación.
"Tras una desaceleración de
seis semanas, la actividad de exportación está volviendo a la normalidad
con un repunte en los volúmenes y un probable efecto de recuperación
para reponer las existencias", dijo una portavoz del armador
francés CMA-CGM.
"Desde principios de marzo, los volúmenes que
salen de Asia han aumentado en un 50% por semana y se espera una
recuperación del 100% a finales de mes", añadió.
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