ALMERÍA.- El subdelegado del Gobierno en Almería, Manuel de la Fuente, ha indicado
este jueves que confía en "la posibilidad de abrir El Cañarete de forma
intermitente" como solución "a corto plazo" con la que poder "aliviar"
los problemas de tráfico que se dan de manera diaria en la A-7 desde que
se cortó la carretera nacional a consecuencia de un desprendimiento el
pasado 31 de diciembre.
Con esta medida, que podría tener
lugar en los primeros días de marzo con la conclusión de la primera fase
de obras, De la Fuente espera que la situación pueda hacerse "más
llevadera" hasta que finalicen las obras que comenzaron el pasado 5 de
febrero y que mantienen su previsión de fin de trabajos en mayo.
De
la Fuente ha lamentado las "molestias" que las obras y el cierre de la
carretera "están ocasionando". "Empatizo con el grado de malestar de los
conductores afectados pero, desde mi responsabilidad, se está haciendo
todo lo posible a nivel técnico y humano, en coordinación con la
Demarcación de Carreteras, la Jefatura Provincial de Tráfico y la
Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil", ha dicho.
Según los datos de la
Subdelegación, hasta el pasado 11 de febrero y desde que se intensificó
la afluencia de tráfico entre los kilómetros 429 y 438 a consecuencia
del cierre del Cañarete el 1 de enero se han registrado nueve accidentes
de tráfico en estos 9,9 kilómetros: cuatro con daños materiales y cinco
con heridos, todos leves.
Para
poder abrir de forma puntual la vía es necesario superar al menos la
primera fase de las obras "por razones obvias de seguridad para los
conductores". Así, la Demarcación de Carreteras está estudiando que El
Cañarete se pueda abrir desde las 7,00 a las 9,00 horas "para no
interferir y no afectar al normal desarrollo de las obras". Esta fase
podría prolongarse, según las estimaciones de Carreteras, "hasta los
primeros días de marzo".
Las
obras se están desarrollando sobre un talud de pared de 140 metros
lineales por 90 metros de alto. Los trabajos, declarados de emergencia
el pasado 27 de enero, cuentan con un presupuesto de 639.224 euros.
La
primera fase de las obras, que es la que se acomete en la actualidad,
consiste en la limpieza de toda la pared de la roca suelta que presenta
peligro de derrumbe. "Es una fase que hay que hacer con sumo cuidado,
para dejar toda la pared limpia y hasta que se esté seguro que no se van
a producir más desprendimientos", han puntualizado.
La
actuación contempla la retirada de la malla de triple torsión dañada
por el último desprendimiento de rocas de hasta cuatro toneladas de peso
que se registró en la noche del 30 al 31 de diciembre pasado. Desde el
último desprendimiento, la carretera está permanentemente cortada y
adecuadamente señalizada con la prohibición de paso.
Cuando
esta primera fase esté completada, comenzará la segunda, en la que se
realizarán los anclajes. En esta segunda fase, primero se perforará el
talud, se introducirán cables de acero, se inyectará mortero de cemento y
se tensarán los citados cables. Con esto se conseguirá que las rocas de
mayor tamaño queden ancladas a la zona más profunda del macizo.
La
tercera fase consistirá en la instalación de barreras dinámicas de
protección antidesprendimientos, que serán las encargadas de interceptar
los bloques que puedan desprenderse del talud. Por otra parte, se
colocará una cortina de guiado de desprendimientos, que evitará que las
rocas que puedan caer se salgan de la trayectoria estimada, asegurando
así su interceptación por las barreras dinámicas instaladas.
En
tanto que El Cañarete pueda abrirse de forma intermitente sea posible,
está prevista, entre otras medidas, reforzar la presencia de la
Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en los accesos a la A-7 en las
horas de mayor intensidad de tráfico, actuación que se completará con
la presencia en horas punta del helicóptero de la DGT para atender lo
antes posible las incidencias que puedan producirse.
En
los paneles de mensajes variables de la A7 se avisa a los conductores
del riesgo de alcances en ese tramo. Junto a estas medidas, la Jefatura
Provincial de Tráfico ha recordado otras habituales que se plantean
cuando se producen este tipo de situaciones y que son recomendaciones
que se ofrecen a los conductores para minimizar los efectos derivados de
las retenciones.
Por otra
parte, además de las obras de emergencia que se acometen en la
actualidad, la Dirección General del Carreteras del Ministerio de
Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ya ha aprobado el proyecto de
tratamiento integral de los desprendimientos de la N-340 en El Cañarete,
una actuación dividida en diez tramos a lo largo de toda la carretera
-más el tramo actual, donde ya se están ejecutando las actuales obras de
emergencia-.
El proyecto
está pendiente de licitación cuando haya nuevos Presupuestos Generales
del Estado. La inversión aproximada en este proyecto de restauración
integral de todo el talud de El Cañarete se sitúa en torno al millón de
euros.
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